_ ¿Se imaginan que los pongan en los exámenes? Sería muy fuerte.
_Mi papá es abogado, dice que no deberían estar aquí sin causa probable…
_ ¿Crees que nos quiten los cigarrillos?
_No creo que se queden por mucho tiempo.
_Ojala haya un policía guapo…
Let no podía caminar por los pasillos sin escuchar cada una de las conversaciones. Hablaban tan fuerte que el bullicio era más elevado de lo normal, y todas las conversaciones giraban en el mismo tema; la inevitable y próxima intrusión de oficiales en las escuelas. A Let eso no podía importarle menos, sus ojos buscaban una cabellera negra, pero en su lugar se encontró con una rubia.
_No puedo creer que todo el mundo este emocionado porque estemos rodeados de policías, como se nota que en esta escuela no pasa nada bueno_ Caroline apareció a su lado con raspones superficiales en los brazos, y el cabello y el uniforme de porrita impecables.
_No es algo común_ defendió Let, aunque a ella tampoco le interesaba lo que sucedía.
Ella seguía buscando a Joana.
_Común o no estoy que huelo el miedo de los drogadictos y la excitación de las chicas lanzadas.
_ ¿Entonces hoy oliste a todo tu equipo de porristas?_ bufo Let.
Caroline le dio un empujón juguetón.
_Hasta las más lanzadas tienen su control de calidad_ Caroline rodeo con su brazo los hombros de su amiga _Tu podrías ser de ese selecto grupo solo si haces la prueba.
_ ¿Por qué me quieres en el equipo?
Let había visto a todas la integrante del equipo de porrista y todas era lo opuesto a ella, altas de curvas esbeltas y actitud arrolladora.
_Porque eres mi mejor amiga y me gustaría pasar más tiempo contigo ¿Acaso es mucho pedir?
Para Let era mucho pedir.
_Sabes que no estoy mucho en esa onda de saltar y dar vueltas en el aire con una minifalda.
_Y yo no estoy en la onda de aguantarte mientras buscan con la mirada a Joana y ¡Mírame!
_No la estoy…
Pero Let sabía que no podía engañar a Caroline.
_No la he visto en días y la verdad ahora no creo que vaya al cine con nosotras.
_Oye si al menos haces las pruebas de porristas yo te ayudo con Joana.
_Ahora no sé si te agrada Joana o no, además ni siquiera sabemos si le gustan las chicas.
_Lo segundo se averigua y lo primero, bueno veamos qué pasa, pero solo si entras al equipo de porrista.
El chantaje era tan evidente que Let no pudo evitar aceptarlo.
_Está bien.
_Por lo menos terminaste de admitir que te gusta Joana_ bufo Caroline y las mejillas de Let comenzaron a adquirir un tono de rojo.
Carilone no paro de reírse de su amiga hasta que ambas llegaron a la salida de la escuela y se despidieron.
A Caroline le hubiera gustado estar mucho más tiempo con Let, pero según su horario tenía que ir a la universidad y ver a Evan. Recordaba vagamente haber hablado con él la noche anterior, y entresueños decirle que tenía que tratar de verse más seguido.
Camino hacia el estacionamiento. Lo que verdaderamente quería hacer era ir a su cama y dormir hasta el día siguiente. Los raspones del brazo le ardían como recordatorio de que ser porrista no le daba derecho a ser tan temeraria.
Subió a su auto y apenas se había alejado un par de cuadras de la escuela cuando reconoció la silueta de Patrick. Sus hombros anchos y músculos suaves le daban cierta elegancia a su vertiginosa altura. Caminaba despreocupadamente con el cigarrillo entre los dedos y la mochila de lado. Caroline sabía que debía de seguir y cruzar hacia la avenida en dirección a la universidad, pero en su lugar se detuvo junto a Patrick no muy segura de que decir.
El cuerpo de Patrick se tensó cuando miro el auto detenerse, había una anticipación extraña en sus ojos oscuros. Era como si pudiera ver el color del peligro, pero una sonrisa fácil le atravesó el rostro cuando Caroline bajo la ventanilla y él pudo ver su cabello dorado.
_ ¿Qué desea la reina de la escuela? ¿Se te volvió a romper una uña?
Patrick le dio una calada a su cigarrillo y el humo desdibujo por un segundo sus agudas facciones. Caroline sabía que aún estaba a tiempo de marcharse sin decir una palabra.
_ ¿Quieres otro día divertido?_ le pregunto Patrick.
Caroline no sabía muy bien lo que quería. El cuello de la camisa negra de Patrick era más bajo de lo que había visto antes, y pudo notar un rastro de tinta negra que contrastaba con fuerza sobre su piel blanca.
Patrick espero una respuesta por unos segundos antes de abrir la puerta del auto y subir. El interior era tal cual como él lo había pensado, olía a fresas y había rastro de maquillaje en el tablero.
_Hay un bar se llama Retro Chic te va a gustar, no es sucio, tiene cocteles finos y juego de dardos. Yo te guío.
Patrick le dio otra calada a su cigarrillo antes de ofrecérselo a Caroline. En lo que ella podía pensar es que necesitaría echarse un frasco de perfume entero y limpiar su auto para borrar el olor a humo.
_No gracias aprecio mis pulmones_ vocifero Caroline recuperando su confianza y altanería _Y no fumes dentro de mi auto o lo vas a lavar.
Patrick rio. Y Caroline pensó que era la risa más despreocupada que había escuchado en toda su vida.