Rivales, no enamorados

Capítulo 31

«El mejor amigo pelirrojo»
 

Si dijera que leí ese mensaje siete veces, sería muy poco. Esperaba un segundo mensaje de mi hermano que dijera «Es broma, Lucas está en casa», pero no llegó.

Podría ser la última vez o tal vez ni siquiera nos de tiempo.

¿Cómo iba a asimilar esto? Mi respiración se aceleró de nuevo, pero esta vez por algo serio, quise caerme, pues me mareé. Me senté en el suelo y me recosté bruscamente a los estantes, lo que hizo ruido.

Franco soltó la escoba y se puso de cuclillas frente a mí. —¿Estás bien, Montenegro? —preguntó.

—No —respondí sinceramente. Mi voz se quebró—. ¿Recuerdas que Lucas está en el hospital?

—Sí.

No dije nada más y le mostré el mensaje, porque si yo misma lo leía en voz alta iba a estallar.

—Dios mío —dijo Franco—. Vamos, te llevo al hospital.

—No gracias, tengo que ir a casa para ir con Tobías.

—Entonces pasamos por Toby y luego vamos al hospital.

—Franco, no te molestes.

—No seas terca, Montenegro.

La verdad no me sentía de ánimos para discutir, no me sentía de ánimos para nada. —Bien —dije.

Mi teléfono vibró.

De: Mi hermano precioso 
Para: Julia M.

Apresúrate, las cosas están empeorando.

Subí al auto de Franco aún en shock. Ayer había visitado a Lucas y las cosas se veían bien, incluso le hicieron un examen y no salió tan mal como se esperaba, pero ahora me decían que podría ser la última vez que lo vea. Mi teléfono volvió a vibrar, pero esta vez era una notificación de Facebook.

Quisiera decir que mantengo mi esperanza, que Lucas volverá un día de estos para fastidiarme en el colegio como lo ha hecho durante toda nuestra vida, pero la verdad es que si tuviera esperanza no saltaría cada vez que mi teléfono vibra y creo que será el mensaje de la mala noticia...

Suspiré y sequé una lágrima que se me escapó. Franco me miró.

—Durante la semana que mi hermano estuvo en el hospital la gente me decía que todo iba a estar bien, no podía creerles porque solo 1 de cada 10 personas sobreviven a lo que le sucedió a Fabio. Él murió y eso me hizo enfadarme con aquellas personas que me dijeron que las cosas iban a estar bien, nada estuvo bien, esa semana fue una mierda.
»Para tí las cosas si van a estar bien, Julia. Y no me refiero a que Lucas se va a poner bien, porque eso no lo sé; me refiero a que pase lo que pase te vas a mantener fuerte y eso te va a ayudar a ti y a todos tus amigos. Recuerdo cuando Lucas sufrió esto hace años, tus amigos y tú siempre estuvieron con él y ahora también, eso es lo que importa, si Lucas dejara este mundo hoy mismo estoy seguro de que se iría satisfecho por los maravillosos amigos que tiene. —Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, tocó mi hombro, lo que me puso tensa—. Respira profundo y no te estanques en tus pensamientos.

Las palabras de Franco me han hecho ver las cosas de otra manera y me han quitado un nudo de la garganta porque tiene toda la razón. No hay motivo para sentirme mal conmigo misma si siempre he estado para Lucas. No tenía idea de que Franco podía dar charlas motivacionales de esa forma y mucho menos a mí, parece que las cosas han cambiado completamente y de un tiempo para acá él se comporta de una forma muy distinta conmigo.

Que se me haya quitado el nudo de la garganta no significa que no tenga miedo de perder a Lucas, pero ahora entiendo que si lo pierdo habré dado todo de mí mientras él estuvo conmigo. Y con esos pensamientos me doy cuenta de que no tengo esperanza aunque eso es lo que quiero creer, porque de lo contrario ni siquiera me pasaría por la mente el hecho de que pueda perder a mí amigo.

Mi teléfono vibró de nuevo, mi corazón dio un vuelco.

De: Mi hermano precioso
Para: Julia M.

¿Julia?

Entre tantas cosas que pasaban por mi cabeza olvidé contestar los mensajes de Toby.

De: Julia M. 
Para: Mi hermano precioso

Estoy llegando a casa, espera afuera.

Un minuto y medio después Franco detuvo su auto frente a mi casa. Mi hermano estaba saliendo y cuando vio el auto de Franco dudó antes de caminar hacia este. Bajé la ventana para que supiera que era yo la que estaba ahí.

—No preguntes, solo sube y ya. Tenemos que apresurarnos.

Toby subió atarantado y Franco aceleró. Llegamos al hospital más rápido de lo normal. Entramos casi corriendo, todos estaban en la sala de espera.

—¿Tienen noticias? —pregunté. Todos se quedaron viendo a Franco.

Tori me hizo señas para que la siguiera a un lugar más privado, la seguí.

—Jul, Lucas está muy mal, en serio muy mal. Ha convulsionado tres veces en dos horas, desde anoche despierta por ratos y apenas puede hablar. —Sus ojos se llenaron de lágrimas—. Si me preguntaras a mí, diría que no hay mucho que hacer y que... Oh Dios... vamos a perder a Lucas.

Me dolía saber que está sufriendo, las convulsiones no son nada buenas, por lo que sé. Querer que Lucas se quedara aquí con nosotros mientras sufre es un pensamiento egoísta, así que, aunque no era lo que quería decir dije—: Que pase lo que tenga que pasar entonces.


 


Pasaron tres horas desde que llegamos, eran casi las 8 de la noche y por un momento olvidé que mañana es día de colegio.

Lo que menos pasaba por mi mente en este momento es el colegio, Lucas ocupaba gran parte de mis pensamientos.

¿Se pondrá bien? 
¿Sobrevivirá?

Las preguntas que me ponen nerviosa cada vez que aparecen en mi mente. En verdad quería que todo esto terminara, pero lo que me preocupa es la forma en la que vaya a terminar, y para ser sincera, se me acabó la esperanza.

Una enfermera con cara triste caminó hacia nosotros y dudó antes de decir—: Está consciente a medias, pero sigue muy mal, es mejor que vayan a despedirse, pueden entrar en parejas por 10 minutos. 



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En el texto hay: confusion, amor-odio, rivalidad

Editado: 25.04.2021

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