Revenge

Capítulo 9

Morgan

«¿Dónde estoy?.»

Me doy la vuelta y termino en el piso, estoy acostada en una sucia colchoneta en el piso dentro de una… ¿Celda?. Me levanto de golpe y me mareo por lo rápido en que lo hago, me sujeto de la pared porque aparte tengo las sandalias puestas aún y el miedo me está invadiendo porque no sé cómo llegué a este lugar, ni siquiera sé dónde estoy.

Lo último que recuerdo es haber ido al baño después de salir de la terraza y también de ese hombre en el baño.

«Yura.»

Su nombre me viene a la cabeza porque no es común y es la primera vez que lo escucho.

-Ya se despertó la bella durmiente. -oigo una voz a mi espalda y volteo para ver quién es- Espero que descansara, su alteza.

Detrás de los barrotes hay un hombre alto de cuerpo atlético muy apuesto de cabello castaño claro y ojos color avellana que me miran con rabia.

-¿Quién eres tú? -vuelvo a marearme- ¿Dónde estoy?.

Estoy asustada pero no le voy a demostrar miedo porque eso seguro es lo que quiere.

-Me presento soy Nikolai Maximov soy el encargado de que tu estancia en este lugar sea placentera. -sonrió con malicia- En respuesta a tu segunda pregunta debo informarte que estás muy lejos de casa.

«Maximov, es el mismo apellido de Yura.»

-¿Qué quieres? No te conozco. -hablo acercándome.

-No, pero nos vamos a conocer. Deberías comer princesa, -me señala el plato en el piso- no me gustaría que dijeras que la familia Maximov no te trato bien.

Princesa. Odio esa palabra y aborrezco que me llamen de esa manera, con rabia pateo el plato de avena que está en el piso, manchando sus finos zapatos y pantalones así como mi vestido pero no me importa.

-Abre la reja. -demanda al hombre que está a su lado que me mira con expresión divertida.

La reja se abre y el tal Nikolai se acerca furibundo a dónde estoy tomándome por el cuello haciéndome caminar hacia atrás para quedar contra la asquerosa pared.

Hago una mueca de dolor porque duele su agarre y más por las marcas que dejó Dante anteriormente.

-Qué sea la última vez que haces eso porque sino te irá muy mal. -amenaza con su rostro cerca del mío.

Me suelta de golpe y caigo al piso. Acaricio mi cuello y respiro el aire que necesito.

-Si no lo hago igual me irá muy mal o sino para que me secuestraste. ¿Para probar la comodidad de tu asquerosa celda?. -hablo de manera sardónica.

Se ríe.

-Tienes una boquita muy habladora por lo que veo. Dentro de unos días no hablarás tanto. -camina hacia la salida- Sergey ya no hay más comida para la princesita por el día de hoy, debe aprender a no jugar con la comida. Estos niños de ahora no respetan nada.

Se va, negando con la cabeza por lo último que dijo. El tal Sergey me mira una última vez y se larga.

Gateo hasta la colchoneta y abrazo mis piernas, las ganas de llorar me toman pero no quiero hacerlo aunque estoy aterrada porque sé que no me espera nada bueno y no tengo ni idea de porqué estoy aquí.

≈ • ≈ • ≈ • ≈ • ≈

Estoy entumecida por estar tanto tiempo en la misma posición, necesito un baño aparte me estoy muriendo de hambre y no sé si ya es de noche o cuánto tiempo tengo acá. Los ojos se me llenan de lágrimas al pensar en la abuela que debe estar muy preocupada por no saber dónde estoy. Rompo a llorar porque estoy asustada y aparte acordarme de la abuela me hace sentir muy triste porque no sé si volveré a verla.

Me hago una bolita en la colchoneta y sigo llorando hasta que no sé más nada de mí.

≈ • ≈ • ≈ • ≈ • ≈

Me despierto cuando siento el agua helada en contacto con mi piel, me pongo de lado tosiendo porque me entró agua por la nariz.

-Lo siento princesa. ¿Te ahogaste? -se carcajea el estupido que se hace llamar Nikolai junto con el otro que no sé quién es- Te veías acalorada y pensé que querías darte un baño.

Lo miro con odio.

-Pero quiero darme un baño siendo consciente, imbécil. -hablo rabiosa.

-Tus deseos son órdenes. Otra vez Kai, que la nena quiere un baño largo.

No me da tiempo de decir nada cuando la bestia de nombre Kai me lanza otra cubeta de agua a la cara haciéndome toser de nuevo.

»El desayuno de la señorita. -pide al bestia que me mojó y este le pasa un trozo de pan y un vaso con agua.- Ten, es la especialidad del chef y si vuelves a botarlo no te traigo nada en dos días así que piensa bien lo que harás. -habla agachándose para quedar frente a mí.

Se levanta y sale de la celda sin mirar atrás.

-Nos vemos luego, princesa. -me dice Kai mirándome de manera lasciva y se va.

Me como lo que me dejaron porque me estoy muriendo de hambre y no sé cuándo fue la última vez que comí, hago mis necesidades en un rincón de la celda porque ya no aguanto y no creo que me lleven a un baño.

Está haciendo un poco de frío y me imagino que dejaron la puerta abierta porque no me explico de dónde más puede entrar esa corriente de aire.

«Hijo de puta, por eso me mojó.»

Paso frío durante la noche, si es que ya es de noche, pero aparte de eso no dormí nada por pensar cómo podría salir de aquí. El imbécil que se hace llamar Nikolai no apareció por mucho tiempo aunque no se cuánto, solo vino el tal Sergey y me dejó un plato de avena que comí para no morir de hambre. Estoy recostada en la pared quedándome dormida cuando golpean fuerte los barrotes y me despierto asustada.

«La bestia Kai.»

-Levántate. -dice entrando a la celda y viene hacia mí levantándome por el cabello.- Te dije que te levantes.

-¡Suéltame, animal! -grito porque me está lastimando.- ¡Ya estoy de pie, suéltame! -le vuelvo a gritar y me ignora solo sigue arrastrándome para sacarme de la celda.

Le clavo las uñas en la mano y solo me aprieta más fuerte así que le doy un manotón en las bolas que lo hace soltarme de inmediato.




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