Morgan
Hace mas de una semana que Lily me apuñaló y estoy en cama aún por órdenes del “Doctor”, ese idiota no quiere dejarme salir porque dice que aún estoy convaleciente pero ya estoy cansada y aburrida de estar así, no lo veo desde que habló sobre el historial médico del que espero no consiga nada porque Ben se encargó de borrar esa parte pero al parecer para Yura no hay imposibles y hasta que no lo tenga no se quedará tranquilo a menos que yo se lo diga.
Pongo una mano en mi vientre y veo la muñeca de la otra en donde se aprecian las finas cicatrices que dejó la navaja con la que corte mis muñecas, veo ambas y el pecho se me comprime con los recuerdos que quiero olvidar.
-Hola cariño. -saluda Nik sonriente y viene con comida- ¿Cómo está la esposa más hermosa?
Lo miro por la tontería que dice y suelta una carcajada.
»Definitivamente no eres tan romántica como yo.
-No eres para nada romántico, solo te estás burlando. -me siento y él pone la bandeja en mis piernas- Gracias.
-Solo quiero consentir a mi esposita que aún está delicada de salud y hacerle saber que estoy feliz porque estamos cumpliendo dos semanas de casados. -me toma desprevenida dejando un beso en mis labios- Me haces tan feliz, cariño.
-No hagas eso. -le reclamo y me doy cuenta de la persona que nos mira en la puerta con cara de pocos amigos
–Veo que ya estás mejor. -habla serio y se acerca a la cama- Puedes levantarte y caminar pero debes ser cuidadosa.
-¿Puedo tomar un baño? -le pregunto y asiente- ¿De cuerpo completo?
-Puedes hacerlo. -contesta nuevamente.
-Yo te ayudo a bañarte, cariño. -habla Nik con cara de pervertido haciendo que su primo lo fulmine con la mirada pero él no le presta atención.
-Darya la ayudará. -contesta Yura y sale de la habitación.
Sinceramente no entiendo a este hombre, en ocasiones es tan lindo a su modo y luego parece un témpano de hielo mirándome como si fuera cucaracha, lo peor, cada vez me llama más la atención, sé que no es bueno pero… ¿Quién es totalmente bueno en esta vida? Yura es tan misterioso y me da tanta curiosidad conocerlo más a fondo pero creo que nadie lo ha conocido de esa manera y no creo que yo sea la primera persona que lo haga.
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Con el pasar de los días había comenzado nuevamente a entrenar con Yura y Sergey, el grandulón me enseñaba las técnicas del combate cuerpo a cuerpo y eso me tenía destrozada, me dolía todo, sin embargo cada día lograba pegarle un poco más, con Yura aprendía a usar la daga con ambas manos, me dijo que era algo que no todos esperaban a la hora de usarla porque todo tenemos una mano más hábil que otra en mi caso es la izquierda y Yura se estaba asegurando que aprendiera a utilizarlas con ambas manos por igual.
-Mierda. -chillo cuando me corto nuevamente y Yura me mira con gesto reprobatorio- Un momento deja que me ponga un apósito.
-¿Qué mierda te pasa? Estás desconcentrada y no seguiré perdiendo mi tiempo contigo si sigues así, tengo cosas más importantes que hacer. -soltó molesto como estaba desde hace días.
-No estoy desconcentrada, solo no sé manejar del todo la daga, aún estoy aprendiendo por si no te has fijado. -respondo igual de molesta- La estúpida rabia que tienes hace unos días no te ha dejado observar que no soy experta.
Me agarra del brazo bruscamente y me acerca a su cuerpo.
-Escuchame niña, el hecho de que aún vivas y tengas algunos privilegios no quiere decir que me hablarás como te dé la gana, estás viva porque eres el punto débil de la rata de tu hermano. -me suelta y acaricio donde me dejó la marca de sus dedos- Te incluí en mi familia por estrategia y así como te hice entrar también puedo sacarte, comportate si no quieres regresar con tu familia.
Me aguanto las ganas de llorar porque no le voy a dar el gusto de saber que me dolieron sus palabras.
-Disculpe por hacerlo perder su valioso tiempo señor Maximov. -le entrego su daga y me volteo para entrar a la casa.
-La lección no ha terminado, vuelve aquí. -eleva la voz y no le hago caso.
-No se preocupe, puede resolver sus asuntos importantes no es necesario seguir con las lecciones. -hablo en el mismo tono sin mirarlo y entro a la casa.
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Despierto y me estiro en la cama, hoy tengo el día libre y no sé qué hacer porque no puedo salir, al final Yura tiene razón y solo me ha dejado vivir con un motivo pero yo solo quiero vivir tranquilamente una vez acabemos con Dante. Reviso mi teléfono y veo la hora dándome cuenta que son las siete de la mañana.
Escucho una garras raspar mi puerta y sonrío levantándome para abrirle la puerta a mi visita, anoche la cerré porque su dueño se lo llevo no sé a dónde y seguro al llegar durmió en su habitación, cada vez que me despierto lo tengo al lado con su hocico casi en mi ojo.
-Hola hermo… -corto lo que iba a decir al ver el rostro serio de Yura- Buenos días. -hablo poniéndome seria.
-Vamos a salir, date prisa. -suelta y se va dejándome en la puerta.
-¡Buenos días a ti también! -grito molesta porque se porte de esa manera conmigo cuando no le hecho nada- Idiota.
El traidor de Yarost’ lo sigue y más rabia me da, no le haré piojito cuando venga a mi habitación.
Voy en la camioneta con Yura a mi lado y el ingrato de su lobo entre nosotros, posa la cabeza en mis piernas pero no le hago caso y solo miro por la ventana viendo con curiosidad la ciudad de Moscú en la que tengo unos meses viviendo y de la que no conozco nada, entramos en el estacionamiento de un lujoso edificio, veo todo con curiosidad porque quiero saber dónde estoy pero no hay indicios de nada. Ingresamos al elevador y vamos directo al último piso, al abrirse las puertas veo a una mujer detrás de un escritorio que se levanta para recibir a Yura.
Empiezan a hablar en ruso y yo camino hacia unos afiches que están en mi idioma.