06-12-2021
Orianna siguió hospitalizada durante dos semanas en las cuáles se dedicaron a su recuperación, después de ser dada de alta comenzó a trabajar para Nolan. Se había decidido que se quedaría en casa de la familia de David, donde solo vivían su hermana, sus padres y él. Hasta el momento no le habían dicho nada a Brown sobre que se conocían con anterioridad. Seguían manteniéndose distantes frente a él, fingiendo recién conocerse.
Esa mañana la música estaba a todo volumen mientras Thompson conducía hacia el trabajo, Orianna se iba con él todos los días para así evitar que se fuese a perder. Apenas se estaba acostumbrando a su nueva vida, le tuvieron que contar el hecho de que debían fingir no conocerse a la familia de Dave, él no estaba de acuerdo pero ella sabía que podría ser un peligro que descubrieran su cercanía ya que los rusos por el momento no estaban bien parados en Canadá para la guerra baja. Por otro lado, un sexto sentido le había advertido sobre el interés de Nolan en ella, algo estaba mal en él pero todavía no sabía qué, solo seguía alerta.
—Dancing in the car, just like, like a fish, because this is my sea… —Mientras cantaba el ritmo lo venía marcando dando pequeños golpes en el tablero y moviendo la cabeza al mismo tiempo, su cabello bailaba y demostraba la felicidad que sentía.
—Doña titulares, “¿Quién será la nueva joven que acompaña a Brown?” “¿A caso la soltería de Mr. Brown a llegado a su fin" “¿Cómo se recompondrán los corazones canadienses?” “¿Es acaso tan bella como dicen?”—Eduardo comenzó a mofarse de todo lo que se decía sobre Orianna desde que le vieron cerca de Brown, y Brown solo hacía que los rumores aumentaran al no negarlo. Él le había dicho que tenía un interés especial en ella, pero no le había dicho en qué sentido.
—¡Oye! ¡Déjame en paz!—Le dio un pequeño golpe en el brazo a modo de juego.—Sabes que esos titulares son sacados de contexto, solamente somos amigos y estoy trabajando, soy amable porque es parte de.
—Disculpe usted, señorita Martínez. —Volvió a hacer un acento extravagante para burlarse de ella, mientras hacía como si se viera las uñas.—Ya en serio, me encantó tu cambio de look, en verdad te vez hermosa con ese cabello color cobrizo y esos ojasos color café.
Orianna solo le sonrió, se quedó enmudecida ante el halago de David, en su vida pocas veces había recibido halagos. Y pocas veces lograba conseguir amigos sinceros, después de todo a nadie conseguía conocer bien en sus rotaciones.
—Muchas gracias Eduardo. La verdad me encanta mi cabello, inclusive el flequillo y las cejas. Solo se me hacen raras las lentillas, antes tenía los ojos color miel y ahora color café.
—No te preocupes te acostumbrarás. Pero hey, ahora vas por tu segunda semana trabajando y tengo algo para ti.—Sacó una caja del maletín y se la entregó, era un celular más nuevo. Orianna había estado usando uno antiguo que él le había prestado, inclusive ni siquiera era táctil.
—Oh no, definitivamente no puedo aceptarlo, se ve demasiado costoso.—Rápido se la devolvió y le retiró las manos.
—No te preocupes, no fui yo quien te lo consiguió. Me hubiese gustado comprarle uno y tenía pensado en hacerlo, pero Nolan se me adelantó. Según sus palabras, si no lo quieres aceptar como obsequio acéptalo entonces como herramienta de trabajo, ya tiene conexión a internet y te descargué varias redes sociales para que no batalles. Y más te vale que no se lo regreses, sino juró despedirme.—Orianna solo sonrió apenada, sabía que lo necesitaba y a pesar de su sueldo, aún no había logrado costear todo lo que ocupaba para subsistir.
—Entonces muchas gracias… Comenzaré a crearme una cuenta en las redes para comunicarme.—Apenas lo hizo se quedó pensando, una mirada que denotaba tristeza, o más bien pena apareció.
—¿Qué pasó?
—Ni siquiera tengo a quién agregar a mis redes...
—Ah chinga, presta para acá, ¿estoy pintado o qué?— Se puso a teclear en el teléfono y envió varias solicitudes, al igual que se agregó.—Ya me mandé solicitud, incluido al idiota de tu estimado novio Nolan. También le mandé a toda mi familia para que los tengas agregados, así que no te preocupes, que sola no volveras a estar.
—Gracias Dave, creo que ahora solo me falta una fotografía de perfil. Acércate, vamos a tomarnos una juntos.—Eduardo se acercó y tomaron la foto rápidamente.
—Oye piedra, pero yo si tengo un obsequio para ti. Bueno, dos en realidad. Y espero que te gusten. —La cara de Orianna fue de sorpresa pura al escuchar como le dijo, no por los regalos, sino más bien por el apodo. Tenía un largo tiempo en el que no le había llamado así. Mientras estaba distatraída él se estacionó frente a un establecimiento y se giró hacia el asiento de atrás para entregarle una bolsa a Orianna.
—Se que una de esas dos cosas era tuya, pero lo otro mandé a hacerlo.
Orianna se le quedó viendo buscando saber que tramaba. Intentó ver de reojo qué había en la bolsa, pero había mucho papel que le impidió ver el contenido.
Metió su mano y lo primero en sacar fue una muñeca de trapo un poco descolorida, tenía rizos negros y ojos como los de ella, portaba un vestido marinerito y unos zapatos negros. Los ojos se le cristalizaron, realmente apreciaba el gesto que estaba teniendo con ella.
—Hace dos días me llamaron de la oficina de materiales para evidencia. Dicen que la sacaron de una pequeña mochila que traías, aparte de tus documentos era todo lo que tenías. Sé que es muy importante para ti y no dudé en guardarla, la lleve a reparar por algunos desperfectos que tenía espero y no te moleste.
—Claro que no, es perfecta. — Sus ojos brillaban por segunda ocasión, después de todo el tiempo que ya había pasado ahí. Y en ambas ocasiones había sido provocado por Eduardo. —Te quiero, eres la mejor persona que pudo haber llegado a mí vida…—Le dio un fuerte abrazo y después volvió a observar la muñeca.