Ricordami Sempre

Capítulo 6

BRUNO

Llegamos al estacionamiento en cinco minutos, pusimos la compra cuidadosamente en el maletero, nos montamos en el auto y conduzco a casa sin más tiempo que perder. En el auto noto que mi hermano me mira de reojo pero no dice nada así que yo tampoco le digo nada, pero como luego de unos segundos no ha movido un solo músculo, mirando la carretera le pregunto:

— ¿Qué te pasa?— se queda en silencio por unos segundos como sopesando mi pregunta.

— ¿Piensas estar con esa ragazza con la que hablamos antes?— me contesta con otra pregunta que me parece realmente extraña porque nisiquiera entiendo porqué le importa ese tema, no tiene edad aún para eso, solo tiene 13 años y mi vida privada no tengo que andar gritandola a los cuatro vientos.

— ¿A qué viene esa pregunta?, eso no debería de importarte a tí— frunzo el ceño.

— Solo lo digo porque en serio me preocupo por ti, deberías aprender a cuidar más las personas que verdaderamente harían cualquier cosa por ti—  deja de mirarme y se dedica a mirar por la ventanilla a su lado, no puedo ver su expresión pero sé que está serio— no valla a ser que luego la pierdas y te arrepientas de las consecuencias de tus actos— murmura entre dientes aunque puedo escucharlo perfectamente.
— Además tengo 13 años no 5, que no se te olvide que tenía 8 cuando tu 13 y sé todo lo que hacías, no es que sea un idiota.

No dice nada más en todo el viaje y no se porqué eso me enoja más de lo que su actitud lo ha hecho. ¿Quién se cree que es para darme lecciones de vida?
Llegamos a casa momento después. Marco toma su nuevo nintendo en el maletero y sale corriendo en dirección a la casa sin mediar palabra ninguna conmigo. Ya veo que hará falta una charla.
Después de guardar el auto en la cochera estoy en casa y siento a mi barriga pedir clemencia. Marco está tirado en el sofá cerca de la puerta mirando su móvil con total indiferencia, cuando me siento a su lado me mira y apaga el móvil, en su cara no se refleja ninguna expresión, aveces me pregunto si en verdad tiene 13 años.

— Marco lo primero que te digo es que tengo 18 años, mañana 19, soy técnicamente adulto así que puedo estar con quién quiera si los dos así lo queremos, además, no tengo ninguna relación ni nada que me ate a alguien— lo miro a los ojos detenidamente— por lo tanto si estoy o no con esa chica mañana, no supondría ningún problema para mí.

— Hermano, se que no tienes ninguna relación con nadie pero Yeli te quiere mucho ella siempre te lo demuestra y tu solo...— lo interrumpo.

— Yo no estoy enamorado de Angelina, no la quiero y tampoco quiero una relación, se lo dije hace seis años atrás— mi mente me hace pensar en si estas cosas las estoy diciendo para convencer a mi hermano o a mi mismo, trato de ignorarlo, lo miro irritado y susurro entre dientes— pero parece que aún no ha entendido nada— Coge su móvil y se levanta.

— Solo decía— susurra y se va a su habitación de seguro. Me consta que Angelina o Yeli como él le dice le ha estado llenando la cabeza de tonterías a mi hermano y ahora tengo que darle explicaciones de todo, maldita sea.

Más tarde pido pizza adomicilio, llega calentita y deliciosa, mitad jamón para mí y mitad vegetales para Marco porque es su favorita, cojo mi parte y me pongo a ver un patético programa de televisión donde hacen bromas sin sentido, lo bueno: es que aveces salen famosos, lo malo: que también se ponen a decir chistes baratos.

— Marco tu cena está scaldi no dejes que se enfríe— grito desde mi cómodo lugar, para que pararme. Al minuto el susodicho baja coje la caja con la pizza sobrante y de inmediato vuelve a subir, parece que ni hablarme quiere.

Ya es muy tarde aunque yo sigo mirando una peli en la tele, estoy un poco aburrido porque la peli es antigua así que decido salir para poder coger un poco de aire fresco, me gusta el olor de la tierra mojada y el silencio que aparenta rodear este lugar en las noches, pero al mirar por la ventana al otro lado de la calle veo a Angelina sentada en el porche de su casa. Está sentada en el primer escalón con las piernas bien pegadas a su pecho y con los pies reposando en el segundo escalón mientras sus manos lo rodean como abrazándolos; mira al cielo pensativa con una pequeña sonrisa en los labios. Está oscuro afuera pero la luz de la luna deja ver todo con perfecta nitidez, ella se ve tan serena como un pequeño ángel a la luz de la luna, tan bella como me ha parecido siempre. Su cabello negro lo tiene recogido en un moño despeinado con un flequillo en la frente y trae puesto su pillama favorito, es rosado claro con caritas de ositos, ama los ositos, me parece un tanto infantil y a la vez tierno, el color del pillama hace que su cabello se vea más negro de lo normal. 
Sé muchas cosas de ella que descubrí cuando éramos algo así como amigos hace años atrás, como estás de su pillama favorito, como que le encanta estar bajo la lluvia y saltar en los charcos, trata bien a todos porque no le gusta que la traten mal a ella, aveces suele desvelarse repasando para cualquier examen porque le gusta ser buena alumna y quiere ir a una universidad que le guste y también sé que desde el día que murieron sus padres cada noche tiene pesadillas sobre eso y toma pastillas para el insomnio.
La veo frotar sus manos en los brazos repetidamente, seguro debe tener mucho frío así que decido salir y advertirle de esto.

— No deberías estar aquí afuera a estas horas, la temperatura baja mucho y podrías resfriarte— digo también mirando al cielo, ella se sobresalta al escucharme. No sé porqué siempre lo hace, no es como si no supiera que vivo justo al frente.

— Oh, Bruno, me asustaste— suspira profundo y se toca el pecho, luego me mira más calmada sopesando lo que dije antes— Si, tienes razón, eso era justo lo que iba a hacer ahora pero apareciste.

— Bueno entonces te aconsejo que entres en este momento— le digo tratando de no hacer parecer que me preocupo por ella ni nada parecido, claro que no me preocupa su salud. Eso para mí es lo de menos.



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En el texto hay: amnesia, romancejuvenil, fobia

Editado: 10.04.2022

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