Seth Giordano
Me despierto como todos los días, sin ganas de levantarme -suena mi alarma- ¡mierda como odio ésto! Veo la hora, son las 8:30am, -maldigo desde mis adentros porque sé que llego tarde a la academia, pero luego pienso y me da igual porque siempre llego tarde-.
- Despierta ya flojo, ya es tarde, como siempre llegarás tarde a clases, ¿Qué no quieres aunque sea un día ser un chico puntual?
-¿Quieres la verdad o que te mienta? -digo con una voz más ronca de lo normal-.
-Deja lo estúpido tú nunca mientes Seth, o al menos es lo que siempre dices.
-Exacto Vicky yo nunca miento, así que te responderé que la verdad no me importa ahora y no me importará después, ahora puedes salir de la habitación que estoy desnudo y no quiero que te derritas como un hielo cuando me veas levantarme. -me expreso con un tono de voz sexy-
-Ayy ya quisieras, tidiculo. -saca el dedo grosero-.
Enseguida Vicky sale de la habitación luego de tener nuestra conversación matutina de porqué llego tarde todos los días a clases, la verdad es que Vicky es una de mis personas favoritas, ella me ayudó mucho cuando mi hermana desapareció, aunque nunca se lo digo, ella es como mi mejor amiga, aunque a veces me diga que soy un odioso, antipático y toda esa mierda que en realidad soy.
Me levanto de la cama, me miró al espejo y veo todo éste jodido desastre llamado Seth Micael Giordano Lombardi, osea yo, y para ser sincero no iba a derretir a nadie así. Rápidamente ajusto la temperatura del agua de la ducha, me quito los bóxers y entro para bañarme.
-Esto se siente tan bien- Me digo a mí mismo, salgo de la ducha busco unos Blue Jeans, una camisa blanca,un suéter rojo sangre y unos zapatos blancos, no quiero presumir ni nada, pero creo que me visto muy bien.
Peino un poco mi cabello con corte de chico malo, no es cierto, es solo un corte de cabello hacia los lados, me cepillo los dientes, luego me veo al espejo viendo que ahora sí puedo derretir a cualquier chica.
Salgo de mi habitación y veo a mamá en la cocina preparando su desayuno para irse a trabajar.
-Hola Seth buenos días ¿Cómo amaneció mi bebé menor?
-Hola mamá, muy bien gracias por preguntar, ya tengo que irme, que te valla bien en tu trabajo - Digo falsamente sonriendo-
-Gracias hijo igualmente, mejor vete ahora que vas a llegar mucho más tarde- ella me mira con una sonrisa y se despide con la mano-
Subo a mi auto que me obsequió mi padre luego de trabajar un año en la compañía, es un Chevrolet Corvette del año 1963 color vinotinto, la verdad es que yo lo amo y lo cuido mucho porque autos así no me los vuelven a dar.
Llego a la Academia salgo de mi auto e ignoro a todo el mundo como hago siempre, camino por los pasillos y sin querer choco con una chica, no me fijé quien era y la verdad no me importa, sigo caminando y llegó al salón de biología, tocó la puerta y la Profesora Margareth me abre.
- Buenos días Señor Giordano o más bien le debería decir buenas noches. - ella me mira con una cara de pocos amigos, que siempre tiene y por lo visto también espera una respuesta-.
-Buenos días profesora, no, no debería decir buenas noches porque apenas son las 10 de la mañana, usted debería saberlo, creo que es algo muy básico.
-Muy chistosito Señor Giordano, no sabía que estaba en un circo.
-Pues yo tampoco profesora, ahora sí no le molesta que yo entre a su clase, me voy a sentar en mi puesto.- digo con mi tono de odioso-.
-Pues como ve Señor Giordano, usted se sentará... Pero con la directora por faltarme el respeto.
×××
Salgo de dirección luego de que la directora me haya impuesto un castigo, el cuál es ir a detención por toda una semana luego de clases, me detengo cuando veo una chica que está llorando en uno de los bancos cerca y le preguntó si está bien, ella al parecer solo me ignora.
-Oye, Hola ¿Estás bien? Chica... ¿estás sorda o qué?
- Cállate idiota, obviamente no estoy sorda, solo no quiero hablar contigo y obviamente no estoy bien o tú estás ciego.
-Disculpa, solo quería ayudar, pero como veo tú no quieres que te ayuden.
-Porque no necesito tu ayuda, solo quería llorar sola, ¿Ok? - Ella me mira con una cara de odio, como si mi cara fuera un blanco.
- Ok, está bien entonces te dejo llorar sola.- giro rápidamente y camino por el pasillo.
Primera vez que decido ayudar a alguien con sus problemas emocionales y me tratan así, entonces que coma mierda. -digo en voz muy baja-
-Oye, espera.- Grita la chica a lo lejos.
Me volteó y voy hacia ella.
- Perdón no quería tratarte así, solo que toda ésta mierda que me está pasando, solo perdón soy una odiosa.- Me mira con una pequeña sonrisa-
- Está bien te perdono, perdón por llamarte sorda también- digo con algo de simpatía, algo raro en mí.
- Está bien, ¿Cómo te llamas?
- Seth Giordano, ¿Y tú?
- Me llamo Caroline Schäfer, como Pastor en Alemán, mucho gusto en conocerte. Dice ella extendiendo su mano para luego darnos un apretón.
-Igualmente, ¿Y por qué llorabas? - Digo mirándola y la verdad la estoy detallando un poco, hasta puedo decir que es guapa.
- La verdad por una estupidez, quizás, me peleé con mi mejor amigo, dijo que yo era una puta por acostarme con un tipo que conocí 5 días antes.
- Cariño por favor, obvio no eres una puta, eres una mujer que hace lo que quiere y ya, tenías ganas de acostarte con ese tipo y sucedió, no hay nada de malo en eso y no eres ninguna puta.
-Buenos gracias por decirlo, eso lo sé, solo que me afectó que mi supuesto mejor amigo me dijera eso, creo que sonó algo cruel.
- Que bueno que lo sepas y tu mejor amigo en que época vive, ya no se considera a una mujer puta por eso. - Digo mientras la miro con empatía.
- Bueno gracias, al menos me sirvió para conocer a alguien nuevo y charlar, aunque al principio fuí un poco mala contigo, pero pues que se puede esperar de mí, aquí hablando con un extraño sobre mis problemas.