Rex Heaton

Capítulo 41: Rex

—Un brindis por el esperma que volvió a la alcantarilla. —exclama Willa levantando su vaso de cerveza.

—No debiste llamarlo así delante de sus padres—reclama Cian—. A pesar de todo es su hijo.

Willa se encoje de hombros dándole igual lo que nuestro hermano opine.

—Como sea, lo que importa es que se fue y no lo volveremos a ver. —agrega Matilde.

Maico firmó. No creo que se ponga muy contento cuando sepa que podrá trabajar en el viñedo de sus padres recibiendo un sueldo como cualquier empleado, y eso si demuestra ser un buen empleado.

Carlos tiene la idea de dejar a su sobrino con la mitad del viñedo, pues es bueno en su trabajo y lo ha ayudado mucho los últimos años, incluso insinuó que Valentina se llevará su parte por ser su única nieta, así que Maico se puede llevar una sorpresa.

Por suerte, ese asunto no es de nuestro interés. Si Valentina hereda algo o no, se verá en el momento. Por ahora no tiene nada que ver con el viñedo Leguizamón.

Lola le dijo a Cecilia y Carlos que pueden venir de visitas y pasar tiempo con Valentina, sin su hijo. El matrimonio quedó encantado con la invitación y prometieron regresar pronto. No quiere perder contacto con su nieta.

Igual a Maico no le importa su hija. Yo nunca hubiera renunciado a los derechos, aunque significara perderlo todo.

—Pensé que Tyron vendría—dice Cian—. Todavía no lo conocí y todos hablan bien de él, menos Willa.

—Los tiene comprados a todos, pero a mí no. Conmigo fue grosero y no se disculpó.

—Se disculpó por no poder venir porque tuvo que viajar a San Martín de los Andes esta mañana por algo relacionado con su hijo. —explico.

Mi hermana frunce el ceño.

—¿Tiene un hijo?

—Sí, un niño de casi seis años—respondo—. Hay conflicto con su exesposa. No me corresponde contar nada.

—Da igual. Pobre del niño.

—Él no es un esperma de alcantarilla. —defiendo.

Mi hermana desvía el tema de Tyron al de la familia biológica de ellos. Cian está de acuerdo con retomar las investigaciones y encontrar a la familia materna.

La casa de nuestra niñez perteneció a nuestro abuelo materno y se la heredó a nuestra madre. Lo que nos da a pensar que mamá no tenía hermanos o el abuelo no tenía relación con ellos. Él se mudó luego de enviudar.

Supongo que tenemos que investigar más a fondo. Nos desviamos de todo cuando pasó lo del ex de Lola.

Hablando de Lola, me levanto de la mesa para ir a buscarla. Fue a acostar a Valentina y es raro que no haya regresado.

Llego a la entrada de la habitación y me quedo apoyado en el marco. Ni Valentina ni Lola pueden verme.

—¿Papá puede irse?

—Es posible. Nunca se sabe. Aunque dino Rex tuviera que regresar a Buenos Aires, seguirá siendo tu papá.

—Si él debe irse por su trabajo. ¿No podemos ir con él?

—¿Querrías vivir en la ciudad?

¿Acaso Lola cree que me voy a ir?

No puedo ver la expresión de Valentina, pero imagino su cara pensante.

—Me gusta aquí. Me gusta mi escuela, mis amigas, los tíos, Matilde y las montañas, pero quiero mucho a papá dino Rex y prefiero tenerlo a él en mi vida.

Sonrío.

—Tienes razón, Val—dice Lola—. Ya lo veremos—deja un beso en su cabeza—. Descansa.

—Te quiero mucho, mami, hasta las estrellas de ida y vuelta.

—Yo te amo hasta el infinito y más allá.

—Lo sé.

Me alejo de la puerta para que Lola no sepa que escuché parte de su conversación.

Me llega al corazón que Valentina esté dispuesta a irse a Buenos Aires solo por estar conmigo. Lola sería capaz de hacerlo con tal de ver feliz a su hija y, asumo, que también para estar conmigo. Me dijo que está enamorada de mí y yo no le dije nada porque no supe que decir, aunque yo también estoy enamorado de ella.

Amo a Lola y no tengo dudas de mis sentimientos.

—Rex.

Sonrío.

—Vine a ver si todo estaba bien porque te estabas tardando en acostar a Val.

—Sí, ella y yo teníamos una charla de madre e hija—asiento—. ¿Todo bien con los demás?

—Sí. Matilde estaba comentando sobre el hombre con quien está hablando en la app de citas. Willa lo quiere investigar para asegurarse que es bueno y Cian diciendo que eso de las apps es una estupidez, pero obviamente Willa y Matilde lo ignoran. Tu amiga Jemima se fue y te dejó saludos. Dice que después te llama… ¿Estás bien?

—Sí. ¿Por qué?

—Te veo algo decaída. Deberías estar feliz que Maico está fuera de nuestras vidas y Val tiene dos abuelos que se ven buenas personas y la visitaran.

—Estoy feliz, solo algo cansada. Fueron días intensos.

—Lo sé. ¿Podemos hablar afuera un momento? Solo nosotros dos.

—Sí, claro. Creo que nos debemos una charla.




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