Rex Heaton

Capítulo 34: Lola

—Es una locura verdad. Jemima me dijo que lo haga porque es para salvar a Valentina y siempre existe el divorcio.

Tasha ríe.

—Estoy con ella. Lola, tú estás con Rex y lo has dejado entrar a la vida de tu hija porque ves un futuro con él, así que no es una locura que se adelante un poco.

—Hace unas semanas, él huía a las relaciones, apenas decidimos estar juntos, no hemos tenido ni una cita y debo casarme para no perder a mi hija. Él no me dijo que se quiere casar conmigo porque ve una vida a mi lado o porque me ama, lo hizo para ayudarme, para asegurarse de que yo me vea bien ante el juez y no me quieten a mi hija.

—Y no te quieres casar bajo esas circunstancias.

—No quiero que él sacrifique su libertad bajo esas circunstancias.

Mi amiga guarda silencio.

—Sigue tu corazón, Lola. Si no te quieres casar con él porque temes que él se equivoque y se arrepienta cuando las cosas se acomoden, no te cases y dile el motivo. Y si te quieres casar con él por Valentina, hazlo y ya luego enfrenta lo que sea que venga. Haz lo que creas mejor. Y si me preguntas a mí, no creo que él quiera casarse solo por tu hija, sino habría buscado más opciones.

—Y pensé que tú me aclararías la mente.

—Solo tú misma la puedes aclarar y yo te apoyaré. A lo mejor todo sale bien, él se queda en Ushuaia, siguen felizmente casados y tienen más hijos.

Río.

—Gracias, Tasha.

—De nada, pero si te casas y luego siguen juntos cuando yo vaya, tendrás que hacer una boda como corresponde y hacer la despedida de soltera. ¿Sabes hace cuanto espero que te cases para una despedida de soltera?

—Lo tendré en cuenta. Si bien podrías casarte tú y organizar tu propia despedida.

—No, ya intenté lo del matrimonio y terminó mal.

—Era un idiota y todos te dijimos que era un error.

—Como sea, fue hace años y está en el pasado. Llámame o dime que te llame si necesitas hablar. Te quiero, amiga.

—Yo también te quiero.

Cuelgo y entro en el taller de Tyron.

No he visto ni hablado con Rex desde ayer cuando me propuso matrimonio… Bueno, cuando me dijo que debíamos casarnos para pelear contra mi ex. Me llamó y evité responder porque no tengo una respuesta. Sé que el tiempo corre.

Mi ex aún no ha presentado una demanda, pero lo hará si no le doy la respuesta que deseo.

El problema es que no sé que hacer.

Acepté el dinero de Rex para pagar mis deudas y pienso devolverle cada centavo, incluso estando casados. La boda es otra cuestión que me cuesta considerar.

Puedo imaginarme casada con Rex y convirtiéndose en el padre de Valentina. Ella lo eligió antes de que pasara algo entre nosotros y además tendrá dos tíos que la querrán incondicionalmente.

¿Qué sucede si Rex se arrepiente y quiere irse? Está el divorcio y no me negaría a eso; sin embargo, sería horrible pasar por eso. No solo por mí, sino también por Valentina.

Saliendo con Rex es una cosa y puedo mantener a mi hija al margen, pero casarme con él, no puedo porque tendríamos que vivir juntos o sería extraño que viviéramos separados estando casados. ¿Cómo se sentiría Valentina si él decidiera irse? Aunque si no me caso con Rex, también corro el riesgo de perderla.

—Mierda.

—¿Hablando contigo misma?

Volteo y le sonrío a Tyron.

—Hola. Algo así, un debate interno—suspiro—. Acabo de renunciar a mi trabajo en la cafetería. No iba a hacerlo, pero mi gerente se puso en mal plan, yo estoy sin dormir, agotada mentalmente, hubo mucha gente, muchos clientes y ella presionó los botones incorrectos; así que, después de decirle un par de verdades delante de toda la cafetería, le tiré café frío encima, le dije perra narcisista, renuncié e hice una salida triunfal.

—Vaya…

—Sí y espero que Rex haya hablado en serio cuando me dijo que necesitas a alguien a medio tiempo para ayudarte con la parte administrativa porque necesito el trabajo. El resto del tiempo trabajaré para Matilde.

Mi amigo sonríe.

—Le comenté que necesitaba a alguien y era difícil porque soy desconfiado con las personas, como sabrás—asiento—y sé que tienes experiencia porque ayudas a Matilde, así que le dije que, si necesitabas trabajo, yo estaría a favor de ofrecerte uno. Es a medio tiempo porque no puedo desplazar a mi madre por completo, aunque si sigue distraída con su club de mujeres donde juega cartas y al bingo, es posible que te deje el trabajo a tiempo completo. Ya veremos.

Sonrío.

—Genial porque necesito el trabajo y tus padres y tú son grandiosos.

—Bien, te mostraré tu lugar de trabajo.

—Tendría que comenzar mañana porque debo recoger a Valentina en la escuela.

Y hablar con Rex para darle una respuesta, agrego mentalmente.

—Claro. Solo te mostraré a lo que te enfrentarás. Mi madre no se lleva muy bien con la computadora o todo lo que sea electrónico, así que tiene todo en papel. Yo trato de pasarlo a la computadora cuando tengo tiempo libre y se complica. La mayoría de los clientes quieren factura electrónica y mi madre no quiere entender como se hace, así que ella emite las físicas y luego yo envío las electrónicas, cuando lo recuerdo—asiento—. Papá odia toda esta parte de la administración. Siempre le dejó todo al contador que termina con dolor de cabeza y yo trato de facilitarle la vida por su bienestar y mi bolsillo.




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