Rojo Oscuro

Capítulo 26

Las paredes oscuras se cerraban entorno a Let y el foco de luz, que colgaba en el centro de la habitación, era como un dedo acusatorio que apuntaba directamente hacia ella. Pero nada la hacía sentir más juzgada que la mirada de su madre.

_Cuando saliste esta mañana no imagine que te vendría a buscar a una estación policial ¿Me puedes decir que está pasando? Y ya hable con tu amigo_ la voz de su madre era dura, rígida y supo que delante de ella no estaba su madre, sino la abogada Gabriel.

_No es exactamente mi amigo_ fue lo que Let se atrevió a decir.

Los ojos oscuros de su madre eran tan fríos, que Let supo que solo era una forma de ocultar la decepción y el miedo.

_Te atraparon con él ¿Y qué pasa con Joana? He escuchado tantas veces su nombre en la última hora, que creo que las paredes lo están repitiendo.

_Si ya hablaste con Derek, él te debió de haber dicho todo. Yo no sé mucho, solo sé que Joana no es mala persona.

_ ¿Mala persona?_ la madre de Let se inclinó sobre la mesa, en ese momento ella sentía una mezcla de enojo, miedo, preocupación y amor _Joana Valera lidera un cartel de drogas y la policía ha estado tras de ella durante años, y me vienes a decir que no es mala persona ¡Mírate donde estas Scarlet!

Let sacudió la cabeza. Cada minuto que pasaba sentía con más pesadez los golpes, y la preocupación había logrado que le doliera la cabeza.

_Encontraron rastros de droga en la mochila que cargabas y tu amigo declaro que trabaja para Joana y un tal Fantasma.

_No, has entendido mal, Joana trabaja para Fantasma, y Derek para Joana.

_ ¡Claro! Porque los tecnicismos hacen que la realidad de que mi hija mayor este retenida y acusada por distribución y posesión de drogas sea mejor ¿Desde cuándo lo estás haciendo?

_Fue la primera vez.

Let sentía el calor subir por el cuello. Sabía que estaba más encendida que el foco de luz, pero no podía hacer nada por apaciguar su sonrojo, y en ese momento era lo que menos le preocupaba.

_Necesito que me cuentes todo para ver cómo te saco de aquí ¿Ya te vio un doctor?

La madre de Let no se había fijado en los moretones y cortes hasta que destacaron sobre su piel enrojecida.

_No ¿Joana está bien?

_Esta tan bien que ni siquiera ha preguntado por ti, lo único que hace es pedir que hable con ella.

Let primero sintió que le invadía el alivio de saber que Joana estaba bien, y luego el estómago se revolvió con el peso de saber que Joana no le había dedicado ni un momento, mientras ella no había parado de pensarla y preguntar por ella. Pero luego recordó las palabras de Derek, ella planifica todo, a diferencia de Let, Joana sabía exactamente lo que pasaría o por lo menos lo había planeado. Joana no necesitaba preguntar por ella, porque en su plan no estaba contemplado que Let estuviera en riesgo.

_ ¿Y has hablado con ella?_ Let no soportaba el hecho de imaginar a Joana pidiendo hablar con alguien. Joana siempre había sido demasiado independiente y segura.

_No voy a hablar con Joana_ sentencio su madre y Let sintió que algo se derrumbaba dentro de ella.

Joana planea hasta sus horas de ir al baño.

Let no tenía ni la más remota idea de lo que pasaba, pero lo único que sabía y estaba totalmente segura, es que si Joana estaba pidiendo hablar con su madre debía hacer todo lo posible porque sucediera. Aunque la idea de que Joana y su madre se encuentren es una sala de interrogación no le agradaba demasiado.

_ ¿Por qué no?_ inquirió Let.

_Porque le dio drogas a mi hija para que las vendiera, y luego la hizo saltar de un auto en plena persecución ¿Te parece poco?

_Dale el beneficio de la duda, escúchala y luego júzgala.

Let no necesito que su madre respondiera para saber que ya la había juzgado. La desesperación volvió a ella, y el impulso de ayudar a Joana fue tan fuerte que no fue capaz de medir sus palabras, sentía que si lo hacía, no se atrevería a hablar.

_Tengo derecho a tener un abogado o a no tenerlo. Ayuda a Joana o rechazaré a todos los abogados incluyéndote.

La piel de su madre esa mucho más oscura que la de ella, no se ponía roja de furia pero sus ojos centellaban como si estuviera reprimiendo el impulso de golpear a su hija.

_ ¿Te das cuenta que sin un abogado puedes pasar años de tu vida en la cárcel? ¿Vas a desperdiciar tu vida por una chica?

_Escúchala… es todo lo que te pido…

Let estaba al borde de todo, sintió que las lágrimas le ahogaban la garganta y no pudo hacer nada más que llorar; y por primera vez en su vida, los brazos de su madre no la consolaron.

***

_ ¿Qué?_ murmuro Joana.

No quería alzar la voz al menos que fuese necesario, había pasado tanto tiempo en una celda oscura, gritando que quería a la abogada Gabriel que sentía que la voz se le rasgaba cuando trataba de alzarla.

_Cuando te traíamos por carreras ilegales, jamás pensé llegarías a esto… que eras esto.

De cierta forma Joana se había acostumbrado a las miradas de desaprobación y decepción. Los oficiales que conocía no paraban de acercarse a su celda para cerciorarse de que era ella la acusada.

Joana sabía que todos trabajan en conjunto para atraparla, era una de las razones de porque había entablado relación con muchos de ellos. Era una forma de tener unos ojos dentro de la investigación sin que nadie supiera. Incluso había ayudado con la tarea a la hija de un policía. Todos tenían el concepto de que Joana era una buena chica, lista, pero algo rebelde. Y en las siguientes horas la imagen de chica buena pero algo rebelde, se había convertido en la chica peligrosa.

Joana solo se encogió de hombros. No planeaba desperdiciar ninguna palabra.

_Te mereces esto_ él refunfuño mientras empuja a Joana dentro de la sala de interrogación.

Joana reconoció de inmediato a la madre de Scarlet, pero estaba lejos de ser la mujer cariñosa de aquella mañana. Era como si la tela pesada del traje fuese una armadura que la endurecía. Joana sabía exactamente como se sentía aquello.




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