Morgan
Entro a la habitación con Yarost' detrás de mí y me lanzo en la cama dejando salir el llanto que estaba reteniendo hace un momento, el lobo se sube conmigo a la cama y lo abrazo.
«Estoy cansada de que me traten como mierda, pero qué se puede esperar si soy patética.»
Lloro hasta que me quedo dormida y me levanto a la mañana siguiente acompañada en la cama.
-Buenos días Yarost', gracias por quedarte conmigo. Tú y Sergey son los que valen la pena en esta casa. -le digo al lobo que me mira con esos ojos que me hacen recordar a su estupido dueño.
Me levanto y me doy cuenta que no tengo zapatos pero no recuerdo en qué momento me los quité, voy a la ducha y cuando me miro al espejo me doy cuenta que tengo un moretón en el labio y unos en los brazos pero esos no se ven tanto.
«Golpeada de nuevo, este se está convirtiendo en mi estado normal.»
No voy a maquillarme porque voy a entrenar con Sergey, me pongo ropa deportiva y me hago un cola de caballo para despejar mi cara, me miro en el espejo nuevamente viendo mis brazos y abdomen descubiertos, cada vez me acostumbro más a mostrar las cicatrices y ninguno hace mueca de asco como lo hacía Stella cada vez que me veía, debido a ella empecé a usar ropa con manga largas.
«Morgan debes hacerte cirugía para quitarlas.»
«Que horribles se ven, deberías ocultarlas si no quieres ir al médico.»
«No sé cómo puedes dejarte esas marcas tan feas en tu cuerpo, los hombres no te querrán.»
Me olvido de Stella porque no quiero amargar mi mañana y salgo con Yarost' hacia la cocina donde desayuno sola porque no pienso comer con ninguno de los primos imbéciles. Llego al jardín y me encuentro con Sergey.
-Buenos días Sergey. -le digo y cuando me mira se pone serio.
-¿Quién fue?. -pregunta molesto.
-Vamos a entrenar por favor olvidemos ese tema.
Después de un rato ya estoy sudando, trato de golpear a Sergey que me esquiva de una manera increíble.
-¡Concéntrate Morgan! -me dice.
Respiro profundo estoy pensando en lo que él imbécil de Nikolai me hizo pasar anoche. Nos tomamos un descanso y nos sentamos en el suelo.
-Dime quién te golpeó. -vuelve a insistir.
-Grandulón, olvidemos ese tema por favor. -respondo evitando darle un nombre, no quiero problemas.
La mirada que me echa me da a entender que no dejará el tema.
-Nikolai. -digo bajito esperando que no me escuche.
-¡¿Qué mierda?! Hijo de puta. -suelta furioso.
Y se levanta para ir a buscar al que me golpeó. Me levanto rapidísimo y lo agarro de la mano para que no vaya.
-Sergey no vayas por favor, por favor. -suplico y lo jalo de la mano para que se quede conmigo pero al contrario de lo que quiero me arrastra con él- Yo le voy a dar su merecido pero por favor quédate aquí.
No quiero que el otro loco le haga nada porque el grandulón se ha portado muy bien conmigo. De un brinco me monto en su espalda y le paso el brazo por los ojos como si fuera una venda mientras agarro a su cuello.
-Rubia, bajate porque puedes lastimarte. -habla revolviendose para que lo suelte pero me agarro fuerte con las piernas- Bájate que voy a partirle la cara a ese cabrón.
Está muy molesto pero no voy a dejar que vaya hasta allá.
-Sergey cálmate ya o te muerdo una oreja. Sabes que lo hago. -le hablo al oído para que sepa que no miento.
Deja de revolverse y se queda parado donde estaba.
-Bajate ya. -ordena molesto.
-Primero promete que te quedarás aquí conmigo.
-Eso es una tontería, bajate. -me suelta serio.
-Para mí es importante, prometelo. -suelto porque no voy a dar mi brazo a torcer.
Suspira y habla.
-Está bien, lo prometo pero bajate ya porque puedes lastimarte. -dice resignado- Eres como un grano en el culo.
-Que te hará falta cuando ya no lo tengas. -replico a sus palabras.
Me suelto y pongo mis pies en el suelo.
-Escucha con atención -me toma por los hombros y baja hasta estar a mi altura- nunca dejes que nadie vuelva a golpearte, sea quien sea no te dejes, lucha con todas tus fuerzas por defenderte.
Rompo a llorar por lo que me dice, así que bajo la cara para que no me vea pero me toma del mentón para que lo vea.
-¿Me entiendes? Nadie tiene derecho de pisotearte ni decirte que eres menos porque no es así. -habla serio.
-No lo haré, voy a defenderme y no me dejaré pisotear por nadie. -respondo y abrazo a la montaña de músculos frente a mí que se queda tieso cuando lo hago así que lo suelto rápido.
-Ahora deja de llorar que se te van a hinchar más los ojos y la nariz se te pondrá como un tomate.
Me limpio las lágrimas porque Sergey tiene razón, no puedo dejar que nadie más me pisotee. Me voy a la habitación porque no seguiré con el entrenamiento, me doy una ducha y me lanzo en la cama, el llanto brota de nuevo porque extraño a la abuela y necesito un abrazo suyo.
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Me despierto y veo que son las 12:17am dormí parte de la tarde y la noche, tengo hambre así que aparto la sábana -no me acuerdo cuando me cubrí- y me levanto para quitarme el albornoz y ponerme unas bragas, tomo una sudadera enorme que me llega a las rodillas para cubrir mi cuerpo y salgo hacia la cocina.
Al estar en la cocina me preparo un sándwich y me sirvo un vaso de leche.
«Que rico.»
Termino mi sándwich y estoy terminando mi vaso de leche cuando alguien entra a la cocina.
Yura.
-Hola pequeña. -dice acercándose a mí.
Me levanto del taburete y voy al fregadero a lavar lo que he utilizado que afortunadamente no es mucho, cuando termino ni siquiera seco mis manos, solo quiero salir de allí. Cuando paso por su lado me toma de la muñeca y me atrae hacia su cuerpo. Me alza la cara y toca suavemente el moretón de mi labio.