Revenge

Capítulo 31

Morgan

Me abstengo de volver a llamar a mi profesora nuevamente para que me preste atención, desde hace dos semanas me está dando clases de ruso y es muy buena en lo que hace porque he aprendido mucho en estas clases intensivas ya que Yura quiere que hable de manera fluida lo más rápido posible, debido a eso veo clases en la mañana y la tarde para poder descansar durante un rato antes de volver a empezar. Veo a la mujer frente a mi sonriéndole a Nik que entró a la sala de juntas a ver cómo vamos, me molesta que lo mire tanto y no porque esté celosa sino porque estamos en mi tiempo de clase, tiempo que no me gusta desaprovechar porque yo también quiero aprender rápido el idioma.

Me levanto dando un manotón a la mesa que hace brincar del susto a mi profesora y le sonrío amable haciendo que Nik suelte una carcajada.

-Voy por un café. -digo y salgo de la sala de juntas.

Bajo a la cafetería donde me dan el café que pido y me siento en una mesa a disfrutarlo. Espero que cuando llegue esté esperando y no desaparezca con Nik como lo hace frecuentemente, sigo saboreando mi café hasta que subo y la veo saliendo de la oficina de mi “esposo" mientras arregla su ropa.

-¿Todo bien? -le pregunto mirándola fijamente.

-Excelente, sigamos con la clase. -contesta entrando a la sala y la sigo.

Durante las siguientes horas se esmera en explicarme el tema de hoy hasta que Nik llega a decirme que me iré con Jun y sale tan rápido como entró.

-Profesora. -me mira- ¿Puedo decirle algo?

-Si, Morgan. ¿Qué sucede? -responde con amabilidad.

-Me gustan sus clases, su manera de explicarme ha sido muy efectiva porque he aprendido mucho desde que empezamos.

-Me alegra que te guste mi método de enseñanza, aunque se hace muy fácil ya que tu entiendes todo de manera rápida haciendo más sencillo el trabajo. -dice y asiento a sus palabras.

-Sin embargo, que se distraiga cuando viene mi marido y no me preste atención me molesta.

-¿Es tu…-su rostro se pone rojo de vergüenza pero no me callo.

-Está aquí para enseñarme no para sonreirle a Nikolai cada vez que viene, sé que folla de maravilla -miento- pero eso está entorpeciendo mis clases y no me gusta.

-No sabía que eras su esposa, yo… -no sabe qué decir y se levanta recogiendo sus cosas- Terminamos la clase por hoy, debo irme.

-Que pase feliz tarde. -sonrío cuando cierra la puerta.

Sigo practicando las oraciones hasta que suena mi teléfono y veo que es Nik.

-Hola. -contesto dejando de lado el material de estudio.

-¿Qué hiciste, fiera? -pregunta al otro lado de la línea.

-Le dije la verdad, -explico- el affaire que tiene contigo está entorpeciendo mis clases y no me gusta. -me sincero y se carcajea de mis palabras.

-Entiendo, también se enteró que somos esposos y eso obviamente no se lo dije yo. -responde.

-Bueno solo quería que se controlara un poco cuando te viera, desde el principio me di cuenta que se traían algo pero al afectar mis clases ya no pude hacerlo más. ¿Estás molesto?

-No, sólo me da risa. Debo dejarte, ve a la mansión con Jun, nos vemos después. -habla y cuelga sin darme oportunidad de despedirme.

Sigo practicando no sé por cuánto tiempo y el hambre me ataca.

-Me encantaría comerme una buena hamburguesa con mucho queso y tocino. -me digo tocando mi estómago y me levanto para irme, busco en mi teléfono y marco a Jun rápidamente para avisarle que ya podemos irnos.

-Señorita Morgan. -responde al segundo tono.

-Hola Jun, ya terminé así que podemos irnos. -informo saliendo de la sala de juntas.

–Espérame allí, voy por ti.

-Pero… -cuelga la llamada- yo puedo bajar.

-Jun tiene la orden de venir a buscarte, para eso es tu escolta. -la voz de Yura me asusta y volteo a verlo. Hasta vestido de manera deportiva se ve bien- Háblame de tu avance en las clases. -solicita cambiando de inglés a ruso

Respiro profundo organizando las palabras en mi mente, la profesora me enseñó mucho en estos días pero he estado estudiando por mi cuenta en mis ratos libres.

-He aprendido algunos verbos importantes para la conversación del día a día, también he hecho ejercicios de pronunciación para decir con claridad las palabra que se me dificultan. -me quedo callada pero me mira esperando que le diga más- Escribí una biografía de mi vida de tres páginas y leí dos sin trabarme.

Me da una pequeña sonrisa.

-Bien hecho, pequeña. -me felicita haciéndome sentir repentinamente contenta- Vámonos, hoy fue un día muy largo.

Asiento y le sonrío, camino a su lado para entrar en el elevador.

-¿Qué tal tu día? -pregunto queriendo poner un tema de conversación y no seguir con este silencio incómodo.

-Excelente, abrí un cráneo hoy. -responde tan tranquilo como si hablara del clima.




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