Ricordami Sempre

Prólogo

PRÓLOGO

Angelina Adams, sí, así es como me llamo, mis amigos suelen llamarme Angie y en realidad lo prefiero así, aunque nada de esto viene al caso. 

Mi vida en general es una desgracia total, mis padres a los que amaba con la vida murieron cuando tenía 17 años, sin contar a mi perro Loki, vivo sola en una casa demasiado grande para mí porque nisiquiera tengo hermanos y bueno lo peor que me ha pasado últimamente y que no me deja ser completamente  feliz... el chico al que quiero desde los 12 nunca me ha dado la menor oportunidad. 

Cuando tenía 12 años sentía que el único propósito que tenía en mi clase era ver a Bruno todo el rato y cuando faltaba me sentía rara. Verlo siempre me hacía sonreír como tonta y me ponía muy nerviosa, no sabía que decir o que hacer, sabía que estaba enamorada y no lo negaba.

El caso no es que sea fea ni mucho menos tímida, Bruno simplemente decidió no prestar atención a MIS sentimientos aunque ya se los había hecho saber millones de veces. Y digo mis sentimientos porque estoy segura que no le importó demasiado ponerse sentimental con aquella chica con la que lo pillé a punto de follar. 

Había decidido ya olvidarme de él pero eso rompió mi corazón totalmente. Quería olvidarlo, en realidad no lo sé, solo sé que me era demasiado difícil olvidarme de él, en serio lo quería muchísimo, pero parece que eso le importaba un comino. Al menos sabía que iba a mudarme a Alemania a penas terminara mi año escolar, podría empezar una nueva vida lejos de las tristes sombras de mis recuerdos del pasado.

Nadie puede decir que no hice todo para que se alejara de mí, incluso se lo pedí amablemente pero parecía que el mundo entero conspiraba a favor de mi sufrimiento. Sufrimiento por el simple hecho de tenerlo cerca y no poder tocarlo como quería, no poder abrazarlo y besarlo a mis anchas, no podía traer a mi vida aquellas escenas que había visto en las películas de romance, esas que tanto me daban náuseas, ni mucho menos las que había leído en las páginas de algún libro. Lo peor de todo es que nisiquiera podía llorar y regordearme en mi desgracia, había hecho la estúpida promesa a mis padres de que no lloraría por nada. Menuda tontería, eso es lo que pienso ahora.

Ahora sé que cuando lo ví ese día bajo la lluvia en el que le grité todo lo que realmente sentía y rompí esa promesa mientras nos caía arriba una tormenta, ese día pude ser realmente libre, lo veía, veía en sus ojos lo que sentía y me dolía muchísimo que no pudiera decírmelo, que no lo creyera tan suficiente real como para darle una oportunidad. De lo único que estoy segura ahora es que después de lo que pasó ese día todo cambió, aún no decido si fué para bien, o para mal.

Lo único que sé es que desperté en un hospital, sin recordarme de nada y con un chico de cabello cobrizo y ojos azules frente a mí que decía conocerme y me llamaba por mi nombre, lo único que hice fue sonreír nerviosamente, pasar una mano por mi cabello y pensar: ¿Qué carajos hago aquí? y ¿Quién es el lindo chico frente a mí?



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En el texto hay: amnesia, romancejuvenil, fobia

Editado: 10.04.2022

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