Retratos Oscuros

Capítulo 5: Los Marcados

1

Deslizo mi dedo índice por encima de la extraña marca, se siente raro, tiene la apariencia de un tatuaje pero al tocarlo, tiene la textura de una cicatriz. La tapo con la manga de mi camisa blanca, y por primera vez en el poco tiempo que estoy aquí, agradezco de llevar uniforme.

Termino de ponerme el saco bordó característico de la escuela, acomodo mi corbata negra frente al espejo y agarro mi mochila solo para segundos después bajar las escaleras hasta la cocina, lugar donde todos solemos desayunar. Cruzo el umbral con lentitud, Oddie está acostado junto a la puerta, me acerco para acariciarlo, pero gruñe extrañamente y me enseña sus colmillos.

Parece que nadie está de buen humor esta mañana.

Abro la heladera al mismo tiempo que miro de reojo a Finn, quien está apoyado con ambos codos sobre la mesada mientras lee algo en su teléfono y toma café.

—Buen día... —Pronuncio sirviéndome un poco de jugo.

—Mamá dejó unos waffles por allí —Responde sin mirarme y señalando un lugar junto al microondas.

Me acerco sin decir más nada y sirvo dos waffles en un plato, tomo la miel, y me siento frente a la mesada en una de las cuatro banquetas que hay. Corto ambos pedazos en trozos más pequeños y empiezo a echarle miel.

—Finn lo que sucedió anoche... —Me detengo en cuanto me mira directo a los ojos, su rostro está algo pálido y tiene grandes ojeras oscuras, como si no hubiera dormido muy bien anoche.

—Nada ocurrió anoche, ¿Okey? —Musita dejando su teléfono a un lado.

—Pero...

—Repite conmigo William: "Nada ocurrió anoche"...—Ordena completamente serio.

Respiro profundo y suspiro. —Nada ocurrió anoche.

—Muy bien —Él termina su café de un solo sorbo, toma su teléfono y camina hacia la puerta. —Nick llegará en unos minutos, mejor apresúrate si quieres que te llevemos.

Mi hermano mayor desaparece de la escena. La cocina queda en un silencio absoluto, una sensación horrible recorre mi cuerpo, mis manos tiemblan levemente, vuelvo a respirar de forma tranquila, creo que lo mejor será ignorar todo como él lo está haciendo.

Escucho un bocinazo que proviene del exterior. Me pongo de pie, tomo mi mochila del suelo y camino hacia la puerta, antes de salir de la cocina, Oddie ladra, pero no de una forma juguetona, sino más bien, mostrando enojo.

—Hey, tranquilo pequeño —Le digo para segundos después salir de la casa.

El aire fresco de la mañana choca contra mis poros, el auto negro de Nicky está parado frente a la casa, Finn cierra la puerta del acompañante mientras yo camino hacia allí, la ventanilla del piloto desciende y la sonrisa de la castaña se muestra en todo su esplendor. Subo al vehículo y me acomodo en el asiento.

—Buen día —Saluda ella con mucha energía, parece que al menos alguien si durmió bien anoche.

La saludo con la mano y me coloco el cinturón, ella vuelve hacia adelante sin dejar de sonreír, y al verla por el retrovisor, noto que sigue haciéndolo.

Okey... Está demasiado contenta hoy.

El auto comienza a avanzar y yo me aíslo con mis auriculares.

Narra Finn:

No sé cómo llegué aquí, hace un segundo estaba parado frente a mi casillero buscando mi libro de historia, y ahora estoy aquí, un bosque oscuro, repleto de una niebla espesa y oscura que no permite que vea mis propios pies.

Avanzo despacio, buscando algo que me ayude a poder ubicarme. Mis pasos suenan y se sienten extraños, como si estuviera pisando algo viscoso, un aroma desagradable entra a través de mis fosas nasales, mi desayuno se desliza por mi sistema digestivo y sube hasta mi garganta, por la cual trago para no vomitar.

Es como si algo muerto estuviera muy cerca. Me resbalo levemente al caminar, por lo que tengo que apoyarme en uno de los tantos árboles ubicados en el lugar, mi mano se posa sobre la madera húmeda y musgosa. Me reincorporo rápidamente, sintiendo detrás mío un extraño susurro.

Me volteo como puedo, tratando de no caer sobre ese raro suelo resbaloso, el susurro desaparece al mismo tiempo que una sombra parece moverse entre los árboles.

Camino de espaldas a lo que sea que es esa cosa, mis piernas tiemblan, dificultándome aún más el avanzar.

Pestañeo involuntariamente, y en ese pequeño microsegundo, la sombra vuelve a moverse, ya no se esconde, sino más bien, se deja ver en toda su forma. Está parada, quieta a unos cuantos metros de mí.

Tiene una forma similar a la de una persona humana, pero su contorno es similar al humo, por lo que no podría estar seguro de que rayos es.

Ahora mi cuerpo entero es el que tiembla, pienso en mi cabeza cientos de cosas que decir, pero lo único que puedo soltar es un "aléjate de mí". Solo que no me obedece, sino más bien, hace todo lo contrario; avanza a pasos agigantados hacia mí, bueno, no pasos, sino que "flota" en mi dirección.

Me volteo y empiezo a correr hacia el lado opuesto, mis pies patinan sobre el suelo viscoso, pierdo por completo el equilibrio y me desplomo sobre él, mi cuerpo se arrastra unos cuantos centímetros, apoyo mis manos y me paro.

Las observo levemente, mis ojos se abren completamente, un espeso líquido rojo carmesí las recubre, lanzo un grito, escuchando como algo debajo de mí se quiebra.

No tengo tiempo de reaccionar, el lugar donde estoy parado se deshace en cuestión de segundos, la gravedad hace su trabajo y todo mi cuerpo comienza a caer. Siento mis órganos elevarse dentro de mí, tapo mi boca para no vomitar y entonces, me sumerjo en algo.




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