Robert Dean: una noche de lluvia en Chicago

La decisión

Caminé desorientada hasta el trabajo con Christian pegado como mi sombra
-en serio, no es necesario que me sigas, estoy en shock, pero no me pasará nada. Solo debo pensar algunas cosas- le dije mientras le hacía gestos con mi mano para que se alejara, lo pensó por un momento
-bueno esta bien- me tomó del brazo- si necesitas algo lo que sea, hazmelo saber, aún soy tu amigo- dijo con algo de resignación, le esboce una pequeña sonrisa
-si ten por seguro que te llamaré- soltó mi brazo y caminamos en direcciones opuestas, no podía concebir semejante engaño por parte de Robert; si realmente se habría atrevido a semejante cosa, era un monstruo. Caminé hasta mi trabajo con mi mente dando vueltas; era posible?, tendría que investigar por mi propia cuenta; y que haría después?, no tenía donde ir…
-te enteraste?- dijo Julian con ansiedad, parecía tener un gran escándalo entre manos
-qué?- respondí desorientada, apretando con fuerza hacia mi pecho el sobre que me había entregado Christian
-espera estás llorando?, que te pasó?- puse una de mis manos sobre mis ojos
-aam, no, solo entro algo a mis ojos y comenzaron a lagrimear son parar- esa había sido la excusa mas trillada de mi vida
-esta bien, si tu lo dices. Bueno a que no adivinas quien…
-Sarah- era el señor Dominic- necesito que venga ya a mi oficina- se quedó de pié en la puerta así que me moví de inmediato 
-luego me terminas de contar- le respondí a Julian distraída, paré frente a mi escritorio, iba a dejar el sobre, pero no era conveniente, tendría esto conmigo al menos por ahora
-siéntate-suspiró fuertemente-Sarah estoy al tanto de tu relación con Robert- estaba impresionada como era posible?- el mismo Robert me contó todo, ya no soporto ver las condiciones en que vienes al trabajo, sinceramente estoy muy preocupado de ti y tu salud
-señor Dominic es sólo efecto de la separación-levantó su dedo en señal de silencio
-no sé, que tanto allá entre ustedes, se que vivían juntos y que es ahora donde resides, se supone que el haría un viaje para acabar con una sociedad, pero me enteré que no ha sido así y temo que seas tú la más afectada- en ese punto mi corazón se había paralizado por completo, entonces, todo era real?, no era un invento de Christian para atormentarme?, que tan retorcido se podía llegar a ser?, comenzaron a caer torrentes imparables de lágrimas por mi rostro, que haría ahora?, debía abandonar Chicago?, y finalmente todos mis sueños?
-entonces, todo lo que está aquí, es real?- hablé con dificultad mientras mis manos temblaban embravesidas con el sobre en mis manos colocandolo sobre el escritorio, el señor Dominic hizo una mueca de desconcierto, tomó el sobre y comenzó a sacar nota por nota de periódico, fotos y algunas declaraciones en revistas de sociedad
-haz leído todo?- preguntó con suma delicadeza, mis cuerdas vocales estaban bloqueadas; así que solo negué con la cabeza
-no lo hagas, ahora, conocías el compromiso de Robert?- tomé aire y lo miré a los ojos
- me dijo que su padre lo había establecido, pero que él se negaba a aceptarlo- me dio una mirada avergonzada, se levantó despacio de su silla, metió las manos en sus bolsillos y miró a la ventana que daba hasta la calle
-esa mujer, lo ama con locura, es hermosa, demasiado hermosa diría yo, no sé, cuál sea el sentimiento entre los dos, o si bien, existe entre ellos tal cosa, pero; si Robert se casó, finalmente con ella, debo decirte, que ustedes eran una calle ciega- sentí recibir miles de puñaladas, me sentí enferma y asqueada, había sido burlada y engañada en mi momento mas vulnerable, me había humillado y hecho creer que me necesitaba, sentí un frío recorrer mi espalda
-pero tengo unas opciones para ti, y lo hago por que mi amistad con tu padre me salvó y aún hoy en día sigue enseñandome- se regresó a su asiento con pasos pasados mirando al suelo, al sentarse juntó sus manos, yo sólo lloraba como bebé, y el dolor comenzaba a ser ira y rencor
-lo siento señor Dominic; no puedo seguir trabajando aquí, y menos, si el volverá- respondí entre sollozos sintiéndome derrotada, queriendo desaparecer
-lo sé, y no espero que lo hagas, esa no es mi propuesta para ti, de hecho Robert llegará en cualquier momento y deseo que no estés para su llegada-miró fijamente a mis ojos
-no haría escándalo al encontrarnos, por lo menos no aquí, no debe preocuparse por eso- sonrió un poco
-Sarah eso no me preocupa, ya te dije eres la hija de mi mejor amigo, te siento como si fueras parte de mi familia, quiero darte la oportunidad de fortalecerte pero este momento tu lo debes decidir, regresar a tu casa, con tu papá; o ir a París con una de mis mayores colaboradoras en mi editorial y ser su aprendiz, de hacerlo viajarias de inmediato- me sentía escéptica; ya había sido engañada una vez no permitiría una segunda
- y que quiere a cambio?-parecía desconcertado
-que quieres decir?, no espero nada! Miralo así, no apoyo a Robert esto es una indemnización por él haberte hecho daño, después de todo llegaste aquí para escribir libros no columnas en periódicos!- lo pensé unos minutos
-bien usted dijo que sería una aprendiz;-asintió con la cabeza- mi trabajo sería como el de aquí?
-no, de hecho Madeline, te explicará al llegar como trabajará contigo, ella es una chica peculiar, te guiará a su manera- era extraño que no me dijera especificamente que haría, pero regresar a mi casa y contarle a mi padre todo lo que había pasado era demasiado, tendría a Christian respirandome en la nuca cada día, solo había una opción clara para mí
-muy bien me iré- mi tono de seguridad me sorprendía no me sentía tan segura como demostraba
-excelente- dijo sonriendo- ve y empacar tus maletas llamame cuando estés lista y alguien y irá por ti para que salgas de inmediato- saco una tarjeta de su bolsillo con su número de teléfono; la tomé un poco nerviosa
-tranquila después de esto te prometo que lo peor habrá pasado y podrás ser quien desees- asenti con mi cabeza aún con dudas y nervios, caminé rápido hasta la puerta
-Señor Dominic disculpe mi reacción de hace un momento, y gracias
-no te preocupes, es lo menos que podría hacer- me parecía desconcertante que se refiriera a este asunto como si tuviera una deuda pendiente, pero de momento no tenia ánimos de averiguarlo así que lo dejaría así. Al salir estaba Julian y Jessica esperándome, solo los miré unos segundos y caminé rápidamente fuera del edificio; al salir miré a ambos lados, mi vida se había convertido en una extraña novela, llena de intriga, secretos y yo por supuesto la tonta que acababa llorando, necesitaba huir rápidamente de aquí no podía permitirme ser destruida aún más, tomé un taxi para llegar pronto al apartamento de Robert.
Daba la impresión de que era seguida por alguien; corría por todo el lugar recogía mis cosas; ni siquiera me molestaba en doblar ni una sola muda de ropa, finalmente, al terminar llevé todo hasta el inmenso ventanal, y susurre para mí "no más", el sobre el cual me había hecho trizas y había firmado mi sentencia lo dejé justo al lado del lugar donde Robert guardaba el hilo rojo, tomé un lápiz del mismo color y en una hoja le dejé una nota: "gracias por hacerme tu persona especial". Al poner mi nota miré por última vez el lugar; tomé grandes sorbos de aire y me di la vuelta para salir de allí
- Sarah!- era la hermana de Robert, parecía sorprendida- que rayos está pasando?-me mostró la foto de Robert y su flamante esposa en una portada de sociedad
-eso es algo que tendrás que preguntárselo personalmente- le dije fríamente
-pero que sucedió?, él me dijo que rompería este compromiso para estar a tu lado!- suspire y tragué con fuerza
-si, a mi también me dijo muchas cosas, pero ya vez, parece que no todas eran de hecho reales!-dije con ira reprimida
-y adónde vas?- parecía angustiada y decidida a no dejarme ir
-a casa- mentí?, por supuesto que lo hice, por que habría de decirle la verdad
-esta bien- contestó dudosa y me habrio espacio para salir. Mientras bajaba llamé al señor Dominic
-ya te están esperando abajo, ellos te guiarán
-gracias-le dije casi en susurro
-cumple tus sueños- contestó el señor Dominic. Al bajar me esperaba un chico dijo llamarse Jacob era gentil y sonreía mucho, en otra ocasión y quizás en un ambiente más alegre pudo haberme gustado, pero a este punto dudaba de mis capacidades para poder distinguir a alguien bueno de alguien como Robert; su nombre retumbaba en mi mente; tenía tantas preguntas, quería que fueran respondidas?, podría soportar saberlo todo? Aún no tenía la menor idea de que pasaría y me volvía loca. Al llegar al aeropuerto el amable Jacob me ayudaba con las maletas, me llevó hasta una sala de espera privada, me quedé allí sentada sintiendo que se me iban mis últimas fuerzas del cuerpo, pero ya no podía llorar más.
-hola!, soy Stefan, te acompañare y te guiare hasta el apartamento de Madeline en París- un hombre de una sonrisa blanca como la nieve, delgado sumamente blanco, alto de cabellos negros y finos rasgos tocaba mi hombro, me quedé allí atónita
-aaaamm, mi nombre es Sarah, es un placer
-sí, ya lo sé. Soy aprendiz de Madeline
-qué?, hay mas aprendices?-dije shokeada
-sí, claro, oh! Tranquila no competimos; no es el estilo de ella
-sí, ya que es peculiar no?- dije con sarcasmo
-pues sí, lo es- soltó una enorme carcajada-mira ya debemos abordar
-y esto es lo que haces como aprendiz?-pregunté sin misericordia
-qué?, no para nada, yo me ofrecí para acompañarte en el viaje-contesto incrédulo
-ja, bueno, lo siento no seré otra de tus conquistas- se carcajeo con ganas, mientras nos acomodabamos en los asientos de lo que era un jet privado, a estas alturas estaba sumamente incómoda
-mira creo que estás muy a la defensiva- se sentó frente a mí- todos llegamos a ella para aprender, a sanar, algunos por amor, otros sufren de depresion; otros simplemente no han podido alcanzar sus sueños
-yo solo quiero ser orientada para escribir mi libro- le respondí fríamente
-y lo serás, verás donde estaremos es un lugar que te ayuda a meditar y …
-como?, estaremos? Que quieres decir?- interrumpi bruscamente
-si recuerda que yo aún soy su aprendiz, mira disculpa mi entusiasmo, yo sólo estaba contento de que alguien mas también pudiera vivir esta maravillosa experiencia, pero creo que necesitas espacio- se levantó suavemente y se ubicó en otro asiento, me sentí avergonzada pero estaba muy confundida, era difícil confiar después de todo lo sucedido y ahora; volaba a París. Dirigí mi vista hacia las nubes y comencé a relajarme; tenía mucha espectativa, como sería esta experiencia?, me llevaría bien con todos los que eran aprendices?, y por que este chico Stefan, era tan amable?. Llegué a la conclusión de que estoy paranoica; no todos quieren conquistarme; en realidad era una idea absurda que a todos les gustara, así que él probablemente solo era alguien amable. Me levanté y con mucha vergüenza me paré frente a Stefan.
-disculpa lo que ha sucedido, estoy algo paranoica y confundida
-esta bien- sonrió ampliamente- es normal soy un desconocido para ti, creo que te incomode siendo demasiado amable
-Esta bien, fui muy grosera, eso no estuvo bien-dije aún con vergüenza y algo de remordimiento-podemos ser amigos o por lo menos conocernos como dos personas normales- sonrió, parecía entusiasmado
-siéntate si gustas- me dijo señalando el puesto frente a él, dudé por un momento pero finalmente me senté
-dices que ella ayuda a sanar,y  te referiste a varias condiciones? De que tenías que sanar tú?, yo te veo normal




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.