_ ¿Dónde está mi teléfono?
Let escuchaba su teléfono sonar y se sentía como si fuera una alarma de incendio. Ella caminaba desesperada, había desayunado con tranquilidad aquella mañana porque Caroline la iría a buscar para ir a la escuela.
_ ¿Dónde está? _ le pregunto a su madre que peinaba a su hermana.
_Let el teléfono se escucha en el sofá no en la cocina_ vocifero su madre.
El sofá estaba tan cerca de la cocina que a Let le parecía el mismo espacio. Levanto los cojines hasta que el brillo oscuro del teléfono la tranquilizo. El teléfono había parado de sonar, Caroline había llamado y dejado un mensaje de que estaba cerca.
_Era Caroline, dice que está cerca.
Nadie se movió más rápido. Todos sabían que Caroline tenía un concepto de estar cerca muy diferente, que en realidad significaba que apenas estaba encendiendo el auto.
Pero para sorpresa de todas, el timbre de la puerta sonó.
_Esto es un milagro, o no es Caroline_ dijo Beca.
Let trato de no reír mientras su madre reprendía a su hermana.
Ella camino hacia la puerta, y la sorpresa le tiño la cara de rojo cuando vio a Joana de pie frente a ella. Estaba vestida de negro, aunque el estampado plateado de calavera de la camisa le deba algo de color.
_Jo…
A Let le falto aire para pronunciar todo el nombre. Joana lograba intimidarla de una forma que la enfermaba.
_ ¿Jo? Es un nombre raro_ Joana extendió la mano y a Let le tomo par de pestañeos reconocer el libro _Tomaste la copia incorrecta ayer, necesito la otra.
Let fue casi trotando hacia su mochila si darle el libro haría que se fuera estaría feliz. Aunque sabía que no podía escapar de las preguntas de su madre.
Intercambio los libros con Joana y justo cuando se estaba dando la vuelta sus labios se movieron.
_ ¿Por qué no esperaste hasta estar en la escuela?_ pregunto.
Joana la miro como si no pudiera creer que le estuviera hablando y en cierto modo así era. Joana dudaba de la habilidad de esa chica para entablar una conversación interesante.
_No voy a la escuela.
Joana giro colocando el libro dentro de su mochila. Let la siguió con la mirada. Había estacionado su motocicleta frente a su casa, pero la había dejado encendida, más tiempo le tomo a Let cerrar la puerta que Joana irse. Casi se sentía como si estuviera huyendo.
Y apenas giro su madre la miraba con los ojos entrecerrados.
_ ¿Quién es ella?
_Es Joana Valera, inteligente, está en los cursos de ciencias avanzadas_ respondió Beca.
Let miro a su hermana desconcertada, los grados menores estaban tan alejados que era como ir a otra escuela.
_ ¿Cómo sabes quién es?_ le pregunto Let.
_Es linda y popular, creo que toda la ciudad sabe de ella.
_Bueno puedo notar que es muy linda, y me alegra que sea inteligente_ dijo su madre en un tono que hizo que las mejillas de Let se sonrojaran de vergüenza.
Beca río. Era la primera vez que ella miraba a Joana tan de cerca, incluso muchos pensaban que esa chica era una especie de mito.
_Si Joana te llega a hacer caso yo voy al odontólogo todos los meses_ chillo su hermana con tanta emoción que la irrito.
Una cosa era saber que Joana estaba lejos de su alcance y otra muy distinta es que su hermanita se lo restregara en la cara.
_ ¡Ey! _ la reprendió su madre _Let es bonita, no veo por qué no se fijaría en ella.
_Mamá Joana Valeraes la chica más increíble que pueda haber, y mi hermana..._ Beca la miro de reojo como si tratara de encontrar las mejores palabras para describirla _Ella es un bombillo hecho persona.
_Sigo aquí.
La madre de Let estaba abriendo la boca, pero sus palabras fueron ahogadas por la bocina del auto de Caroline.
Diana le dio su mochila a su hija menor junto con un suave beso en la frente.
_Pórtate bien, y respeta a tu hermana.
Beca miro a su madre confundida, lo único que no había hecho en toda su vida era respetar a su hermana.
***
La escuela es una jaula sin barrotes, fue lo que pensó Let cuando miro por la ventana y vio una mariposa revolotear por el césped. Quiso ser esa mariposa, al menos ella no tenía que aguantar la mirada lacerante del profesor Tomblot porque su alumna favorita había faltado.
Let se preguntó dónde estaría Joana, seguramente era tan libre como aquella mariposa. Se detuvo a pesar que ella, con toda la facha de chica mala y la arrogancia, jamás la había tratado mal, nunca había tratado mal a nadie, pero había algo en ella que aterraba a cualquiera pero no era cruel. Joana era tan libre que asustaba tenerla cerca, era como ver un ave perderse en el cielo, su belleza está en que en cualquier momento puede irse lejos.
_ ¿Por qué tu cara de idiota es más pronunciada hoy que en otros días?_ pregunto Caroline.
Estaban sentadas en su lugar habitual almorzando fuera del comedor. Let no podía culparla de preguntar eso, desde que tenía que pasar tanto tiempo con Joana se sentía idiota.
_ ¿Por qué crees que Joana no vino hoy?_ pregunto Let.
Caroline miro a su amiga a través de su hamburguesa. Siempre le sorprendía mirarla, era como mirar una ilustración de un hada rosa y rojo. Pero la última vez que la había mirado con tanta curiosidad fue el día en que se dio cuenta de que su mejor amiga, la chica que conocía desde antes de aprender a escribir se enamoraba de mujeres. A Let le tomo tres años después de que Caroline lo supusiera para decírselo.