Prólogo

2017–14 de abril

Mi mamá se ve demasiado emocionada por el nuevo apartamento que acabó de comprar, es pequeño pero moderno siempre le hice esa promesa. Cambiar nuestras vidas, de repente una voz quejosa empieza a interrumpir mis pensamientos

—Hijo aún no has elegido tu cuarto

Dice mi madre quejándose.

—Mamá elige el cuarto que sea, realmente me da igual

—Hijo es tu casa y deberías escogerlo tú 

— ¿Qué te parece si compartimos el mismo cuarto?

Si, aún teniendo veintidós años aún duermo con mi mamá. Nunca me ha gustado dormir solo, suele darme aveces unas horribles pesadillas a las cuales no les encuentro explicación

—Dios Dante ¿aún con eso?, no se que dirían tus primos si aún se enteran que duermes con tú mamá—suelta una carcajada

–Bueno, si no quieres dormir conmigo esta bien–digo en tono molestó

–Hijo a mi no me molesta que aún duermas conmigo, pero llegará el momento en que tendrás que acostumbrarte a dormir solo

–Bueno, por los momentos esa mala costumbre aún no se me ha quitado

–Por eso tienes que casarte hijo, con una persona con la que te sientas en confianza y puedas dormir tranquilo sin el temor de que te descubran que aun duermes con tu mamá

–Mamá por Dios tu sabes que ahorita no tengo cabeza para el matrimonio, es más, a penas estoy comenzando a estar mejor económicamente, necesito primero estar seguro de que me seguira yendo bien como hasta ahora

–Dante, no todo en la vida es el dinero ni la estabilidad económica

Casarme si era un sueño, pero sabía que aún no estaba listo. Realmente no me gustaba que mi mamá o cualquier persona pensará así. Me parecía algo muy ignorante

–Por supuesto que si mamá, un matrimonio es una responsabilidad, no todo en la vida es amor, también es tener que pagar cuentas, hacer planes familiares, entre muchas otras cosas

–Lo dices como si fueras un muerto de hambre

Mi progenitora intenta calmarme. Pero eso aún no me quita la ansiedad de que pueda pasar en un futuro

–Este apenas es el comienzo mamá.