Morgan
Estoy en camino a la casa de la abuela, quiero pasar el día con ella ya que mañana es la dichosa fiesta por mi cumpleaños y tengo que prepararme psicológicamente para aguantar tanta hipocresía junta.
Veo el paisaje por la ventana mientras toco el dije con forma de sol que mi abuela me regaló cuando era pequeña, de todo lo que tengo esta es mi posesión más preciada y por eso nunca me la quito.
Inicio de flashback
-Esta cadena representa lo que eres mi pequeña Morgan, eres mi sol y siempre brillarás aunque haya nubes que quieran opacar tu luz, te impondrás sobre ellas y brillarás a lo grande. Eres fuerte aunque no puedas verlo ahora pero yo sé que lo eres.
Miré mi cadena con el dije de sol, era el regalo más bonito que me habían dado nunca porque los regalos de papá no me gustaban y los de mamá me parecían muy ridículos siempre todos color rosa, solo mi hermano me daba regalos bonitos pero no como el de la abuela.
-Gracias abuela, es muy muy muy hermosa. -le sonreí, mostrándole la gran sonrisa a la que le faltaba el diente que se me había caído semanas antes- Nunca me la voy a quitar.
Final del flashback
Ese recuerdo siempre me hacía sonreír.
-Señorita Morgan, ya llegamos. -habla el chófer sacándome de mis pensamientos.
Efectivamente ya estamos frente a la casa de la abuela.
-Muchas gracias Josh. -le agradezco- ¿Me puedes buscar en la tarde? Lo siento, sé que este no es tu trabajo pero Stella va a pasar todo el día de compras y no va a dejar que Roger vaya a casa.
-Esta bien, vengo en la tarde. -habla de manera amable.
-Gracias Josh. -digo bajandome del auto y entro a la casa de la abuela.
La busco en el jardín como siempre y allí está hablando con Mary.
-¡Buenos días! -grito alegre- ¿Cómo están las mujeres bellas de esta casa?.
-¡Mi sol, qué alegría verte! ¿Qué haces aquí tan temprano? -se levanta acelerada y me da un beso en la frente para ir apresurada a la cocina.
-Hola Mary, ¿Cómo has estado? -me da un beso en la mejilla y toma mi brazo para llevarme a la cocina.
-Muy bien cielo, viendo cómo la loca de tu abuela apenas te hizo caso para correr a la cocina. -comenta riéndose.
-¡Ay Mary! Mira la hora, me distrajiste hablando de Lionel y no he hecho el pastel ni las galletas de mi pequeña. -espeta acelerada buscando ingredientes de un lado a otro.
Me da mucha risa verla así.
-Abuela, cálmate un poco. -la hablo sentándome a la mesa con Mary- Me voy a quedar hasta la tarde, aún hay tiempo así que ven a sentarte y cuéntame quién es Lionel.
Se pone roja como un tomate y Mary y yo nos reímos por eso.
-Si, cálmate un poco, Sara, que pareces una vieja loca. -le dice su amiga a modo de broma.
La abuela nos mira seria pero viene a sentarse con nosotras.
-Chismosa. -le dice a Mary.
-¿Qué? ¿Por qué me dices chismosa? Tú nombraste a Lionel, no yo. -suelta Mary en su defensa.
-Cierto abuela, tu lo nombraste. -le doy la razón a Mary.
Nos mira a ambas, respira profundo y se dispone a hablar.
-Me invitó a salir hace unas semanas. -me dice con pena.
-Yo te digo cielo, fue el hombre que le regaló el pastel el cumpleaños pasado. ¿Te acuerdas del pastelero? -asiento para que siga- Ese es Lionel, la invitó a salir hace dos semanas y la señora todavía lo está pensando.
-¡Abuela, ese es tu hombre! No lo dejes ir, tendríamos pastel gratis. -le reclamo- Sal con él.
Ambas me miran y luego rompemos a reír las tres.
-Solo una cita, para conocerlo mejor y después ves si te gusta o no. -hablo de nuevo.
-Yo se lo dije pero no me hizo caso. -espeta Mary encendiendo un cigarrillo y me ofrece uno.
-¡Mary no le ofrezcas! -la regaña mi abuela.
-Solo uno abuela, me lo fumo afuera para que no me veas. -le digo y le lanzo un beso.
-Pero igual sé que estás fumando. -suelta molesta.
-Pero no me ves. -le sonrío.
Agarro el cigarrillo y el encendedor y me voy al jardín. Cuando entro de nuevo la abuela está haciendo el desayuno y no me mira.
«Está molesta.»
-Abuela. -la llamo desde la puerta- lo siento pero la fiesta que tú hijo está organizando me tiene estresada. Disculpa, solo fue uno.
-Eso daña tu cuerpo, Morgan. -contesta sin mirarme y me pongo a su lado.
-Lo siento, lo siento. No lo volveré a hacer. -le digo juntado mis manos a modo de rezo y al fin me mira.
-Mi sol eso te daña, promete que no lo harás.
-Te lo prometo. -respondo dándome por vencida, no puedo negarle nada.
«Otra cosa menos con la que desestresarme.»
Seca sus manos del paño de la cocina y toma las mías.
-Sé que te cuesta pero confío en que puedes hacerlo. Eres fuerte mi sol.
Asiento con la cabeza y voy con ella hacia la barra. Paso el día con la abuela y Mary que me hacen el pastel y las galletas con chispas de chocolate que tanto me gustan, cantamos cumpleaños para después probar el pastel que cómo siempre está increíble. Llamo a Josh y le digo que no venga a buscarme porque voy a quedarme con la abuela hasta mañana y ella llama a Ben para informarle.
Nos quedamos despiertas hasta tarde y me animo a que Mary corte un poco mi cabello dejándolo un poco más arriba de la mitad de mi espalda cuando termina. Me doy una ducha y me pongo una ropa más cómoda, tengo algunas cosas acá ya que me quedo algunas veces con ellas.
-Feliz cumpleaños mi sol. -habla la abuela abrazándome porque estoy acostada con ella- Ya eres todo una mujer y vas a brillar a lo grande de ahora en adelante, estoy segura. -acaricia mi mejilla- Recuerda que tu abuela te ama.