Morgan
Mi nuevo profesor de ruso el señor Abramovich me da las pautas para lo que quiere que haga a final del período.
-Te daré las herramientas necesarias para que hagas la presentación de un tema de tu interés, te evaluaré la pronunciación, escritura y correcta ortografía, también deberás entregar un trabajo escrito de lo que expondrás. -había dicho muy serio el hombre.
-¿Cuánto tiempo de clases tendré antes de hacer la presentación? -pregunto con curiosidad porque me parece una tarea un poco difícil ya que no soy tan diestra en el idioma.
-Un mes. -suelta tan tranquilo.
-Es muy poco tiempo. -me quejo- Apenas estoy aprendiendo y no quiero hacer algo mediocre, necesito más tiempo para prepararme.
-El doctor Maximov dispuso un mes y así será, soy uno de los mejores profesores y mi reputación no quedará manchada porque tú no puedas con esto. -dice y anota algo en su libreta, voy hablar pero no me deja- El día trece del próximo mes será tu presentación así que ve pensando el tema, no tienes que preocuparte porque tendrás todas las herramientas para cumplir con la actividad.
-Igualmente no estoy de acuerdo con el tiempo porque es muy poco. -refunfuño y veo a Yura entrar con un conjunto médico de color negro y se quita el gorro mientras se acerca.
-¿Algún problema? -pregunta serio y el profesor se levanta como un resorte de su silla para saludarlo.
-Buenas tardes doctor Maximov, le estaba dando las pautas a Morgan para la exposición. -explica el profesor de manera amable, muy amable a decir verdad porque parece cómo si quisiera besar por donde pisa el hombre que se acerca a nosotros.
-Pero es muy poco tiempo. -replico molesta porque no quiero pasar vergüenza si no aprendo lo suficiente para hacer una buena presentación.
-Lo harás bien, no tienes que preocuparte. -contesta Yura- Tienes al profesor para resolver todas las dudas, no veo porqué tanto drama.
-Es que… quiero hacerlo bien. -hablo bajito.
-Así será, estoy seguro que podrás lograrlo.
Cuando voy a contestar suena su teléfono y no sé qué le dirán al otro lado de la línea pero su expresión da miedo, corta la llama agarrandome de la mano de forma brusca.
-La clase se acabó, nos vamos. -le suelta al profesor y me arrastra fuera de la sala.
-Como diga señor Maximov, hasta luego.
Dejamos al profesor mientras trato de no enredarme con mis propios pies para no caerme.
-Espera, baja la velocidad. -le pido pero es como si no escuchara y tampoco suelta el agarre en mi muñeca- ¡Yura! -le grito para que me mire y me suelto cayendo de culo al piso, lo que hace que voltee a verme.
Se regresa y me levanta para echarme sobre su hombro.
-No seas bestia, Maximov, puedo caminar. -reclamo pegándole en la espalda- Bájame.
Me ignora y bajamos en su ascensor personal hasta el estacionamiento donde Jun arruga el entrecejo al ver como me lleva su jefe, sin embargo se apresura para abrir la puerta de la camioneta donde después se monta y arranca.
-¿Qué sucede?. ¿Por qué me arrastraste aquí? -no me contesta e insisto- Yura. ¿Qué pasó?
Me muevo para tocarlo pero aparta mi mano y aprieta los labios al ver lo que causó en mi muñeca con su agarre, le ordena al chofer en ruso que pare en una farmacia, lo siguiente no lo entiendo y esperamos que el hombre suba nuevamente con una pomada que le entrega y aplica en mi muñeca para disminuir la marca de sus dedos.
-Tienes la piel muy delicada. -habla sin mirarme mientras aplica el ungüento con delicadeza.
-Me apretaste muy fuerte, sólo tenías que decirme que te siguiera y lo hubiera hecho sin preguntar nada.
Me mira como si no creyera lo que digo.
»Bueno no hubiera preguntado nada al momento, después sí. -termino de hablar y él niega mientras sigue untando el medicamento.
-Dante está en Rusia, -empiezo a temblar- no sé si es muy valiente o muy estúpido como para venir solo hasta acá, aunque conociendo a sus amiguitos italianos algo traman.
-No vino en son de paz, trama algo. -contesto asustada- Yo… yo no quiero que me lleve, quiero que se vaya.
Empiezo a temblar de manera descontrolada y siento que me falta aire, agarro mi pecho porque no me llega aire a los pulmones.
-Oye, debes calmarte. Mírame -pide Yura y masajea mi nuca- mírame pequeña, imita lo que haga.
Inhala y exhala esperando que yo haga lo mismo sin dejar de masajear, poco a poco empiezo a repetir sus movimientos haciendo que llegue un poco más de aire cada vez que respiro profundo.
»Vamos, no dejes de imitarme. -obedezco y se acerca a mi oído- No debes dejar que Dante te descontrole porque eso es lo que le gusta, verte vulnerable lo hace sentir poderoso y ese maldito no debe tener ningún poder sobre ti. Recuerda eso.
Con el paso de los minutos me voy calmando mientras analizo las palabras de Yura, tiene razón, cuando Dante me ve vulnerable se siente dueño y señor de mí, no puedo permitirlo porque no es así, tengo que demostrarme a mí misma que soy fuerte ante él.
-Quiero ir contigo. -hablo después de calmarme.
-Para que te dé un ataque de pánico delante de tu hermanito, gracias pero no. -responde de manera odiosa pero no quiero discutir así que me quedo callada no sin antes hacer un último intento.
-Por favor, déjame ir contigo. -suplico antes de cerrar la boca pero no me da una respuesta.
Llegamos a la mansión y sale de la camioneta furioso sin esperarme, entro y veo a Sergey y Nik caminar al despacho con Yura gritándoles no sé qué, yo no pregunto nada y me voy a mi habitación, ni siquiera Yarost' está por aquí así que voy a darme una ducha y me pongo a estudiar ruso para pasar el rato. La puerta se abre interrumpiendo la siesta que no sé en qué momento empecé pero tengo la cara enterrada en el cuaderno de anotaciones que tengo sobre la cama.
-Levántate. -ordena Yura y se acerca al armario sacando la ropa que lanza a la cama- Salimos en media hora.