ANGELINA
Luego de pasarme toda la tarde con Loki en el parque quedé exhausta así que cuando llegué a casa me dí una larga ducha. Me puse otros chorts holgados y otra blusa gris de tirantes, me encanta esta ropa para andar en casa porque es realmente cómoda. Bajo a la cosina a prepararme la cena, aveces no me doy cuenta que tengo hambre hasta que tengo la comida ahí justo frente a mí. Miro la despensa y noto que no hay mucho de donde elegir así que decido por hacer pollo frito con vegetales y un jugo de naranja, está delicioso, tanto que me chupo la punta de los dedos y sonrío, mamá me enseñó a cocinar desde que era muy pequeña, recuerdo las veces que las cosas se me quemaban o me quedaban demasiado saladas y ella siempre me decía: “inténtalo siempre que puedas cuanto más lo intentes mejor te quedará cada vez”. El recuerdo me hace sonreír, siento algo mojado y pegajoso en mi pantorrilla izquierda, miro al piso y me encuentro a Loki pasando la legua en mi pierna, se que hace esto cuando quiere comida.
— Eres muy comelón Loki— me hago la indignada— Recién horita te comiste un cuenco lleno, mira lo gordito que estás— el me ladra y da una vueltita y me mira con sus intensos ojos azules, sonrío— Está bien, pero luego no te quejes de que no tienes novia— Cogí su comida de un estante y le eché en su cuenco, el enseguida empezó a comerla. Yo me siento en la mesa y miro los tres lugares vacíos que me rodean.
— Somos solo tú y yo contra el mundo Loki— susurro para mí con desanimo y comienzo a comer, si, está delicioso.
Cuando terminé de comer lavé los platos y me senté en mi sofá favorito, es rojo y es realmente cómodo, hace que me duerma aveces, prendo la tele y como siempre no están dando nada interesante ni que valga la pena así que decido enviarle un mensaje a Perla.
— Angie
Perlita recuerda, mañana, día de centro comercial, compraremos vestidos nuevos para la fiesta. Bye
— Perli
Oki baby, pásame a recoger, nos esperan los vestiditos nuevos y lindos, jejeje. Bye
Se me forma una sonrisa en el rostro, Perla siempre me saca sonrisas, ella es bien cómica y una verdadera amiga, siempre dice lo que piensa y me da consejos, me ha ayudado a sobrellevar la muerte de mis padres y eso siempre se lo agradeceré. La conozco desde los 10 años, quedó en mi salón y nos sentamos juntas y nos hicimos amigas. Tenía el cabello largo y rubio en ese tiempo pero a los 16 se lo cortó hasta los hombros solo para molestar a su madre que era muy quisquillosa aunque buena persona en general, la pobre mujer casi sufre un infarto al ver que su hija ya no tenía su hermoso y preciado cabello largo. Y desde entonces siempre se lo corta hasta los hombros, aunque tampoco se puede negar que le queda muy bien así.
Sigo mirando un poco mis redes sociales, alguna que otra foto de mis grupos de Facebook y otras notificaciones de Twitter. La mayoría de mis compañeros de clase me suelen etiquetar en sus fotos de Instagram sin siquiera conocerme realmente, aunque me da alegría ver sus vivencias del día.
Escucho que un auto se estaciona afuera, miro por la ventana y veo a los padres de Bruno que llegan ahora del trabajo; Marco Alberto y Alexandra son buenas personas a mi parecer aunque siempre andan viajando por trabajo y no tienen mucho tiempo para estar con los chicos. Bajo las cortinas y aseguro la puerta, no me gustaría recibir visitas indeseadas a media noche. Subo a mi habitación mientras Loki me sigue los pasos, entro a mi habitación él se acuesta en su camita que está en la esquina de mi cuarto, se ve tan tierno cuando duerme, es un angelito. Me pongo mi pillama de ositos y me acuesto en la cama. Miro al techo y pienso en lo que haré mañana.
Mañana iré al centro comercial y le compraré lo que tengo en mente, sé que piensa que no lo conozco, que no me fijo en lo que verdaderamente desea pero yo sé más de lo que él pueda imaginar, y se lo voy a probar. Mis ojos se cierran y caigo en un profundo sueño.
Abro los ojos y estoy en el sofá, mi cuerpo lo cubre una manta y la tele muestra un programa de actores famosos que nadie ve, escucho el sonido de la lluvia ¿Está lloviendo?, me paro en la ventana y corro la cortina, si, está lloviendo, y demasiado.
— ¿Mamá?....¿Papá?— mi voz hace eco en las paredes pero nadie me responde, no hay nadie en casa, excepto yo claro. Sí, es verdad, ahora que lo recuerdo, ellos están en esa fiesta de negocios. Espero que se queden allí hasta que pare la lluvia, no creo que sea bueno conducir en estas condiciones.
Me senté de nuevo en el sofá y me tapé con la manta, hacía un poco de frío, Loki vino y se acostó a mis pies y continúe mirando ese programa de actores que nadie ve.
De un momento a otro tocan la puerta, siento que no es nada bueno, tengo un mal presentimiento. Camino lentamente a la puerta y la vuelven a tocar. Cuando abro la puerta me encuentro a dos oficiales de policías con un paraguas, más atrás están los padres de Bruno con otro paraguas, incluso Bruno está parado en el porche de su casa. Ninguno tiene buena cara y siento que la razón por la que están aquí no me va a gustar en lo absoluto.
— ¿Por qué están aquí señores oficiales?— les pregunto, rezando para que no digan nada malo— ¿Qué hacen afuera señores Bianchi?— les pregunto también a mis vecinos pero nadie dice nada.
— ¿Podrían decirme de una vez...— me interrumpe uno de los oficiales.
— tus padres han sufrido un accidente— no podía creer lo que me están diciendo, las lágrimas llenaban mis ojos y nublaban mi vista.
— ¿Y en que hospital están? ¿Debo ir a verlos ahora mismo? ¿Cómo pasó?— me puse como histérica no dejaba de hacer preguntas. Solo podía pensar que quizás y me necesitaban en ese momento.
— Por favor, cálmate cariño— me pidió Alexandra amablemente.
— Ellos cayeron por el acantilado de la carretera a la ciudad— dijo el segundo oficial con una voz llena de pesar— y ellos... ellos murieron.