Morgan
Tengo la cabeza hecha un lío después que Nikolai me besó, le respondí el beso porque me gustó no voy negarlo pero no debí hacerlo porque no estoy acá para andar de pareja de nadie aparte de que ya tuve una mala experiencia con el imbécil de su primo.
«Cálmate Morgan, eso no puede volver a pasar. Tienes prohibido tener ese tipo de acercamiento con algunos de los dos.»
Estoy sumergida en mis pensamientos hasta que me doy cuenta que llegamos a un restaurante típico ruso.
-Llegamos, Fiera. -dice deteniendo la motocicleta.- Vamos a comer salgo y luego nos vamos a casa. ¿Te parece?
-Esta bien. -respondo bajando y yendo hacia donde está él que me toma de la mano para entrar.
Nos guían hacia una mesa al fondo del local que nos da privacidad. El camarero se acerca a pedir nuestra orden y yo no tengo ni idea de que puedo pedir acá.
-¿Qué quieres?. -me pregunta Nik.
-Acá el ruso eres tú no yo. No tengo ni idea que comer aquí. -le respondo.
El camarero está viéndome de manera no muy profesional y Nik se pone serio levantándose para decirle algo que no entiendo, el hombre escribe algo en la libreta y se va despavorido de allí.
-¿Qué hiciste troglodita? -le reclamo porque el hombre se veía muy asustado.- ¿Qué le dijiste?
-Que le iba hacer tragar las bolas si no dejaba de verte. -me suelta serio.
-Por Dios Nikolai, ¿Estás loco?.
-¿Por qué tiene que hacer eso sí estás conmigo? -responde con molestia.
-No estuvo bien pero tampoco tenías que asustarlo así.
-Con eso no vuelve a ver de nuevo a la mujer de otro. -espeta muy tranquilo tomando un poco del agua que está en la mesa.
-Yo no …
Pone un dedo en mi boca.
-Háblame de ti, ¿Qué te gusta hacer? -pregunta cambiando de tema bruscamente.
Respiro profundo.
-Me gusta leer como ya sabes aparte estudio español y ya estaba completando el estudio del idioma cuando gentilmente me trajeron a Rusia sin mi consentimiento. -sonrío- En algún momento seré oficialmente políglota. -le digo con orgullo porque me gusta lo que hago.
-Una chica políglota eso es muy interesante. ¿Qué idiomas hablas?
-Inglés, francés, alemán y español. -contesto para saciar su curiosidad.
-Debes agregar el ruso a tu colección, vas a necesitarlo. -suelta de lo más tranquilo.
-¿Por qué necesitaría aprender a hablar ruso?. -pregunto curiosa.
-Porque estás viviendo en Rusia. -contesta mirándome los labios.
-¿Y a ti que te gusta hacer? -indago porque quiero saber un poco más de él.
-Me gusta disparar así que voy muy seguido al campo de tiro, también me gusta nadar y follar. Esas son mis tres actividades favoritas. ¿Y a ti no te gusta follar? -me pregunta con una sonrisa pervertida en sus labios.
«No tengo ni idea porque las pocas veces que lo he hecho ha sido a la fuerza.»
Me abstraigo pensando en la veces que he sufrido ese maltrato y de repente tengo a Nik acariciando mi cara.
-Morgan reacciona. -me llama haciéndome mirar su rostro preocupado.- No llores Fiera.
-¿Qué? -pregunto confundida y toco mi rostro, dándome cuenta que lo tengo húmedo por las lágrimas.- Lo.. lo siento, no sé qué me pasó.
-¿Quieres contarme?
Niego porque nunca se lo he dicho a nadie, ni siquiera la abuela lo sabe. Llega otro camarero con la orden y me salva de contestar otra pregunta incómoda.
-Bueno vamos a comer, pedí dos raciones de Meleni y una sopa Borsh fría porque aún estamos en verano.
Empieza a explicarme qué contiene cada plato y comemos conversando de manera agradable de la salida de hoy.
-¿Te gustó nuestro beso fiera? -la picardía le brota por los poros.
Me aclaro la garganta para responder porque no me dejará tranquila hasta que le diga.
-Sí, pero eso no puede volver a pasar. -le suelto seria.
-Mi linda fierecilla, eso volverá a pasar te lo aseguro, no solo hablo de besos también te voy a hacer gozar en la cama. -me dice mirándome fijamente y poniendo esa sonrisita sexy que está empezando a gustarme.
≈ • ≈ • ≈ • ≈ • ≈
Cuando llegamos al apartamento voy directo a la habitación y él viene detrás de mí.
-¿Qué haces aquí? -le pregunto aunque ya sé su respuesta.
-Voy a dormir aquí contigo y no me puedes echar porque una mujer duerme con su hombre siempre. -dice tensando todo mi cuerpo.
-Que yo no…
Me agarra de las caderas y me pega a su cuerpo.
-Deja de pelear y vayamos a dormir. ¿Sí? -dice poniendo carita de niño bueno.
-Esta bien pero no te pases. -le advierto.
Entrecierra los ojos y me mira fijamente.
-Fiera, ¿Me crees capaz de hacer eso? -pregunta ofendido y empieza a dar besos a mí mejilla hasta llegar a mi oreja.
-¿Por qué crees que te lo estoy diciendo? -hablo y le agarro la cara para que no me siga besando.- ¿Te das cuenta por qué te lo digo?
-Hieres mi frágil corazón. -dice poniendo cara triste.
Suelto una carcajada.
-Pobrecito Nik, ¿Herí tu frágil corazoncito? -hablo haciendo un puchero y él pone la misma expresión.
-Lo heriste. -responde "triste".- Pero puedes alegrarme con un besito.
Le doy un manotón en el brazo para que se aleje.
-Quita pervertido.
Me aparto y veo que empieza a desnudarse.
-Antes de que preguntes voy a ir a nadar ya que no quieres follar conmigo.
Pongo los ojos en blanco y él se ríe, me meto en el baño para darme una ducha cuando salgo con mi pijama puesta veo algo en la cama y me acerco para ver que es. Al estar cerca el corazón se acelera.
«No puede ser, él lo hizo.»
Me emociona tanto que no me puedo controlar así que me pongo mis pantuflas y voy corriendo hacia la salida, en el camino me topo con Sergey.
-¿Rubia a dónde vas tan apurada?. -me mira confundido viniendo detrás de mí.
-Voy a salir un momento, ya vuelvo. -digo mientras camino rápido dejándolo atrás.