Romance con la Jefa

Capitulo 32 - Luis está enojado y Leonardo triste

Gabriela, Andrea y las niñas bajaban apresuradamente las escaleras de la mansión, cada una cargando una maleta. El taxi que las había traído inicialmente estaba por llegar, el mismo conductor que las había llevado antes.

Mientras se dirigían hacia la sala, la figura de Luis apareció en la puerta, su rostro marcado por una furia incontrolable. Su voz resonó fuerte y clara en el aire.

"¡Niñas, vayan a su cuarto ahora mismo! ¡Necesito hablar con su madre!" gritó, sus ojos clavados en Gabriela con una mezcla de enojo y desesperación.

Las niñas se detuvieron, asustadas, pero Gabriela, respirando profundamente, se giró hacia Luis con firmeza.

"No, Luis. Nos vamos de esta casa," dijo con voz temblorosa pero decidida.

Andrea se colocó al lado de Gabriela, mostrando su apoyo sin decir una palabra. Su presencia era suficiente para darle fuerza a su amiga.

Luis, cegado por la ira, dio un paso amenazante hacia Gabriela, levantando una mano. Antes de que pudiera reaccionar, Andrea se movió con rapidez, sujetándolo con una llave inmovilizadora.

"¡Aléjate de ellas, Luis!" dijo Andrea con voz firme. "No te atrevas a ponerle un dedo encima a Gabriela o a las niñas."

"Gabriela, llévate a las niñas y corre," insistió Andrea.

Gabriela, con el corazón acelerado, tomó a las niñas en brazos, dejando caer sus maletas, y corrió hacia la entrada de la mansión. Mientras tanto, Andrea se interpuso nuevamente entre Luis y Gabriela.

"No les pondrás un solo pelo encima a Gabriela y a esas niñas," dijo Andrea con determinación, su mirada fija en Luis.

La declaración de Andrea solo enfureció más a Luis, quien con un esfuerzo violento logró liberarse del agarre de Andrea. Su rostro se volvió aún más sombrío mientras veía a Gabriela y las niñas huir hacia el taxi que acababa de llegar.

Andrea aprovecho para correr hacia la entrada de la casa, llevando las maletas de las niñas, con el corazón acelerado. Sentía la adrenalina impulsándola a moverse más rápido mientras intentaba proteger a sus hijas. El taxi estaba estacionado frente a la casa y el taxista, al ver la situación, bajó rápidamente del auto.

"¡Suban rápido!" gritó el taxista, abriendo el maletero.

Andrea, mientras corría, lanzó la maleta de María hacia el taxista, quien la atrapó con torpeza, casi perdiendo el equilibrio.

"¡Aquí va otra!" exclamó Andrea mientras intentaba pasar la maleta de Melissa.

Justo en ese momento, Luis apareció detrás de ella y agarró la maleta de Melissa. En el forcejeo, la maleta se soltó y cayó directamente sobre la cabeza del taxista, que soltó un gemido de dolor y sorpresa.

El taxista se tambaleó, recordando vagamente el golpe similar que había recibido hace años como repartidor de comida. Su expresión de incredulidad y resignación era casi cómica, considerando que, otra vez, Andrea había sido la causante del golpe.

La maleta se abrió al impactar contra el suelo, liberando el contenido por todas partes. Entre la ropa y los juguetes, la muñeca Lily de Melissa rodó hasta los pies de Luis.

"¡Maldita sea, Luis!" gritó Andrea, ayudando al taxista a levantarse. "¡Apúrate, tenemos que irnos!"

El taxista, frotándose la cabeza, miró a Andrea con una mezcla de dolor y resignación.

"Señora, si sigue así, terminaré necesitando casco para trabajar" dijo con una sonrisa forzada.

Andrea recogió rápidamente la muñeca Lily y la metió de nuevo en la maleta, lanzándosela al taxista quien, esta vez, la atrapó con más cuidado. Mientras tanto, Luis miraba a Andrea con furia contenida.

"Esto no se acaba aquí" murmuró Luis, señalándola con el dedo. "No voy a permitir que te lleves a las niñas."

Andrea, ignorando su amenaza, empujó a Gabriela y a las niñas hacia el taxi y cerró la puerta de golpe. Subió al asiento del copiloto y miró al taxista.

"¡Vámonos ya!" ordenó, con la voz firme.

El taxi arrancó con un chirrido de llantas, dejando a Luis de pie en medio de la calle, impotente y furioso. Andrea respiró hondo, intentando calmarse, mientras las niñas abrazaban a su madre en el asiento trasero, asustadas pero seguras.

Cuando ya están lejos, Gabriela le pregunta a Andrea si está bien. Las niñas, que consideraban a Luis como su padre, comienzan a llorar y a preguntarse por qué él había actuado de esa manera. Gabriela y Andrea se miran entre sí, y Gabriela comprende totalmente que Luis tenía un lado oscuro, manipulador y agresivo, algo que nunca esperó que se volviera violento.

Después de un rato, llegan al departamento de Andrea. Las niñas ya están dormidas, agotadas por el evento. Andrea y Gabriela cargan a cada una de las niñas y las llevan adentro, acompañadas del conductor, que aún tiene una herida en la cabeza. Andrea, sintiéndose mal por el golpe que le había provocado sin querer, le ofrece entrar y le da una bolsa de hielo para su herida.

"Gracias," dice el conductor con una sonrisa irónica. "Parece que tengo una tendencia a meterme en problemas con ustedes."

Andrea se ríe ligeramente, aunque con un tono de disculpa. "No era mi intención, de verdad. Lo siento mucho."

Después de acostar a las niñas en la cama de Andrea, las tres adultas se quedan en la sala. Gabriela se sienta en el sofá, visiblemente agotada y con una mezcla de emociones. Andrea se sienta a su lado, mientras el taxista, con una bolsa de hielo en la cabeza, se acomoda en una silla cercana.

Gabriela suspira, mirando a sus hijas a través de la puerta entreabierta del dormitorio. "Nunca pensé que Luis pudiera llegar a este punto. Siempre mostró un lado amable y cariñoso con ellas."

Andrea asiente, comprendiendo el dolor y la confusión de Gabriela. "A veces las personas esconden partes de sí mismas que ni siquiera nosotros conocemos hasta que es demasiado tarde."

El taxista, escuchando la conversación, añade: "Lo importante es que están a salvo ahora. Pero es crucial estar atentos a cualquier señal de comportamiento agresivo en el futuro, en especial de ese hombre."




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.