—¿Has pensado cómo sería la vista desde allá? —Con su pequeño dedo de 8 años señaló el cielo nocturno.
El niño sentado a su lado miro hacia esa dirección y se imaginó las miles de estrellas a años luz de distancia, la vista panorámica desde las miles de constelaciones descubierta y aún no descubiertas. Giró su cabeza hacia su amiga, acostada a su lado y perdió la noción del tiempo. La belleza de la pequeña castaña hizo que se olvidara de todas las palabras que estaba a punto de formular.
Siempre juntos, en las travesuras y en las lágrimas de caídas. Pensar en su día sin estar juntos era doloroso, no podía evitar pensar que siempre haría todo a su alcance para mantenerla a su lado.
—¿Arturo, me estas escuchando? —Su mirada giro hacia el, sintió una caída en picada ante esa mirada dorada.
Parpadeó varias veces para volver a sí, rebobino la conversación anterior y pensar en una respuesta que pudiera funcionar.
—Si, —Asintió, aunque no pudiera verla en la oscuridad. — Pero no sería lo mismo sin ti. —Respondió con convicción.
Entre la oscuridad y el pasto suave, acerco su mano hasta la de ella para dar un suave apretón.
—Siempre juntos. —Concordó ella, con una sonrisa.
***
Próximamente.
Fecha de Inicio: 1 de Octubre.
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