Hazme pedazos, date cuenta del mal que has provocado.
Solo tú eres capaz de romper a la persona que te ha amado.
Amarte fue un mártir.
Resignarme a morir, abandonar los sueños que tenía por vivir.
Odiarte fue un mártir.
Resignarme a tu desprecio, y a los sentimientos que nunca quisiste compartir.
El verdadero descanso es aquel que llega con los años, con sus tardanzas, con las esperanzas del que más ha amado.
Hay cambios necesarios, y otros que son eternos.
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Editado: 01.11.2020