Rey de sombras, reina de Luz

capitulo 4

El almacén secreto estaba lleno de ecos y sombras mientras Marco observaba a sus hombres entrenar.

Había elegido liderarlos. Había elegido convertirlos en cazadores... en sombras imparables.

Porque su venganza era su única salvación.

Valeria permanecía a su lado, sus brazos cruzados mientras observaba el entrenamiento con mirada crítica. —Se mueven rápido pero son descuidados.

—Lo se, voy a convertir sus errores en armas. —dijo Marco, su voz baja y cortante. —Voy a hacerlos imparables.

Valeria lo observó en silencio, sus ojos brillando con respeto. —Asi que¿has aceptado tu corona...?

Marco alzó la barbilla, su postura poderosa. —No quiero una corona, solo quiero mi venganza.

Valeria sonrió suavemente, su mirada intensa. —Y esa venganza será tu poder.

—Sí. —dijo Marco, sus ojos oscuros ardiendo con determinación. —Porque no puedo permitir que me rompan otra vez.

Valeria asintió lentamente, su respeto evidente. —Lo se, y no vas a permitir que eso pase.

Marco dejó escapar un suspiro tembloroso, sus hombros tensos mientras observaba a sus hombres luchar y entrenar sin piedad. Sabía que eran peligrosos. Sabía que eran traicionados.

Pero también sabía que eran su única esperanza.

—Vamos a cazar. —dijo Marco, su tono autoritario. —Vamos a convertirnos en sombras y vamos a arrasar con sus traiciones.

Sus hombres asintieron rápidamente, sus ojos brillando con determinación. Valeria observó la escena en silencio, su mirada intensa mientras veía cómo Marco tomaba el mando.

—Veo que estás listo para liderar. —dijo Valeria, su voz suave. —Estás listo para destruir a nuestros enemigos.

—Sí. —dijo Marco, su mirada fría. —Porque no puedo permitir que mi dolor sea en vano.

Valeria sonrió suavemente, su postura poderosa. —Eres el rey que estaba esperando.

Marco la observó en silencio, sus ojos oscuros llenos de emoción. —Ya te dije no soy un rey, solo soy un hombre roto que va a destruir a aquellos que lo traicionaron.

Valeria extendió su mano lentamente, sus labios curvándose en una sonrisa desafiante. — Rompelos como te rompieron a ti y a mí.

Marco tomó su mano con fuerza, su mirada intensa. —Voy a hacerlo y voy a demostrarles lo que pasa cuando desafían a un hombre sin nada que perder.

Se miraron en silencio, sus almas rotas entrelazándose en una alianza de poder y venganza. Sabían que su unión estaba construida sobre odio y dolor, sabían que su amor estaba manchado de traición.

Pero también sabían que no podían reclamar sus coronas el uno sin el otro.

Horas más tarde, Marco y Valeria se encontraron en una habitación secreta del almacén, revisando mapas y estrategias.

—Giovanni Moretti controla el distrito este con mano de hierro. —dijo Valeria, su voz gélida. —Tiene hombres y armas escondidos en cada rincón.

Marco asintió lentamente, sus ojos oscuros evaluando el mapa. —Vamos a destruir sus escondites y vamos a cortar sus suministros.

Valeria sonrió suavemente, su respeto evidente. —Vas a arrasar con sus sombras.

—Sí. —dijo Marco, su tono cortante.

Valeria lo observó en silencio, sus ojos brillando con emoción. — Y ¿vas a proteger mi corona?

—No. —dijo Marco, su mirada fría. —Voy a destruir a tu enemigoy luego tú protegerás tu corona.

Valeria arqueó una ceja, su postura poderosa. —¿No piensas gobernar a mi lado?

Marco apretó los labios, sus ojos oscuros llenos de emoción. —No soy un rey, solo soy un hombre que va a destruir a aquellos que lo traicionaron.

Valeria sintió cómo su pecho se apretaba. —¿Vas a irte cuando termine la guerra?

Marco dejó escapar un suspiro tembloroso, su mirada dolorida. —No sé cómo quedarme cuando mi corazón aún le pertenece a otra.

Valeria sintió cómo sus lágrimas ardían en sus ojos. —¿Nunca me elegirás?

—No porque aún estoy roto. —admitió Marco, su voz quebrándose. —Pero voy a luchar por t, porque no puedo permitir que te rompan como a mí.

Valeria cerró los ojos, sus lágrimas cayendo. —Asi que vas a luchar para salvarme,pero nunca me amarás.

Marco sintió cómo su pecho se apretaba dolorosamente. —No puedo amar cuando mi corazón aún pertenece a un fantasma.

Valeria dejó escapar un sollozo, sus hombros temblando. —Estoy condenada a amarte incluso cuando no puedes amarme.

Marco se acercó lentamente, sus manos temblando mientras tocaba suavemente su rostro. —No puedo darte mi amor, pero puedo darte mi lealtad y mi fuerza.

Valeria lo miró fijamente, sus ojos llenos de emoción. —Entonces rómpelos y rómpeme al mismo tiempo porque no puedo dejar de amarte incluso cuando no me eliges.

Marco cerró los ojos, sus lágrimas cayendo. —Parece que estamos condenados juntos.

—Sí. —dijo Valeria, su voz temblando. —Porque este amor es mi corona y mi maldición.

Marco la abrazó con fuerza, sus cuerpos temblando mientras compartían su amor roto... y su dolor. Sabían que su relación estaba manchada de traición y cicatrices. Sabían que sus corazones aún pertenecían al pasado.

Pero también sabían que no podían luchar el uno sin el otro.



#318 en Thriller
#112 en Suspenso
#3183 en Novela romántica
#1033 en Chick lit

En el texto hay: mafia, mafia amor romance, romance #traicion

Editado: 31.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.