1.- Solo conocía a una persona

Norma Vázquez despertó en medio de la noche con un ruido de su prometido.

A sus casi treinta años no tenía nada de qué preocuparse: tenía un trabajo que la hacía feliz, muchos amigos y un prometido exitoso que la amaba. O al menos, eso creía hasta esa noche, cuando lo escuchó hablar dormido.

La mujer se apartó del rostro un mechón de su cabello castaño y volteó cuando escuchó al hombre a su lado balbucear incoherencias a las que no le dio importancia hasta que una frase la puso en alerta:

"Amo cuando nos vemos a solas, Rosa"

Norma intentó quitarle importancia al asunto, pero el desasosiego se apoderó de ella en el transcurso del tiempo que le tomó volver a conciliar el sueño, la duda se instaló en su ser echando raíces en su corazón; y se dijo a sí misma que mañana intentaría averiguar respuestas al respecto.

Ella solo conocía a una persona con ese nombre: su mejor amiga, Rosa Oseguera. 

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—Buenos días, señorita Norma. ¿Cómo le ha ido con la lluvia?

Norma le sonrió al guardia del edificio, sacudiendo su paraguas. El lugar era un edificio de siete pisos que originalmente había sido uno de los hoteles más conocidos de la ciudad de Uruapan, pero luego de unos años había quedado en quiebra y sus dueños tuvieron que vender la propiedad. El edificio había sido remodelado para albergar diversas oficinas, y la correspondiente a Norma se encontraba en el tercer piso. Tras saludar al guardia, la mujer se dirigió a su lugar de trabajo, pero en lugar de revisar sus asuntos pendientes, se sentó frente a su escritorio y; con la vista perdida en el horizonte, reflexionó. 

Nunca había visto su vida como perfecta: sus padres se divorciaron cuando era pequeña, su madre se había esforzado para sacarla adelante y ella misma se esforzó por lograr mejorar. Su sueño desde la adolescencia era ganarse la vida con la decoración de interiores y, con mucho esfuerzo, había conseguido llamar la atención de una empresa dedicada al paisajismo con sede en Irlanda. Era bastante feliz. 

Sus pensamientos se dirigieron a Rosa. Se conocieron en los últimos meses de la preparatoria y eran amigas desde entonces; ambas tenían gustos en común, pero en tiempos recientes Rosa había mostrado una cierta tendencia en parecerse a Norma físicamente: había teñido su cabello rubio de castaño, y había bronceado su piel blanca para similar el tono canela de la piel de Norma; que no había visto nada mal en ello hasta ese momento. Se preguntó si todos esos cambios se debían a algún motivo en específico y se propuso llegar al fondo de aquello.