Capitulo 17 - Enfrentando la Realidad

En la oficina de Raúl, el aire estaba cargado de tensión. Andrea, con los rastros de un llanto prolongado aún marcados en su rostro, se sentó con una mezcla de agotamiento y determinación. A pesar de haberse limpiado las lágrimas, las huellas de su angustia eran evidentes.

Raúl, con una expresión seria, rompió el silencio. "He logrado evitar más malentendidos entre las personas que asistieron a la presentación de Leonardo", comenzó, su voz llevaba un tono de responsabilidad y preocupación. "Pero eso no cambia el hecho de que los empleados ya vieron esos videos."

Leonardo, que había estado en silencio hasta ese momento, levantó la vista, sus ojos se encontraron con los de Andrea. Había una pregunta silenciosa en su mirada, un apoyar.

"Y ahora, Andrea," continuó Raúl, "necesitamos saber quién es la otra persona involucrada en el video. Es crucial que esa persona no divulgue nada más que pueda afectarte. Es posible que haya compartido esa información por algo de dinero o un intento de chantaje."

"La otra persona en el video es...", comenzó Andrea, su voz temblaba ligeramente, revelando la mezcla de miedo y resolución que sentía al decir "Leonardo ".

La revelación de Leonardo en la oficina de Raúl fue un momento de gran impacto. "¡Leonardo campeón! ¡No sabes lo orgulloso que me siento de ti en este momento!", exclamó Raúl, casi brincando de la emoción al enterarse de la relación entre Leonardo y Andrea. Leonardo, atónito, pero sonriendo, negaba con la cabeza, aún ruborizado por la revelación, mientras Raúl lo abrazaba fraternalmente, evidentemente complacido de ver a su mejor amigo abrirse al amor nuevamente después de un pasado tormentoso​​.

Raúl, en un principio, casi quiso celebrar la noticia con euforia, considerando que Leonardo finalmente había tenido una relación íntima, especialmente con alguien como Andrea, quien era vista como una figura casi intocable dentro de la empresa. Sin embargo, recordando la delicada situación en la que se encontraban, especialmente el estado emocional de Andrea, Raúl recuperó rápidamente la compostura.

"Lo siento, Leonardo, no quise incomodarte", dijo Raúl, consciente de la seriedad del momento. "Es solo que, sinceramente, me alegra por ti. Después de todo lo que pasaste con Gabriela, temí que te cerraras al amor para siempre".

Leonardo asintió con una sonrisa agridulce. Sabía que Raúl tenía buenas intenciones, pero la situación era demasiado complicada como para celebrar. Andrea, aún afectada y vulnerable, observaba en silencio. Era un torbellino de emociones, con la revelación de su relación con Leonardo ahora expuesta y la incertidumbre de las consecuencias que eso podría traer.

"Tenemos que manejar esto con inteligencia y discreción", dijo Raúl, mirando a Andrea y Leonardo con seriedad. "Lo primero es controlar la situación aquí, en la empresa. Voy a hablar con los empleados para asegurarnos de que no se difundan rumores sobre el video. La privacidad y el respeto son fundamentales en nuestro entorno laboral."

Andrea asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. "Gracias, Raúl. Sabemos que podemos contar contigo."

Raúl continuó, "Leonardo, Andrea, creo que lo mejor será que ambos mantengan un perfil bajo por ahora. Una ausencia temporal de la empresa podría ayudar a calmar las aguas mientras manejamos esto."

Leonardo parecía preocupado pero entendió la razón detrás de la sugerencia. "Estoy de acuerdo", dijo. "Lo último que queremos es avivar el fuego."

Andrea, aunque reticente a la idea de alejarse de sus responsabilidades, sabía que era lo más prudente. "Haré arreglos para que mi equipo maneje los asuntos urgentes", afirmó con determinación. "Pero espero que esto se resuelva rápido. No quiero que mi carrera se vea afectada por un asunto personal."

Raúl asintió, su expresión era una de determinación y apoyo. "Haré todo lo posible para que esto se resuelva de la manera más rápida y discreta posible. Tenemos que protegernos unos a otros en tiempos como estos."

Después de la reunión, Andrea se dedicó a coordinar con su equipo las tareas y responsabilidades que debían seguir en su ausencia. Con profesionalismo y eficiencia, dejó todo dispuesto para poder manejar cualquier emergencia de forma remota. Mientras recogía algunos documentos y su laptop, sentía la pesadez de las miradas de sus colegas, cuyos susurros apenas disimulados llenaban el ambiente.

A medida que avanzaba por los pasillos de la empresa, Andrea notaba cómo cambiaban las expresiones de quienes la rodeaban. Algunos evitaban su mirada, mientras que otros no disimulaban su desprecio. Las palabras no eran necesarias; sus rostros decían todo. Andrea, quien siempre había sido respetada por su profesionalismo y liderazgo, ahora se veía reducida a objeto de cotilleos y juicios morales.

En un intento de mantener su dignidad, Andrea se esforzaba por ignorar los comentarios y las miradas. Sin embargo, cada paso le recordaba dolorosamente cómo su imagen profesional se veía empañada por prejuicios y chismes.

Al llegar al estacionamiento, Andrea se encontró con un grupo de empleados que conversaban entre sí. Al verla, sus voces se apagaron y la miraron de arriba abajo, con una mezcla de curiosidad y desdén. Uno de ellos, con una sonrisa burlona, comentó lo suficientemente alto como para que ella lo oyera: "Parece que las juntas con el jefe tienen 'beneficios' especiales, ¿eh?"

Andrea sintió un nudo en el estómago. La humillación y la impotencia la invadieron. Sin darles el gusto de verla afectada, aceleró el paso hacia su auto, su refugio momentáneo. Al llegar a su auto, la fachada de fortaleza que había mantenido se desmoronó. Cerró la puerta del vehículo y se permitió, por fin, liberar las emociones contenidas. Las lágrimas brotaron, incontenibles, marcando el final de su resistencia.

Andrea lloraba no solo por el escándalo o la pérdida de respeto de sus colegas, sino por la vulnerabilidad que sentía al haber expuesto una parte tan íntima de sí misma. La relación con Leonardo, que había comenzado como un refugio de comprensión y afecto, ahora se sentía como la fuente de su caída.