Capitulo 23 – La jefa conoce a su jefe

Es un lunes en la mañana y el aire en la oficina de Andrea estaba cargado de una mezcla de nostalgia y resolución. Las paredes, una vez testigos de su dedicación y éxito, ahora miraban silenciosamente mientras ella recorría la habitación por última vez. Andrea se detuvo frente a su escritorio, ahora adornado con algunos cambios sutiles hechos por Leonardo, signos de un nuevo comienzo que no la incluía.

Mientras contemplaba la oficina, la puerta se abrió suavemente. Leonardo y Raúl entraron, sus expresiones mezcladas con respeto y una pizca de tristeza.

"¿Estás segura de querer irte, Andrea?" preguntó Raúl, su voz reflejando una preocupación genuina.

Andrea se volvió hacia ellos, su decisión reflejada en su mirada firme. "Sí, Raúl. Es lo mejor para todos," comenzó, su voz firme a pesar del remolino de emociones. "Continuar aquí solo alimentaría rumores y suposiciones de favoritismo que no benefician a nadie. Y honestamente, necesito dejar atrás la mala reputación que ese video trajo consigo."

Leonardo observaba en silencio, su rostro sombrío. Sabía lo mucho que le costaba a Andrea dejarlo todo atrás, especialmente bajo circunstancias tan difíciles.

Raúl asintió lentamente, entendiendo la posición de Andrea. "Es una decisión valiente. No muchos tendrían el coraje de empezar de nuevo, especialmente después de haber construido tanto aquí."

Andrea sonrió tristemente. "A veces, empezar de nuevo es la única manera de reconstruir y crecer. No puedo permitir que mi pasado aquí defina mi futuro."

Leonardo se acercó y colocó una mano reconfortante sobre su hombro. "Dondequiera que vayas, Andrea, sabes que tienes nuestro apoyo. Y quién sabe, quizás este nuevo comienzo sea exactamente lo que necesitas."

Andrea asintió, agradecida por su apoyo. "Espero que sí. Y espero que bajo tu dirección, Leonardo, la empresa alcance nuevos éxitos. Siempre tendrán mi apoyo, desde afuera."

Raúl y Leonardo intercambiaron miradas, reconociendo la fortaleza y resiliencia de Andrea. "Bueno, si alguna vez decides que quieres volver, las puertas siempre estarán abiertas para ti," dijo Raúl, extendiendo una oferta que sabía podría no ser aceptada, pero que necesitaba hacer.

Andrea recogió una caja pequeña con sus pertenencias personales, miró una última vez su antigua oficina y, con un suspiro de resolución, se dirigió hacia la puerta. "Gracias por todo," dijo, antes de salir de la oficina y cerrar suavemente la puerta detrás de ella.

Después de despedirse de Raúl y Leonardo en su antigua oficina, Andrea se dirigió hacia la sala de conferencias donde había organizado dar su discurso de despedida. Su corazón latía con una mezcla de nerviosismo y determinación. Aunque sabía que no todos en la empresa la veían con buenos ojos, estaba resuelta a cerrar este capítulo de su vida profesional con la cabeza en alto.

Al entrar en la sala, Andrea notó los murmullos que se calmaban un poco. Algunas miradas eran de simpatía, pero otras claramente mostraban desconfianza y resentimiento. Leonardo, quien había decidido acompañarla para brindarle su apoyo, se acercó a su lado.

"Recuerda, no tienes que convencer a nadie de tu valor," susurró Leonardo antes de que comenzara. "Los que te conocemos, sabemos quién eres y lo que has logrado."

Andrea asintió, tomando un momento para centrarse. Raúl se acercó, su expresión seria. "Sea lo que sea lo que digas hoy, Andrea, sé sincera y habla desde el corazón. Es todo lo que puedes hacer."

"Gracias, Raúl. Eso planeo hacer," respondió Andrea, agradeciendo su consejo.

Algunos empleados se agruparon en pequeños círculos, hablando en voz baja. Uno de ellos, mirando a Andrea, dijo lo suficientemente alto para que otros escucharan, "Como una mujer como Andrea puede siquiera dar un discurso a pesar de lo que hizo en esos videos, deberia irse mientras tenga algo de verguenza en su cara."

Otro empleado añadió, "Sí, es difícil trabajar cuando no sabes qué creer y menos de una mujer como ella. Al menos yo espero que su discurso aclare algunas cosas."

Andrea escuchó sus palabras, sabiendo que parte de su tarea hoy era enfrentar esas percepciones y dejar una impresión positiva y honesta en su último día. Ella respiró hondo, preparándose para hablar a todos, no solo como una líder, sino también como una colega que deseaba lo mejor para la empresa, incluso cuando ella ya no formaría parte de ella.

Leonardo, permaneciendo a su lado, le dio una sonrisa de aliento. "Estás lista," dijo él. "Y después de esto, empezarás de nuevo. Recuerda, no es un final, sino un nuevo comienzo."

Andrea asintió, sintiéndose un poco más fuerte con el apoyo de Leonardo. Se giró hacia la sala, preparándose para dar un paso al frente y comenzar su discurso, sabiendo que este momento sería crucial para definir sus últimas impresiones en la empresa.

Andrea se colocó frente a la sala llena de colegas, su corazón latiendo fuerte pero su voz clara y segura. Miró a todos, capturando su atención con su presencia tranquila pero firme.

"Buenas tardes a todos," comenzó, su tono era calmado, pero cada palabra estaba impregnada de convicción. "Hoy me despido de ustedes no solo como su colega, sino como alguien que ha crecido y aprendido mucho en estos pasillos."

Tomó un momento, asegurándose de que su mensaje sería considerado y reflexivo. "Quiero hablarles no solo sobre los logros y los buenos tiempos, que sin duda han sido muchos, sino también sobre los desafíos. Y, más específicamente, sobre la resistencia y la dignidad en tiempos de prueba."

Andrea hizo una pausa, la mención del video era inevitable. "Como muchos de ustedes saben, mi reputación fue puesta en duda aquí, no por mi trabajo o mis decisiones, sino por un video que me mostraba de manera que no refleja quién soy realmente. Este incidente fue doloroso, no solo para mí sino para todos los que trabajamos bajo el escrutinio de suposiciones y juicios rápidos."