La luna llena iluminaba el puerto abandonado mientras Marco y Valeria permanecían frente a frente, sus miradas intensas y desafiantes.
Habían sellado una alianza peligrosa. Una unión construida sobre odio, dolor y venganza.
—Si vamos a destruir a los Moretti... —dijo Marco, su voz baja y peligrosa. —Necesito saber ¿por qué quieres hacerlo?
Valeria alzó la barbilla, su postura poderosa mientras sus ojos oscuros brillaban con rabia contenida. —Porque me arrebataron todo.
Marco la observó en silencio, sus labios apretados mientras esperaba que continuara.
—Mi padre Giovanni Moretti me consideró una traidora por oponerme a sus métodos. —confesó Valeria, su voz temblando. —Intenté cambiar las cosas intenté gobernar con justicia.
Marco arqueó una ceja, su mirada intensa. —¿Justicia...?—dijo con ironía —¿Desde cuándo un Moretti conoce esa palabra?
Valeria apretó los labios, sus ojos ardiendo con dolor. —Nunca conocí su tipo de justicia. Solo conocí su crueldad.
Marco sintió cómo su pecho se apretaba. —¿Qué te hizo?
Valeria cerró los ojos, sus lágrimas cayendo. —Me consideró una amenaza. Me acusó de traición.
Marco sintió cómo su rabia crecía. —¿Y te desterró?
—Peor. —dijo Valeria, su voz rota. —Me quitó todo. Mi poder mi lugar en la familia... —sus lagrimas empezaron a caer—y a la persona que amaba.
Marco frunció el ceño, su mirada oscureciéndose. —¿A quién amabas?
Valeria dejó escapar un sollozo, su cuerpo temblando. —A mi prometido Luca De Santis. Lo ejecutó por mi traición para enseñarme una lección.
El corazón de Marco se detuvo. Sabía quién era Luca. Sabía que era un hombre justo, leal y que había muerto defendiendo su honor.
Y ahora entendía el dolor de Valeria.
—Entonces también te rompió. —jadeó Marco, su voz temblando. —Igual que a mí.
Valeria asintió lentamente, sus lágrimas cayendo. —Sí porque me arrebató mi amor y mi corona.
Marco sintió cómo su pecho ardía de rabia. Había creído que estaba solo en su dolor, había creído que era el único con el corazón roto.
Pero ahora sabía que Valeria compartía su maldición.
—Asi que quieres venganza. —dijo Marco, su mirada intensa. —Quieres destruir a Giovanni Moretti por todo lo que te hizo.
—Sí. —admitió Valeria, su voz baja y peligrosa. —Porque no puedo permitir que siga gobernando con miedo y crueldad.
Marco asintió lentamente, su respeto evidente. —Bien, estoy contigo. Vamos a destruirlo y vamos a arrasar con sus sombras.
Valeria lo miró fijamente, sus ojos llenos de emoción. —¿Por qué confías en mí?
Marco dejó escapar un suspiro tembloroso. —Porque también estoy roto y no tengo nada que perder.
Valeria sonrió suavemente, sus lágrimas brillando. —Excelente vamos a luchar juntos.
—Sí. —dijo Marco, sus ojos ardiendo con determinación. —Porque tu venganza también es la mía.
Se miraron en silencio, sus almas rotas entrelazándose en una alianza peligrosa. Sabían que su unión estaba construida sobre odio y dolor, sabían que su amor estaba manchado de traición.
Pero también sabían que no podían destruir a sus enemigos el uno sin el otro.
Porque sus corazones estaban rotos.
Y su venganza era su única salvación.
El puerto abandonado estaba envuelto en sombras mientras Marco y Valeria sellaban su alianza de venganza.
Ambos tenían el corazón roto. Ambos habían perdido todo.
Y ahora estaban dispuestos a destruir a aquellos que les habían arrebatado su felicidad.
—Si vamos a atacar a Giovanni Moretti... —dijo Marco, su voz baja y peligrosa. —Necesitamos un plan y aliados.
Valeria asintió lentamente, su mirada intensa. —Los Moretti tienen enemigos ocultos en las sombras esperando su caída.
—¿Y cómo piensas encontrarlos? —preguntó Marco, arqueando una ceja.
Valeria sonrió suavemente, su postura poderosa. —Ya los encontré y están dispuestos a unirse a nosotros si tú lideras la caza.
Marco sintió cómo su pecho se apretaba. —¿Por qué yo?
—Porque eres el hombre que casi destruye a Adriano Ricci. —dijo Valeria, su voz gélida. —Eres el único que puede desafiar a los Moretti y sobrevivir.
Marco apretó los dientes, sus ojos oscuros brillando con emoción. —¿Quieren que los guíe a la guerra?
—Sí. —dijo Valeria, su mirada fría. —Porque saben que no tienes nada que perder.
Marco sintió cómo sus lágrimas ardían en sus ojos. Había perdido su propósito. Había perdido su amor.
Pero ahora tenía una razón para luchar.
—De acuerdo, los lideraré. —dijo Marco, su voz baja y cortante. —Voy a cazar a Giovanni Moretti y voy a arrasar con sus sombras.
Valeria sonrió suavemente, su respeto evidente. —¿Entonces la Reina ha encontrado a su rey?
Marco arqueó una ceja, su mirada intensa. —¿Reina?
—Sí. —dijo Valeria, su tono gélido. —Porque yo soy la heredera de la familia Moretti y voy a reclamar mi corona.
El corazón de Marco se detuvo. No había visto solo a una mujer rota en Valeria. Había visto a una reina desterrada esperando recuperar su poder.
—De acuerdo esto también es por tu corona. —jadeó Marco, su voz temblando. —No solo por venganza.
Valeria asintió lentamente, sus ojos oscuros brillando con ambición. —Voy a destruir a mi padre y voy a gobernar sobre sus cenizas.
Marco sintió cómo su pecho ardía de emoción. Había creído que su historia había terminado. Había creído que no le quedaba nada por lo que luchar.
Pero ahora... tenía una nueva razón.
—Lucharé a tu lado. —dijo Marco, su mirada intensa. —Voy a ayudarte a reclamar tu corona y voy a destruir a tus enemigos porque ahora también son los míos.
Valeria lo observó en silencio, sus ojos oscuros llenos de emoción. —¿me prometes lealtad?
Marco asintió lentamente, su voz baja y peligrosa. —Sí, porque no tengo nada que perder y solo puedo ganar destruyendo a mis enemigos.
Valeria extendió su mano lentamente, sus ojos brillando con determinación. —¿Juras luchar a mi lado hasta el último aliento?