romance entre un lobo y la luna

Cap.3: La bondad de la luna.

Rossaline trataba de ayudar al cachorro pero este no dejaba de gruñirle, sin embargo eso a ella no le importo demasiado ya que aun cuando el cachorro se portaba hostil ella siguió acercándose lentamente para ayudarlo. De pronto Rossaline extendió su brazo para tocar al pequeño e intentar calmarlo pero el cachorro reacciono con hostilidad y la mordió, ella ni siquiera retrocedió, aun cuando el pequeño seguía clavándole los dientes en el brazo.

Mientras el cachorro la mordía, ella quejumbrosa lo sostuvo con la otra mano y lo levanto para llevárselo. Jamás había visto a una persona actuar de esa manera y esto me sorprendió sin lugar a dudas, creo que incluso me hizo cambiar un poco de opinión acerca de ella. Noté que no era tan superficial como parecía, había una extraña bondad en ella, una que las personas no tienen, al menos no todas.

En vista de sus acciones me acerque hasta ella y coloque mi mano sobre la cabeza del cachorro, provocando que este último al verme se calmara volviéndose más dócil y así dejando de morder el brazo de Rossaline. Ella me miro bastante sorprendida.

- Dame al cachorro y acompáñame - le dije con mi típica frialdad. Ella simplemente me miro y al instante me entrego el cachorro y me siguió.

Ambos íbamos caminando en completo silencio. Ella llevaba su mano sobre la herida en su brazo y su mirada iba fija al suelo todo el camino como si estuviera apenada. Ya había visto esa conducta apocada y reservada de ella en otra ocasión. 

De pronto alzó la mirada y al darse cuenta de que yo la observaba se sonrojo y la desvió rápidamente

- He de decir que me sorprendió ver lo que hiciste, no esperaba que hicieras tal cosa – le dije mientras caminábamos pero ella permaneció en silencio hasta que pregunte - ¿Por qué lo hiciste?

Ella levantó la mirada con timidez bastante visible en su rostro blanco como la leche – crecí con mi abuela, ella era veterinaria y por lo tanto crecí rodeada de animales, me gustan mucho de hecho, solo quería ayudar al cachorro – dijo ella con una sonrisa en su rostro.

- Aun así ¿Por qué seguiste acercándote sabiendo que el pequeño podía morderte? Y ¿Por qué seguir aun cuando ya te había mordido? – le pregunte confundido.

- Mi abuela me enseño que no importa que tan hostil sea el animal, lo importante es que tanto deseo ayudarlo, eso respondería a tu primera pregunta, y la segunda... eso es muy simple ¿Para que detenerme si ya lo había hecho? Solo quería ayudarlo sin importar lo que pudiera hacerme el cachorro – dijo ella con convicción.

Me quede en completo silencio hasta que llegamos a mi casa.

- ¡Entra! – le dije mientras abría la puerta. Ella entro y luego le dije – siéntate por allá mientras atiendo al cachorro.

- ¿Cómo es que…? – balbuceo ella sorprendida.

- ¿Qué? ¿Qué sé cómo tratar a un animal herido? – Le dije y entonces ella asintió – estoy acostumbrado a hacerlo. Desde pequeño al igual que a ti me han gustado los animales, estos son mucho más confiables que las personas, y cuando era niño conseguí un lobo cachorro lastimado en el bosque que está a pocos minutos de aquí, lo traje a casa y lo ayude, así aprendí a dar cuidados especiales a los animales.

- ¡Es… impresionante! – Afirmo ella – sabía que había una bondad en ti que no mostrabas – dijo luego.

- Si bueno… esa bondad solo es para con los animales – le repuse.

- ¿Ah sí? Entonces ¿Por qué me trajiste aquí en lugar de venir solo con el cachorro? – dijo ella tan impertinente como nunca.

- Eh… solo… - balbucee - solo lo hice porque me sorprendió que intentaras ayudar al cachorro aun cuando él te estaba haciendo daño, en mi opinión alguien que haga esto es digno de mi respeto – le respondí con seriedad luego de tartamudear un poco.

- ¡Respeto, oh vaya! – Exclamo ella – bueno… al menos ya es algo – añadió luego.

- Si bueno. Cualquiera creería que has estado apostando con tus amigas o que incluso perdiste una apuesta y por eso me estás hablando, pero luego de esto, no te veo en esas andanzas. 

- ¡Claro que no! - Replica ella casi ofendida. Luego se vuelve tímida de nuevo - yo solo... yo... ya te lo dije. Sólo quiero demostrar que no eres lo que todos piensan que eres 

Nos quedamos en silencio y en cuanto terminé de curar la herida del cachorro me acerque a ella para ayudarla. Lave su herida con jabón y agua y luego use una toalla humedecida en alcohol para limpiar cualquier bacteria; le aplique un tópico contra las infecciones y le cubrí la herida con gasas hipo alergénicas. Ella me miro nuevamente de forma muy tierna y me limite a terminar de tratar su herida.

- Gracias – dijo ella con timidez.

- No hay de que, toma; tendrás que lavarte la herida y cambiarte las gasas cada ocho horas. Usa este tópico para evitar que las cicatrices sean visibles – le dije entregándole un paquete de gasas y un tópico para ayudar a cicatrizar la herida más rápido y sin que deje marcas.

- Oye… - titubeo ella - te oí hablando esta mañana con tu tía, lamento lo que ocurrió a tu padre – dijo con empatía.

- La verdad no me afecta demasiado, nunca le interesé así que no era alguien muy preciado para mí – le dije con frialdad.

- Si, entiendo lo que sientes – afirmo ella, mas yo por otro lado me mostraba escéptico a su comentario.




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