No es necesario pertenecer a alguna sigla de este Colectivo, no es necesario ser diferente para apoyar una lucha.
Doy pasos lentos, pero seguros, luchando no por lo que muchas personas quieren, sino por lo que necesitan, libertad.
—¡Joaquín! —Llama desde lejos uno de mis mejores amigos, el cual viene acompañado de dos personas, ambos caminan hacia mí, Josh tiene la mano entrelazada con la de su novio y del otro lado, trae de la mano a su hermanito.
—Hola, Josh. —Lo saludo con un abrazo y miro a su novio. —Hola, Nick. —Saludo ahora con una sonrisa a su pareja.
—Hola, Joaquín, ¿qué tal? —Pregunta Nick igual sonriente.
—Todo bien, Nick. —Respondo manteniendo mi sonrisa y me agacho a saludar al hermano de Josh. —Hola, Zackie, ¿cómo estás?
—¡Muy feliz, todo esto es muy colorido! —Responde dando un pequeño saltito mientras mira a todos lados.
—Es muy hermoso ver como las personas luchan por ser libres, ¿verdad, Zackie? —Pregunto y él solo sonríe asintiendo mientras sigue admirando todo.
—Bueno, ¡comencemos! —Dice alegremente Josh a lo que todos asentimos y comenzamos a caminar. Durante nuestro andar algunas de las personas que van ahí también nos comienzan a regalar banderas de la comunidad.
Amo esta lucha, tan colorida, tan alegre, el ambiente es energizante, la vibra que hay aquí es de puro amor. Todos nos saludan y nos ven como si fuéramos familia, como debe de ser, personas unidas luchando por lo que quieren, es hermoso ver como todos sonríen, bailan, cantan, algunas solo caminan sonrientes como nosotros, incluso algunos llevan carteles con frases muy hermosas, parejas demostrando su amor, todos siendo ellos mismos, sin que nada los detenga.
—¿No iba a venir Sofía? —Pregunta Nick.
—Dijo que iría a visitar a sus padres, que no podría venir. —Contesto.
—Que mal, a Sofi y Audrey les hubiera gustado asistir. —Dice Josh con un poco de nostalgia, todos asentimos mientras seguimos caminando por la marcha.
—Joaquín, ¿tu eres gay? —Me pregunta Zack.
—No, pequeño, ¿por qué? —Le pregunto sonriéndole cálidamente.
—Porque llevas esa banderita. —Señala la bandera de la comunidad LGBT que traigo conmigo.
—Tu también llevas una, ¿no? —Señalo la que el trae en su manita.
—Es que yo voy a cambiar el mundo. —Responde con una gran sonrisa.
—Bueno, entonces no crees que sería mejor si todos nosotros, seamos gays o no, ¿apoyemos esto? —Le pregunto y el se pone a pensar.
—¡Cierto! Todos unidos podemos cambiar al mundo.—Dice alegremente. Qué inteligente es este pequeño.
—Claro que si, Zackie, si nos unimos podemos cambiar al mundo, no importa si somos gays o no, podemos apoyarnos entre todos para poder luchar.
—¡Si! —Grita emocionado y levanta su bandera moviéndola de un lado al otro.
Amo venir a estas marchas, el que nadie de este colectivo te discrimine por no ser parte de él y aún así estar aquí, es tan lindo, por eso lucharé con ellos, porque a pesar de todo me pongo a reflexionar, si ellos no nos discriminan a nosotros los heterosexuales por estar aquí, en esta marcha con ellos, ¿por qué nosotros los heterosexuales en la vida cotidiana a veces los discriminamos a ellos?, es horrible, es malo, y me encargaré de que acabe todo eso, para que todos tengan la libertad de ser como quieran. No necesito ser gay, bisexual o transexual para apoyar esto, solo necesito ser una persona consciente y comprensiva. Al fin y al cabo, todos somos personas que damos amor, ¿no?.