Revolución

3 - Alara – 2

Víctor era tan poderoso como su reputación y parecía que estaba jugando con ella, ya que solo estaba usando su sable para pelear. Su Makashi era rápido y preciso, su sable curvo entraba por lugares extraños en su defensa. Su pequeño hermano era una pesadilla que había olvidado hace mucho, apenas recordaba su cara y no podía creer que era el maestro de Shin. Alara podía sentir a los maestros preparando su técnica para derrotarlo, así que llenó su corazón de esperanza mientras peleaba con el monstruo que tenía enfrente. Su rojizo sable bloqueaba todos sus ataques y parecía inmune a su bakuuni, ya que sentía que estaba golpeando un bloque macizo de durasteel. Su hermano tenía una horrenda y violenta sonrisa que solo recordaba del pasado. Tal vez podía haber tenido alguna oportunidad de derrotarlo si su mente no estuviera pensando en Shin. Su padawan había estado vivo todo este tiempo esperando por un rescate que nunca vino. ¿Cómo podían ser los guardianes de la galaxia si no pudieron salvarlo del Imperio? Alara se sentía una farsante y una desgracia para la Orden. Por otro lado, estaba recordando sus últimos días con él mientras su corazón parecía reencontrarse con el pasado. El amor que sentía por él estaba dentro de ella y no sabía que podía significar. El sable de Tharan encontró el mango del suyo para partirlo al medio mientras sentía la vida de sus amigos apagarse una a una. Shin era demasiado para ellos y parecía que su técnica secreta había fallado. Alara cayó al suelo sin poder hacer nada al respecto.
“Mis espías tenían razón sobre ti, hermana. No eres nada especial, Ihsahan ha derrotado a los mejores guerreros de tu Orden en estos años, preparando todo para esta invasión. Debería agradecerte. Me has dado el mejor de los regalos… Siempre te he querido a mi lado, hermana. Siempre quise devolverte lo que me habías dado cuando éramos niños…” Dijo con violencia Tharan.
Alara recordó cómo había protegido a su hermano de un bravucón en la escuela, pero sentía que era su deber como hermana mayor.
“Probablemente no lo recuerdas, pero siempre has sido mi debilidad, Alara. Ocultarte de mis enemigos ha sido difícil, incluso Ihsahan se enteró de nuestra relación hace unos instantes.” Dijo sonriente mientras se agachaba a su lado. “¿Por qué no puedes pelear? ¿Es por Ihsahan? No te preocupes, pronto morirá para acompañarte. Está llegando el final de su utilidad para nosotros. Esta farsa está por terminar, pero él cree que es todo cierto… Si no fuera por la hipocresía jedi nunca podría haber tenido un arma como él. Lo único que siempre quiso era una familia… Armó una en Dromund Kaas, pero no tenían lugar en esta misión, aquí solo están los más poderosos siths del Imperio.”
Alara vio a Shin aparecer detrás de su maestro para derrotar a sus refuerzos sin hacer el menor esfuerzo. Tharan estaba listo para rematarla, pero Shin lo detuvo inesperadamente. La frialdad de Shin era mucho más profunda que la de antes, pero su máscara estaba siempre apuntando hacia ella. Encontró el sable de Juna en el suelo y rodó para ponerse de pie. Ihsahan se marchó entre los calcinados cadáveres de los soldados camino hacia el salón. Tenía que hacer algo, pero su hermano no iba a dejarla pasar con facilidad.
“¿Qué vas a hacer hermana?” Preguntó divertido Tharan. “Ihsahan es imparable, soy el único que pude derrotarlo. Estoy incluyendo a nuestra bella Emperatriz, ese trono va a ser mío después de que conquistemos la República.”
“Víctor, nunca quise que esto termine así, pero no puedo permitir que…” Dijo con el poco valor que tenía.
“Ah, suenas como toda una jedi…” Interrumpió divertido Tharan. “No hay nada que puedas hacer para detener esto, de hecho, solo estás viva porque Ihsahan… No lo sé, debe estar apegado a ti de alguna manera.”
Alara quería hablar con Shin.
“Su nombre es Shin.” Dijo con energía.
“Ah, ese era su nombre. Irrelevante.” Dijo divertido Tharan. “¿Vas a entretenerme un rato? Tengo que esperar un poco para hacer una entrada dramática. La galaxia va a recordarme, Alara.”
La jedi saltó hacia adelante para hacer una barrida y lanzar un poderoso empujón con su telequinesis. Sonriente, Tharan absorbió el impacto para lanzar una patada a su cara. Alara saltó hacia atrás mientras tiraba partes del techo hacia él. Tharan simplemente destruyó los pedazos con su telequinesis mientras sonreía. Alara sabía que tenía que esforzarse para pelear con alguien como él. Tiró con su mano hacia ella para Tharan salte un pedazo de la puerta, la oportunidad estaba allí. Alara giró su mano para hacer un remolino de Fuerza alrededor de su hermano, que giró una sola vez en el aire antes de tocar el suelo.
“¿Algo más?” Preguntó jocoso Tharan. “Ese título de maestra vale mucho menos de lo que esperaba. ¿Qué clase de maestra está tan desprotegida?”
“Cierra la boca.” Dijo ofuscada Alara.
La maestra no sabía cómo seguir, sus técnicas y su habilidad con la espada no eran suficientes para pelear con un monstruo como ese, pero ella necesitaba volver a ver a Shin.
“Ustedes a veces pierden el centro y terminan siendo simplemente esclavos de la Fuerza. No saben cómo pelear cuando sus famosos corazones aparecen, por eso somos tan formidables, nosotros no tenemos ese problema.” Dijo jocoso Tharan.
Alara supo en el momento que vio la cara de Shin que no iba a recuperar su centro ese día. Tharan lanzó su sable a pelear con ella, Alara bloqueó los ataques notando que su hermano simplemente estaba jugando. Ella no era una niña y mandó el sable de un contragolpe hacia él.
“No, sigues sin tu centro. ¿No puedes… meditar o algo?” Preguntó jocoso Tharan.
“¿Qué le hiciste a mi padawan?” Preguntó sin cuidado Alara.
“Ah, nada. Un poco de tortura, un poco de verdad…” Respondió divertido Tharan. “Ustedes hicieron la mayoría del trabajo. Los caídos son fáciles de manipular, no muchos terminan con las cualidades de un verdadero sith. Ihsahan está cerca, pero sigue siendo un jedi. No tiene la crueldad necesaria en su sistema para ser uno los nuestros.”
Alara quería que eso significara algo, tal vez todavía algo dentro de él para poder traerlo a la luz. Apretó su sable para lanzarse al ataque, bloqueando los movimientos de su hermano para que su puño aterrice en su estúpida sonrisa. Tharan contrarrestó con un revés para luego lanzar un relámpago hacia ella. Alara lo descargó en el suelo mientras arrojaba todo lo que había en el lugar hacia su oponente. Tharan solo sonreía divertido, como si estuvieran jugando en su infancia. Alara estaba a punto de frustrarse cuando todo el lugar fue interrumpido por un grito. Un grito que se había escuchado en toda la galaxia.



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En el texto hay: accion, starwars, star wars

Editado: 16.07.2023

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