Rhydian

Capitulo 18: Home

—No— solloce hablándole a la nada, pues aún sentía una mirada sobre mi y tenía una pequeña esperanza de que mi madre me escuchara —no puedo creer que me metiera en todo esto, ¿Y para que? ¿Terminar en un torpe abismo oscuro hablándole a la nada? Yo solo quería verte, abrazarte un breve momento y pedirte consejo como antes ¿recuerdas? 
Me encantaba tu forma de ver la vida, todo era divertido, feliz y creativo a nuestra rara manera. De verdad lo extraño, porque papá actúa como si no me quisiera cerca, como si fuera un bicho raro, una mancha en su pintura perfecta y pretensiosa.
¿Qué debo hacer? ¿Como puedo cambiar las cosas sin... lastimar a nadie?— pregunté esperando desesperada una respuesta, pero el silencio seguía reinando en el lugar, haciéndome sacar una lágrima que llegó hasta el suelo —¿Por qué no contestas? ¿Por qué no me das una señal? Lo que sea esta bien, solo... quiero saber que no estoy sola en este oscuro lugar, quiero saber que las cosas cambiarán, qué mejorarán y que dejaré de sentirme miserable en ese cruel y aburrido mundo porque estaré en mi hogar— declare antes de abrazarme a mi misma, dispuesta a inundar el abismo con mis lágrimas. Me sentía como una perdedora mientras una voz en mi cabeza trataba de convencerme de qué tal vez me merecía esa enorme decepción.

—Alza la mirada— esa extraña voz en mi cabeza me tomo por sorpresa, era muy familiar, pero sabía que no era mi madre, era la voz de un elegante hombre. Aún así le hice caso y mire al frente, encontrándome con una extraña esfera de luz que flotaba cerca de mi —sigue hablando y sigue el camino— me aconsejó.

—¿Qué?— La esfera de luz comenzó a parpadear, parecía que se apagaría —¡No, no, no, espera! No desaparezcas. Me siento muy sola ahora, yo... lastime a alguien que me importa por llegar aquí, casi mato a mi papá, y eso... eso no era lo que quería. No sé qué esperaba, pero ver a Rhydian tan lastimado me hizo sentir culpable ¿Cometí un grave error?— La extraña esfera flotó alrededor de mi y luego se alejó flotando lentamente, provocando que yo quisiera seguirla, mirando como un camino se iba iluminando, no sabía a donde me llevaría pero me relajaba un poco —Por favor, dime que estás aquí— susurré para mi misma mientras apresuraba el paso hasta llegar al final del camino —Por favor, por favor— y entonces, el camino iluminado terminó, mostrándome algo confuso e igual de decepcionante.

"Aquí yace Emilia Ortega, amada esposa y madre.
Recuérdenme por mi risa, mis lágrimas y mi amor hacia ustedes, nunca se sientan tristes por mi partida, pues me gusta pensar que vivo en ustedes" 

Era una lápida clavada en el piso, era extraño, pues mi madre no tenía una tumba en un cementerio, ósea, nunca tuvo una lápida —¿Qué significa esto? ¿Es una  broma?— me quejé volviendo al suelo tocando la lápida con mis dedos, pues emanaba un extraño y agradable calor —No entiendo— volví a sollozar sacando casi todas mis lágrimas.

—Lily, gracias a dios— escuché a mi padre, estaba agitado —Rápido, ese monstruo está furioso, debemos irnos a casa.

—¿Casa? ¿Así lo llamas?— me atreví a decir —Ya no hay nada que me importe allá, y al parecer aquí tampoco.

—No digas eso— dijo recuperando el aliento y acercándose a mi —Mira, se que crees que no maneje bien esto, y seguro me odias, pero yo solo quería darte una familia, quería...

—Seguir adelante— lo interrumpí con algo de disgusto.

—Si...

—Seguir adelante no implica negarte a sentir nada— me levante para enfrentarlo, dejándolo ver la lápida, lo vi palidecer un poco —Tratas de olvidar a mi mamá— le reclamé tratando de no llorar más —Quieres reemplazarla con Dolores, es horrendo lo qué haces. Ni siquiera pensaste en mi o en ella, solo querías guardar las apariencias, hacerte El Fuerte como el machito que te crees.

—Yo no quiero remplazar a nadie— se defendió —Si— afirmó— quería ocultar mis sentimientos, creerme fuerte porque la vida sigue, no puedo fingir que el tiempo se detiene porque me siento mal, tengo un trabajo, una hija a la cual mantener, yo... no podía derrumbarme. Pero yo nunca olvidaría o remplazaría a alguien como Emilia— era la primera vez que decía su nombre desde el funeral —Ella era mi todo, mi... referente, sus locuras me daban vida, y al parecer era mejor madre que yo— comentó riendo un poco —Era mi mundo— comentó aguantando las lágrimas —Por eso, cuando se fue, trate desesperadamente de formar un nuevo mundo.

—Pero papá, es hipocresía— le dije también tratando de no llorar —No puedes conseguir a otra mujer y fingir que no sentías tristeza por mamá.

—¡Es que esa no era mi intensión!— me grito calmándose de inmediato al ver que me había asustado —Antes de... antes de que sucediera, Emilia tomó mis manos y dijo "no estes triste por mi, me gusta pensar que viviré en ustedes, ademas, me siento bien, no tengo miedo". Parecía aceptar su destino, ella... parecía feliz, como si necesitara ese descanso. Así que... creí que ella querría que siguiera adelanta y que tratara de ser feliz, pero te pido perdón, porque no pensé en ti. No era mi intención hacerte sentir rara, tu no eres una mancha para mi, bueno, me aterran las cosas que tuviste que hacer para que pudiéramos hablar, pero eres mi hija y creo que entiendo porque lo hiciste— dijo muy preocupado.

—No quiero olvidarla— dijo aguantando mis lágrimas —Tenia miedo de olvidarme de ella porque... porque tú parecías querer hacerlo, y me dio miedo. Y luego me entró en la cabeza que podría volver a verla y por eso comencé a hacer estas... estupideces y lo arruiné todo— solté buscando lastimarme a mi misma.
Mi padre, para mi sorpresa, me sonrió con calma y me dio un cálido abrazo, el cual correspondí de inmediato —Prométeme que las cosas serán diferentes, y que no dejarás que la olvide— le pedí.

—Lo prometo— me dijo antes de apartarse un poco —Ahora... ¿Serias tan amable de decirme que rayos está pasando?— dijo sonriendo algo divertido.




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