Rhydian

La chica que escribía a maquina

—Solo fue tu imaginación, Oliver, ya era tarde, estabas... cansado y seguro tus tés orgánicos tienen hierbas malas —Habló su padre desde el teléfono.

Ya era otro día, y el señor Velázquez estaba manejando rumbo a un extraño bar, donde se suponía encontraría a uno de los vecinos que afirmaban haber logrado ver a alguien entrando a la casa de los Alonzo, mientras que Oliver se encontraba en su casa desayunando, tratando de convencer a su padre de lo sucedido con la hoja de papel.

—Yo sé lo que vi, papá —contestó Oliver.

—Olvídalo ya —pidió su padre para luego cambiar el tema — ¿Qué harás hoy? Escuché que los vecinos organizan una fiesta ¿Iras? —preguntó su padre.

—Sabes que odio las fiestas —contestó Oliver haciendo reír a su padre.

—Claro, solo te gusta beber y charlar hasta vomitar.

—Si... Oye, papá ¿Sabes a donde mandaron al pequeño de anoche? — preguntó Oliver ideando un pequeño plan en su cabeza.

— ¿Tiene que ver con el fantasma y el papel?

—Claro que no, es solo... curiosidad.

—Ash, oye, si de verdad te interesa "investigarlo" creo que hay cosas del Niño; Dibujos, cartas, fotos y eso en la cajuela de mi auto.

— ¿De qué hablas? ¿No traes tu auto?

El señor Velázquez rio como respuesta y comenzó a pisar el acelerador —Nop, anoche me sentí con... ganas de vengarme. No te preocupes, no me arrestarán.

—Gracias, papá, te veo al rato —dijo Oliver antes de colgar, arreglar su saco elegante y salir de la casa, no sin antes cerrar la puerta con llave y luego mirar el carro mal estacionado frente a su casa.
Se dirigió a la cajuela y comenzó a revisar los papeles y dibujos que estaban archivados en un folder que decía "sospechoso"

Había 3 cartas muy informales, las cuales abrió de inmediato y revisó

"Hola, Soñador, te dije que escribiría. 
Adivina, conocí a una nueva amiga, y ella si me ve, espero poder presentártela, creo que necesita conocer a alguien tan adorable como tú para que se... relaje.
En fin, pronto volveré contigo.
Firma R"

...
"Soñador, te extraño mucho, pero esta... amiga ocupa mucha de mi atención, tiene problemas como tú. Oh... me preguntaste su nombre. Su nombre es Lily y... adivina donde vive. Chan... Chan... Chan... vive en la mansión abandonada, Bueno, ya no tan abandonada, casa de los Flechers.
Descuida, ya revise, no está Tan embrujada, espero poder traerte.
Firma R"

...
"Buen día, soñador. ¿Te divertiste en tu fin de semana solo? Lamento no haberte hecho compañía, y en realidad me parece mal que tus padres decidieran dejarte ahí solo. Descuida, estoy feliz porque mañana iré a verte y con algo de suerte... nos iremos de aquí, creo que por fin lograrás verme"

Oliver sacó un suspiro y guardó las cartas de vuelta en el folder, para así volver a cerrar la cajuela y subirse al coche, las llaves estaban pegadas ahí, así que solo lo encendió.

—La mansión de los Flechers... ¿Por qué no? —dijo para sí mismo mientras conducía un largo camino hasta el otro lado de La Ciudad.

Logró llegar hasta la mansión de los Flechers Dos horas después.
Oliver recordaba el lugar como la típica casa abandonada y embrujada de la cual corrían mil leyendas sobre fantasmas y posesiones satánicas, pero en cambio, se encontró con una alegre mansión recién pintada de blanco por el olor y con nuevas y modernas ventanas.

Oliver se estacionó frente a la mansión perfectamente y tocó a la puerta, mientras repetía en voz baja lo que iba a decir, pero rápidamente alguien le abrió, interrumpiendo su concentración.

— ¿Quién eres? ¿Qué se te ofrece? —le preguntó una mujer demasiado sonriente, con un vestido rosado

—Buen día. ¿Una chica llamada Lily vive aquí?

—Ah... ¿Quién pregunta?

—Oliver Velázquez— respondió como si nada sacando su cuaderno de notas y su pluma.

—Eso no me dice nada... Niño —dijo la mujer algo incómoda y confundida.

—Sí, claro. Supongo que solo funciona con papá —comentó para el mismo bajando la cabeza antes de sonreírle simpáticamente a la mujercita —Soy aprendiz de investigador, y mi mentor me pone a prueba con un caso de mentira, así que necesito saber si una chica llamada Lily vive aquí antes de que mis colegas lleguen. Por favor señora, necesito este empleo —rogó con una convincente cara de desesperación.

—Sí, está bien, Lily si vive aquí, pero ahora no está. Se encuentra en la cafetería que está bajando la colina —le respondió la mujer algo cansada.

—Gracias, de verdad— Oliver iba a irse pero regreso —Oh, sí otro muchacho toca, no le abra —dijo guiñándole un ojo antes de volver a su auto y dirigirse a la cafetería "Chicos"

Oliver entró al lugar, el cual estaba casi lleno, parecía haber gente en cada rincón del lugar, sería difícil encontrar a la tal Lily.

— ¡Chocolate caliente chico para Lily! —escuchó a la encargada gritar desde el mostrador.

—Sí, aquí estoy —se paró rápidamente una chica de posiblemente 18 años, vestida con un vestido negro y piel pálida, para tomar su chocolate y volver a su asiento, el más apartado del lugar, pues no se encontraba cerca de otras mesas y prácticamente estaba en el rincón más desolado de la cafetería.
Oliver se acercó sin dudar y tomó asiento, notando que encima de la mesa había una moderna máquina de escribir rosada.

— ¿Se te perdió algo? —preguntó la chica de mala gana al verlo.

—Eres Lily, la chica que vive en la mansión de por allá ¿No? —dijo señalando la ventana.

— ¿Quién pregunta?

—Soy Oliver —respondió sonriendo mientras sacaba de nuevo su cuadernillo de notas y su pluma elegante —Quiero hacerte unas preguntas sobre un... llamémoslo "ser" que se hace llamar Rhydian.

La cara de la chica cambió a una más seria al escuchar ese nombre, parecía disgustada y algo ofendido — ¿Quién eres? ¿Por qué me preguntas eso?




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