- Gra… Gracias, tu… también te ves bien – dije tartamudeando, y nuevamente me dije a mí mismo “¿Qué rayos sucede contigo?” no comprendía porque me sentía tan nervioso.
- Entra, ya casi estoy lista, solo falta esperar a que mi padre se digne a salir de su oficina – dijo Rosse invitándome a pasar a su casa.
Di un paso adelante y observe con detenimiento lo asombrosamente enorme que era su casa, entonces ella se me quedo viendo, casi con ganas de preguntarme que me parecía su casa, pero se limitó a seguir calla mientras me hacía seguirla hasta la sala de estar en donde nos sentaríamos a esperar a que su padre saliera de su oficina para llevarnos al baile.
Mientras esperábamos, una mujer de aproximadamente unos cuarenta años apareció en la sala con gestos de emoción, supongo que respecto a la apariencia de Rosse. Esta mujer a pesar de su edad tenía una apariencia y actitud muy jovial.
- Mi niñaaa – dijo aquella mujer con emoción – luces preciosa como siempre, no podía esperar menos de mi nieta – agrego luego abrazando a Rosse con mucho cariño y dándole un beso en la frente.
Al escucharla comprendí que se trataba de su abuela, esa bondadosa señora que le había enseñado a ver el lado positivo de las personas.
- Gracias abuela, creo que herede eso de ti – dijo Rosse sonriendo con mucha gracia.
- ¿Y este jovencito tan guapo? – interrogo la señora mirándome, lo cual me puso un poco más nervioso de lo que ya estaba quien sabe por qué.
- ¡Abuela! – Reclamo Rosse – él es Thomas, es mi pareja para el baile – agrego luego con una voz sutil y una sonrisa tímida.
- Aaah, con que tú eres el famoso Thomas, eres más guapo de lo que Rosse me había descrito – dijo la jovial señora poniéndome aún más nervioso.
- ¡Abuela! – Reclamo de nuevo Rosse avergonzada.
- ¿Qué? No he dicho nada malo mi niña – dijo su abuela con una sonrisa pícara.
Me puse de pie y después de tragar saliva me atreví a hablar – Es un placer señora Moon – dije que una voz bastante tímida muy inusual en mí, pero al menos comprendía la razón de esta, y es que realmente me sentía intimidado por esa señora.
- Oh por favor jovencito – exclamo ella – señora suena muy viejo y formal, por favor dime Rosse – dijo luego con una amabilidad con la que comenzaba a sentirme familiarizado; claro que lo hacía, era la misma amabilidad que su nieta me dedicaba a diario. Asentí con mi cabeza y luego me senté mientras ella se despedía de Rosse puesto que su padre había salido ya de su oficina.
Luego de unos minutos su padre se acercó y dijo – ¿Estas lista ya? – y Rosse asintió, entonces me levante y caminamos detrás de su padre hasta llegar al auto.
Mientras caminábamos hacia el auto mire profundamente a Rosse y me atreví a hablarle luego de mucho rato – ¡Así que te llamas como tu abuela! – confirme mientras nos subíamos al auto; ella me miro con curiosidad y sonriendo asintió.
Luego de subirnos al auto nos quedamos en completo silencio, yo iba en el asiento del copiloto junto a su padre y ella iba en la parte de atrás, entonces mientras él ponía en marcha el auto se presentó – es un placer muchacho, mi nombre es Richard Moon – lo observe con cautela y respondí presentándome – es un placer señor Moon, soy Thomas Wolf.
El me miro y luego dirigió su mirada al camino nuevamente – sí, se quién eres, te pareces mucho a tu padre de joven, además de que sigo de cerca tus calificaciones, tienes un futuro bastante brillante – dijo el sin apartar la vista del camino.
- Espere… ¿Conoció a mi padre? – interrogue consternado.
- ¡Así es! – exclamo el – estudiamos juntos en la preparatoria, de hecho, él también era un hombre muy brillante, sus notas eran las mejores de la preparatoria Royal, pero un día simplemente abandono sin dar ninguna explicación y desapareció sin dejar rastros.
Mi rostro de confusión no era para nada normal, de hecho si antes estaba confundido ahora lo estaba aún más – ¡No puede ser, eso es imposible! – Afirme – mi padre nunca estudio – agregue al final ya dudando de lo que creía saber sobre él.
- No tengo idea de que es lo que sabes de tu padre muchacho, él era un hombre misterioso, demasiado quizá, y no me sorprendería que no supieras algo acerca de esto pero lo que te digo es la verdad. Nunca supimos que había tenido un hijo sino hasta que la junta directiva de la preparatoria Royal vio tu apellido y tu foto en la solicitud de ingreso donde pudimos ver el gran parecido que tenías con él y que aun conservas.
Realmente estaba desconcertado, ahora habían muchos más misterios acerca de quién era mi padre, y Rosse se mantenía en la parte de atrás del auto en silencio escuchando sorprendida toda nuestra conversación. Ahora resulta ser que mi padre era un buen estudiante, que el llego a la preparatoria, e inmediatamente relacione su repentina desaparición con los colmillos de lobo.