Riley, Rumbo a la locura.

4 - FURIA

Con un poco de miedo Rachel camino lento hacía Riley quien en cuanto vio su melliza rápidamente se limpió el rostro y su expresión se volvió más ruda, de inmediato se puso la camisa de Ethan y se encerró en un baño esperando a que Rachel saliera, pero eso no paso. Rachel se acercó hasta la puerta y dio unos suaves golpes.

—Riley yo…si tú me dejarás…yo quiero. —Rachel no podía terminar nada de lo que quería decir y es que quería decirle tanto a Riley.

De pronto Riley salió y se paró muy cerca frente a ella, mirándola sin suavizar su expresión. —Cúrame las heridas. —le dijo secamente poniéndose de espaldas mientras se levantaba la camisa y apoyaba sus brazos en la pared.

—Si. —dijo Rachel en voz casi inaudible, bajo su mochila y viniendo preparada desde casa saco gasas y alcohol. Antes de comenzar rápidamente se lavó las manos y luego vio detenidamente la espalda lastimada de Riley y con mucho cuidado fue limpiando poco a poco las heridas de su hermana mientras trataba de no llorar, pues a pesar de la relación tan distante que ahora tenían a Rachel le dolía el sufrimiento que Riley padecía, en cuanto termino Riley se miró en el espejo y se puso la camisa de Ethan nuevamente se dispuso a salir del baño pero antes de cruzar la puerta volteo a ver a su hermana.

—Gracias. —dijo secamente para luego salir antes de que Rachel pudiera decirle algo más.

—Te quiero. —dijo Rachel habiéndose quedando ya sola, luego de unos minutos salió del baño y pudo ver a lo lejos a Ethan y a Riley juntos mientras que ella se encamino con su grupo de amigos y su novio.

— ¿Dónde estabas preciosa? —pregunto Devon mirando a Rachel mientras tomaba su mochila para ayudarla.

— ¿Podrías pedirle una disculpa a Riley? —dijo Rachel mirando a los ojos a Devon quien no hizo otra cosa más que reírse.

— ¡No digas tonterías mi amor! ¡Vámonos!

A partir de ese momento Rachel comenzaría a darse cuenta de todo lo que estaba mal a su alrededor, todo lo que le hacía mal venía por parte de un chico al que creía querer y con quien tenía una relación que solo le hacía daño.

 

 

 

Unas semanas después…

Al pasar de los días y de las semanas Riley había llegado a considerar a Ethan como su único y mejor amigo. Ambos se habían dedicado a observar las rutinas y manías que el profesor Freenman tenía, prácticamente sabían sus horarios y los lugares que frecuentaban y entonces en una de tantas noches de insomnio Riley tuvo una idea.

— ¡Tengo una idea Ethan! —dijo ansiosa mientras veía a Ethan fijamente. Ambos se encontraban en la cafetería de la universidad almorzando juntos.

— ¿Si? —pregunto con curiosidad y temor de lo que Riley pudiera decirle.

—Voy a coquetear con Freenman y aceptare su proposición para que salgamos y…

De pronto Ethan interrumpió de tajo a Riley. —No lo harás. —dijo secamente mientras que Riley se quedaba con la boca abierta. —Aunque me mires así, es estúpido, no lo harás.

Riley puso los ojos en blanco. —Si lo voy a hacer, por todo lo que me has contado, es justo que se haga justicia por la muerte de tu hermana. ¡Es el momento! ¡Y voy a hacerlo con o sin ti! Aunque, si tú me ayudas será mucho más fácil.

—No te permitiré hacerlo…. ¿Cómo piensas que acceder a sus coqueteos nos ayudará de alguna manera?

—Porque voy a ir preparada para grabarlo. —susurro Riley con alteración.

Ethan se quedó mirando los ojos color café de su amiga por un instante. —Creo que es peligroso.

—Mira, hagamos algo ¿quieres? ¿Por qué no vas a mi casa hoy saliendo de la universidad? Puedes ayudarme a ponerme al corriente con mis apuntes y te planteo bien mis ideas, lo hablamos juntos con más tranquilidad y si no te parece, no insisto más y buscamos otra manera de sabotear a Freenman ¿te parece?

Ethan se mordió el labio inferior sin dejar de mirar un segundo a Riley a los ojos, no estaba muy convencido pero al final accedió. —Bien, te veré en la salida. Ahora debo irme pero te veo después ¿está bien?

— ¡Perfecto!

Ethan le dio un beso en la mejilla a Riley para después marcharse desapareciendo así entre toda la multitud, mientras tanto la joven pelirroja se quedó observando hacía la nada y su día transcurrió con normalidad. De cuando en cuando observaba a Rachel a lo lejos podía notarla un poco incomoda, algo alterada, Riley podía sentirlo, una sensación de zozobra le recorría el cuerpo constantemente y podía percatarse de que su melliza no se sentía bien, a pesar de aquello Riley no quiso preguntar nada y no se acercó a su hermana pues no quería tener una discusión más.

 

Las clases terminaron y Riley pudo notar a Ethan salir con algunos chicos, a la distancia y lentamente lo siguió dándole su espacio para que pudiera despedirse de sus amigos en cuanto Ethan la vio caminar hacia él sonrío.

— ¡Los veré luego! Tengo cosas que hacer. —dijo mientras se disponía a caminar hacía Riley.

— ¡Viejo! ¿Es enserio? —dijo uno de los amigos de Ethan mientras se recargaba en un automóvil y cruzaba los brazos observándolo de manera burlona junto a sus otros amigos.

— ¿Es enserio qué? —dijo Ethan deteniendo su marcha hacía Riley para dirigirse hacia el joven que había hecho ese comentario.

—Es Riley Mathers viejo, ten cuidado con ella. —le advirtió para luego darle la mano y despedirse así, Ethan confundido volteo hacía atrás y se llevó gran sorpresa al ver ya a Riley detrás de él. — ¡Riley! —dijo sintiéndose un poco incómodo y alejándose de ella un par de pasos.

— ¿Nos vamos? —pregunto mientras esbozaba una radiante y perfecta sonrisa.

—Si claro, vámonos ya. —Ethan extendió su mano hacía Riley en señal de que le diera su mochila.

Riley observo que Ethan poseía una motocicleta color azul y con timidez de quedo parada por un instante solo observando mientras Ethan se montaba y le entregaba el casco para que se lo colocará. —conduciré despacio. —dijo Ethan al ver la timidez reflejada en las pupilas café de su amiga.




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