Rey Vikingo: Regreso

Otros viajeros

Él los miró por unos segundos sin decir nada. Decidió esconderlos debajo de la cama, ellos no entendían porque hacia eso.

-¿Porqué nos ayudas?- preguntó el chico. -¿Acaso nos crees?

-Al igual que ustedes, tampoco soy de esta época- expresó Ezequiel serio. -cuando termine esto, hablaremos. Traten de no morir.

-Así será- añadió la chica.

Ezequiel se marchó de ahí de inmediato. Continuó con lo suyo. Luego de matar a la mayoría de los habitantes, quemaron las viviendas. A los demás que no mataron, los tomaron como esclavos. Rena le dejó a Ezequiel quedarse con un esclavo, así que de inmediato se dirigió hacia la choza donde estaban la chica y el chico. Los llevó hacia Rena.

-¡Gemelos!- exclamó Rena sorprendido. -¿De dónde salieron?

-Los encontré al principio, y los escondí para quedármelos como esclavos.

-Eres listo, hijo. Está bien, puedes hacer con ellos lo que tú quieras.

-Genial, ahora están a salvo.

Fulker le entregó dos cuerdas a Ezequiel. Él los ató desde la cintura. Los gemelos no entendían porqué les hacia eso, miraban a Ezequiel con tristeza. Él les guiñó mientras sonreía. Fulker e Hilda notaron eso.

Antes de marcharse, Hilda le entregó a Aila al Rey estando atado.

Fulker le entregó una espada y Aila miró al Rey con desprecio. Le suplicaba su vida mientras lloraba. Ella seguía mirándolo sin decir nada, hasta que Hilda le gritó para que lo mate. Levantó la espada respiran profundo para tomar fuerza mientras lo miraba directo a los ojos. Gritó con fuerza y lo cortó a la mitad.

Aila jadeaba, Hilda se acercó y le tocó el hombro felicitándola. Aila temblaba mientras sonreía. Enseguida se dirigieron todos a sus caballos y se marcharon hacia el campamento. Al llegar, Ezequiel se llevó a los gemelos hacia su jaima.

-¿Cómo es que llegaron?

-Viajábamos en avión y de pronto comenzó a caerse- contestó la chica. -y en un instante nos despertamos en ese lugar, eso fue hace un tiempo.

-¿Puede ser que morimos? Es la única opción, lo último que recuerdo es ese camión, ¿En qué fecha fue?- preguntó intrigado. -¿¡Acaso fue el veintiséis de marzo!?

-¡Así es!- contestó el chico sorprendido. -¿Cómo supiste?

-Porque también llegué ese día, por cierto, ¿Cómo se llaman?

-Izan, pero aquí me dicen Enok.

-Astrid, a mí me llaman Frida. No entendemos por qué nos llaman así.

-Es porque, esos nombres pertenecían a los dueños de los cuerpos que están usurpando.

Ambos miraron a Ezequiel desconcertados por lo que escucharon. Se quedaron sin palabras.

Hilda y el resto, estaban escuchando a escondidas. Quedaron perplejos ante esa conversación. Aila no entendía lo que sucedía, así que Hilda le contó lo que sabía, pero nunca se esperaba escuchar lo último. Ella queda asombrada y asustada. Fulker tenía una mirada fría, sin ningún gesto alguno.

Ezequiel salió de la jaima, así que Hilda y el resto se marcharon de ahí inmediatamente. Él se dirigió hacia Rena.

-Quiero que los gemelos sean guerreros bajo mi mando.

Rena comenzó a reírse.

-Está bien. Así ganarás experiencia, antes de heredar mi mando.

Ezequiel estaba feliz, fue de inmediato hacia los gemelos.

-Tengo noticias, logré hacer que ustedes sean guerreros bajo mí mando.

-¿Guerreros?- preguntó preocupada.

-Es que si no era eso seguirían siendo esclavos, y no tendrían libertad ni en opinar. Mucho menos delante de Rena, que vendría siendo mi padre.

-Bien, prefiero eso y no ser un esclavo- expresó Izan.

-Entonces yo también.

-Perfecto.

Ezequiel los llevó al área de equipamiento para entregarle arcos, espadas y escudos; con la intención de que vieran cuál le parecía mejor. Sus amigos les siguieron a escondidas. Ya alejados, Ezequiel hizo que empiecen con el arco.

-Pero no sabemos usarlas- comentó Izan.

-Así es.

-No se preocupen por eso, al principio también creí no saber usarlo. Pero de pronto acerté como si ya supiera usarlo. Eso si la piedra no tiene nada que ver o el dueño del cuerpo sabía usar el arco.

-Bien- contestó Astrid.

Apuntaron a la cruz marcada en el árbol. Lanzaron la flecha, pero fallaron el tiro.

-¿Por qué ellos no pudieron? Entonces sí tengo razón que esa roca me dio habilidades, pero todavía sigo sin estar seguro. Probaremos con la espada.

Les entregó las espadas y los escudos.

-No se preocupen- expresó Ezequiel. -no tienen filo, es para entrenamiento.

Ellos se prepararon con las espadas, comenzaron a pelear. Ezequiel los miró fijamente, ambos eran muy malos para pelear.

-Paren, dejen de pelear.

Ezequiel los miraba fijo en silencio. Ellos estaban asustados por su mirada. Frustrado por eso, decidió entrenarlos desde cero.

Primero les enseñó a usar el arco, creía que era mejor empezar por ahí. Mientras los entrenaba, hablaba con ellos.

-¿Son hermanos de verdad?

-Somos amigos desde la infancia- contestó Izan. -pero acá somos gemelos, es muy raro.

-Increible, amigos en una vida y hermanos en otra vida. Es buen dato para saber un poco más, aún no sé si estoy en otro mundo o en el pasado.

Continuaron con el entrenamiento. Ezequiel se frustraba por lo malos que eran; aún así tenía la intención de entrenarlos, y así tenerlos en su grupo. Estuvieron hasta el atardecer.

Ezequiel les ofreció ir al lago a descansar, ellos aceptaron. Ya estando ahí, entraron al lago.

-¿Sabes cómo llegamos?- preguntó Astrid.

-No, pero con lo que ustedes me dijeron puedo entender que morimos y renacimos. Al parecer me atropellaron.

-Me lo temía- expresó Izan.

-No puede ser que estemos muertos- expresó angustiada.

-Al menos tuvimos una segunda oportunidad, ¿No creen? Yo lo veo de esa forma.

-Aún así esto no me gusta, quiero volver a mí vida. Teníamos una buena vida, ahora estamos en la edad media lleno de bárbaros asesinos- añadió Astrid.



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En el texto hay: reencarnación, vikingos, viajeneltiempo

Editado: 10.03.2025

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