Revoluciones cotidianas.

Se hace rutina.

A veces, el amor se convierte en costumbre,

en una rutina que llega sin aviso.

Nos miramos, pero no nos vemos.

Nos hablamos, sin escucharnos.

Y aunque todo parece igual,

algo se desvanece entre los días,

como un perfume que pierde su esencia,

como una melodía que no sabemos repetir.

Tal vez este sea el amor más complejo,

el que exige quedarse,

el que pide fuego cuando solo quedan cenizas,

el que lucha contra lo tibio del hábito.

Porque amar no es solo un inicio,

es saber renacer cada día,

en mirarnos como aquella primera vez,

aunque la rutina quiera imponer lo contrario.



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En el texto hay: desamor, amor, poesía.

Editado: 26.06.2025

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