Corrió hacia Rena, y él lo atacó, pero Ezequiel lo esquivó con un giro quedando detrás de él. Estando a punto de atacarlo, Rena le dio un golpe con el codo en la cabeza. Cayó por el impacto y continuó atacándolo, pero no logró darle un golpe.
Así estuvieron por varias horas sin descanso. Ezequiel se dio cuenta de que le hacía falta entrenamiento, el instinto no era suficiente.
Ezequiel ya comenzaba a jadear por el cansancio. Rena decidió terminar el entrenamiento.
Cuando regresaron, Fulker se fue con su padre a cazar. Hilda y Ezequiel se quedaron solos.
-Al fin podrás descansar- expresó Hilda contenta.
Ezequiel se dirigió a su jaima para cambiarse.
-Erik, ¿Quieres ir lejos del campamento? Para descansar.
-Claro, quiero despejarme un poco. Es buena idea, desde que llegué todo fue muy intenso.
Ya se habían alejado bastante del campamento. Se sentaron en el pasto, Hilda se sentó a su lado.
-Me gusta tu nuevo yo- comentó Hilda sonriendo.
Se miraron fijamente a los ojos, y comenzaron a reír.
-Hoy... En la reunión llegaron la conclusión de que hay un traidor.
-Era lo que suponía...
Al día siguiente, Rena se dirigió hacia la jaima de Ezequiel.
-¡A entrenar!- exclamó emocionado.
Ezequiel se despertó de golpe y se tomó su tiempo en vestirse e ir. Rena miró a Ezequiel sonriendo.
-Me enorgulleces hijo. Has cambiado muchísimo por algún motivo. Eso me pone contento.
-Ahora me siento más vivo que nunca. Estoy muy motivado en volverme fuerte- presionó la mano con fuerza emocionadamente, mientras miraba a Rena.
-¡Bien dicho! Así se habla- le dio un golpe en la espalda riendo.
*
Sacaron sus espadas y escudos. Guardaron distancia y se prepararon. Comenzaron a caminar en círculo entrelazando miradas. Rena se abalanzó con su espada dirigiéndola a la cabeza. Ezequiel apenas pudo protegerse, mantenía el golpe con mucha fuerza, pero era demasiado fuerte para él, así que cayó hacia atrás.
Rena atacó nuevamente mientras Ezequiel continuaba en el suelo, esquivó el golpe girando hacia la izquierda. Luego se levantó con rapidez. Miró a Rena y lanzó un ataque hacia el estómago con la espada.
Rena lo esquivó con el escudo y lo golpeó en el pecho con el mismo. El impacto provocó que retrocediera.
Enseguida Rena lo atacó nuevamente con el escudo, Ezequiel apenas pudo reaccionar. Se defendió con la espada y comenzaron a atacarse simultáneamente con las espadas, chocándolas entre sí.
Habían pasado varias horas. Ezequiel ya estaba cansado, así que Rena decidió frenar el entrenamiento. Al regresar al campamento, Hilda y Fulker se aproximaron hacia Ezequiel.
-¿Qué te parece salir de aquí de nuevo?- preguntó Hilda. -pero esta vez con Fulker.
-Claro- contestó sonriendo.
Caminaban sin rumbo alguno y hablaban sobre quién era mejor con la espada. Luego de un rato decidieron comprobarlo otro día en un combate.
Pararon de caminar para sentarse en un árbol.
-¿Quiénes eran los que nos atacaron?- preguntó Ezequiel.
-¿No te diste cuenta?- preguntó Fulker. -bueno... También me fue difícil al principio, fue de la nada. Eran sajones.
-Yo me di cuenta de inmediato, aunque Fulker tardó un poco, es porque es medio idiota. Pero Erik no lo es. Eres inteligente, ¿Por qué no te habías dado cuenta? ¿Te sientes bien? Fulker y yo estuvimos hablando, creemos que hay algo más que el efecto de la roca.
-La mentira no podía durar tanto tiempo... Creer que la roca me borró la memoria no iba a ser eterno, me lo temía. Les contaré, la verdad es que...
*
-No digas esas cosas- Expresó Fulker enojado. -¿Cómo podrías venir de otra época?
-Eso es imposible- añadió Hilda angustiada. -¿Tienes alguna prueba?
-No... No tengo pruebas- contestó mirando al suelo.
-Tu broma estuvo buena, Erik. Tienes demasiada imaginación.
-¿Entonces es una broma?
-Claro que lo es, lo conoces, es Erik. También quiero creerlo.
-¿Es eso cierto? No sé qué pensar... Ya todo me es confuso.
-¡Sí! ¡Es una broma, chicos! Es que no podía dejarlo pasar- se rio nervioso. -pero lo de la piedra es cierto, si me ven raro puede ser un efecto de la piedra. no sabemos qué era eso, de toda forma es verdad que no lo sé.
-Bien, lo de la piedra veremos qué hacer- expresó Hilda.
-Erik, ¿Qué sucedió en la reunión? Sé que le dijiste a Hilda, pero quería saberlo de ti.
-Mí padre dijo que puede haber un traidor entre nosotros.
-¿Un traidor!?- expresó Fulker sorprendido. -aunque es la única explicación.
-Así es- aportó Hilda.
Luego de un rato, estuvieron discutiendo sobre quién era mejor cazando con el arco. Ezequiel tuvo la idea de competir. Ellos estuvieron de acuerdo. Pasaron más tiempo en el árbol.
-Chicos, ¿Qué les parece si hacemos una fogata para pasar la noche acá?
-Bien- contestaron.
-Iré a buscar el fuego- añadió Ezequiel. -ustedes preparen el lugar para hacerlo.
-Hilda, ¿Qué piensas sobre Erik? Lo que dije antes fue porque quería terminar la charla, pero igualmente creo que es una broma.
-Quiero creerle... Intento hacerlo, quizás sí diga la verdad. No es el mismo desde que regresó.
-¿¡Cómo puedes creerle!?- preguntó molesto. -¡Eso es...! Eso es imposible... Estoy seguro que es una broma.
-No lo sabremos nunca, hasta que muestre pruebas.
-Ya dijo que no las tenía.
-Lo sé...
Ezequiel estaba aproximándose hacia ellos. Había encontrado bastante leña. Las dejó cerca del árbol y notó a los dos con miradas extrañas hacia él.
-Mierda, estuvieron hablando de mí, ¿Verdad? De seguro que ya saben que no soy Erik, aún así seguiré fingiendo, o lo que sea que esté haciendo.
Fulker se fue a cazar algunos roedores para comer. Ezequiel se sentó junto al árbol junto a Hilda, ella apoyó la cabeza sobre su hombro.
-¿Y cómo era tu otra vida?- preguntó con interés mientras lo miraba con una sonrisa.