Retrospectiva

25. Retrospectiva

Algo ha cambiado, y se ha metido en mi sangre.
¿Es una nueva forma de vivir o ya la he sentido antes?
Una emoción diferente, dirigida por mis propios cables.
Aunque diga esto, no siempre he sabido salir adelante.

 

Los cambios significantes se meten en mi sangre. ¿Ya he dicho que lo sentí antes?
Me duele escribir esto, porque ya lo he hecho antes.
Repetir tantas escenas hace que me desarme.

 

Las cosas del pasado no tendrían que estar en el presente. 
Lo pienso, pero el pasado no es tan pasado cuando las cosas que hiciste ayer siguen estando latentes. 
Lo sé porque tu nunca has sido competente.

 

Y te enloquece pensar que salir adelante es algo que aprendí en un instante,
Pero no sabes cuánto me ha costado creer que ya nada es como antes.
Y tener que hacerme la idea de que me aborreces por una mentira tan grande que ni siquiera crees, porque sabes que como amante nunca he sido capaz de engañarte.

 

Los recuerdos del presente los guardo en mi memoria, no tiene sentido revivir tantas historias.
La mente me ha enseñado a pensar dos veces antes de hacer alguna cosa.
Nunca sabes lo que podría pasar a causa de una persona.

 

Veo mi propia historia, y no me creo capaz de tanta deshonra. 
Es un insulto a mi codicia como soñadora, porque sé bien lo que intento mostrar a través de mis obras, mi pasado ya es historia y no me define como persona.

 

Lo que salga de tu boca no es más que infamia, lo que logras a causa de tu falta de honra, tu carencia de tranquilidad, porque sabes bien que tu vida sólo se basa en lucrar con la vida de otras. 
No intentes simular una gran historia, todos saben que la inmoralidad tiene su propia autora.

 

Quizás me equivoque, pero mis errores sólo me sacan a flote. Lo que me define no es lo que a ti te derrote, ni lo que consigo a través de tus reproches.
No nací para satisfacer los deseos de alguien, sólo para mostrarle al mundo que cada quien decide su nombre.

 

Y cuando me pregunten que es lo que me define, no diré que mis errores.
Mis errores no son los mejores, pero viven en parte de estas oraciones.
Son los que me impulsan a ser la persona que quiero ser, no la que ellos pretenden ver.

 

Mi imagen no se vale de deseos vagos provenientes de aquellos rincones, los más sumidos, los más aterradores.
Aquellos que se alimentan de esos errores, y te torturan arrojándote flores, aplaudiendo lo que ellos creen que son mis errores.

 

Cuando me pregunten por mis recuerdos más amados, diré que son aquellos donde mis errores me hayan guiado, donde me haya encontrado atrapada en mil situaciones, donde mi alma sufrió horrores, y donde mi llanto formó un mar en el que salí a flote.

 

Porque la retrospectiva no siempre debe ser flores y colores, hay errores, llantos y dolores, y está en uno recordar con amor cada corte, y cada brote que dio vida a una forma de sentir. 




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