Caminábamos hacia mi dormitorio, Rosse estaba molesta, ni siquiera decía una sola palabra, había nieve incluso en los pasillos y el frio era agobiante. Al llegar a mi dormitorio entramos ambos en silencio, hasta que Rosse decidió articular.
- Estoy esperando que me expliques – reclamo ella.
- Esta bien Rosse, soy un colmillo de lobo.
- Me has estado mintiendo – reprocho ella frustrada - ¿Por qué? ¿Por qué te uniste?
- Hay una excelente razón para todo esto, y si, te he mentido, pero solo porque sabía que no estarías de acuerdo.
- Ilústrame – exclamo disgustada.
- Son dos de hecho, la primera es por ti, y la segunda es por mí – comencé – los hombres que asesinaron a mi padre estaban tras algo que él había escondido y que solo él conocía su ubicación – explique – estos hombres han estado buscando eso durante muchos años, y mi padre lo ha mantenido oculto todo este tiempo, incluso ahora siguen sin encontrarlo.
- ¿De qué estás hablando? ¿De qué se trata todo esto? – preguntó consternada y confundida.
- Los hombres que asesinaron a mi padre, fueron los mismos hombres que asesinaron a mi madre – explique dejando muy sorprendida a Rosse – la asesinaron en un intento por secuestrarla para presionar a mi padre, y desde entonces él había estado buscándolos, y finalmente los encontró pero lo asesinaron, ahora, la información que mi padre tenía, sigue escondida y según Josh, solo yo puedo encontrarla, por lo tanto los asesinos de mi padre en algún momento me buscaran a mi e intentaran hacerme lo mismo que le hicieron a mi padre.
Rosse estaba al borde de un colapso mientras yo seguía explicando.
- No sé dónde está la información que ellos buscan, pero ellos creen que si lo sé, y por lo tanto buscaran la manera de presionarme para entregárselas, y la única manera en que podrían presionarme, es contigo, y esa es la primera razón por la que me uní, a sabiendas de que no estarías de acuerdo, viéndome obligado a mentirte.
- Supongamos que te comprendo, ¿Cuál rayos sería la segunda razón?
- Mi padre – respondí – sus asesinos me arrebataron demasiado, primero a mi madre, luego a él, la única manera de encontrarlos era con los recursos de los colmillos de lobo, pero no tendría acceso a ellos a no ser que me uniera a la organización.
- ¿Ósea que todo esto es por una estúpida venganza? – interrogo ella indignada.
- No se trata solo de eso Rosse – replique un poco alterado.
- ¿Ah no? ¿Y de que entonces?
- Se trata de detenerlos, si nos los detengo seguirán arrebatándome todo lo que me importa – alegué - ¿Qué pasara cuando vayan tras de ti? ¿Debo quedarme de brazos cruzados viendo como me arrebatan lo único importante que me queda, muy por encima de la universidad? – pregunte al final muy frustrado.
- Pero ¿Por qué tenías que mentirme? Cierto, no estoy de acuerdo, pero podrías haberme explicado todo esto y quizá te hubiera apoyado aunque no lo aprobara, de eso se trata, para eso estoy.
- No quería que te preocuparas – dije eludiendo.
- ¿Cómo no preocuparme si formas parte de una organización llena de mercenarios de sangre fría, que no les importa matar? Me lo demostraron hoy – reclamo ella – es por eso que te he visto tan adolorido ¿No?, ¿Has estado pasando por sus numerosas y dolorosas pruebas cierto?
- Aguarda, ¿Cómo sabes de sus pruebas? – interrogué confundido.
- Resulta que descubrí que mi padre había formado parte de esa organización – respondió ella asqueada.
- Pero ¿Cómo…?
- Mi abuela me lo conto cuando le pregunte qué clase de relación guardaba él con los colmillos de lobo, me dijo que mi padre y el tuyo eran amigos, pero no me dijo nada más.
- ¿Tu padre y el mío eran amigos? – Pregunte furioso - ¿Por qué no me lo dijiste?
Rosse bajo la guardia en ese momento y agacho la mirada avergonzada y dijo – lo siento, no te había dicho nada porque… porque no creí que fuera relevante.
- Claro que lo es – gruñí – él podría saber algo sobre lo ocurrido con mi madre.
Me moví por toda la habitación con desespero y luego de unos segundos me quite el saco y la camisa que llevaba puestas para ponerme la chaqueta de mi padre e ir a enfrentar el padre de Rosse, y entre tanto que lo hacía, ella pudo ver en mi espalda el enorme tatuaje, dejándola muy sorprendida.
- Thomas ¿Qué te hiciste en la espalda? – interrogo ella casi asustada.
- Es mi marca, me identifica como miembro de los colmillos de lobo – respondí sin mirarla mientras me ponía la franela y luego la chaqueta, para salir de mi dormitorio dejándola allí, completamente sola.
Lleve a Jack conmigo y deje a Rosse en el dormitorio en shock, y me dirigí hacia el auditorio en el que aún se encontraba el padre de Rosse y también su abuela.
- Señor Moon, es hora de que me de algunas explicaciones – replique con una mirada fría y siniestra. Realmente enfadado.