Capítulo 3

—No creas que no se lo que planeas muchacho— dijo su abuelo mientras regresaban a la mansión

—A que se refiere?— respondió mirando por la ventana

—Tu compromiso ha sido consolidado, no puedes negarte, he sido demasiado paciente— entonces lo miró.

—Creo que yo hubiera hecho una mejor elección para la mujer con la compartiré el resto de mi vida.

—Tuviste tu oportunidad—replicó con enojo

— Además, la muchacha posee una buena dote, es educada y no esta envuelta en ningún escándalo, me parece que cumple con todo lo que una buena esposa debe ser— Terminó muy convencido de lo que decía.

—Veo que averiguaste bastante sobre ella—dijo mordaz.

—Por supuesto

—Parece que su padre no hizo lo mismo— su abuelo guardo silencio —No puedo evitar pensar en que engañaste a ese pobre hombre, no soy un modelo de rectitud.

—Estoy al tanto de eso, pero desde ahora lo seras, te lo advierto Damian— dijo mirándolo con la misma mirada que le daba cuando era niño.

Esa misma tarde pensaba sobre la difícil situación en la que se encontraba, nada le gustaría más que mandar a volar este compromiso, pensó en una posible solución, podría dejar este ridículo compromiso y ofrecer sus servicios como administrador; no era modesto; era muy bueno en ello, pero su abuelo no se quedaría tranquilo, probablemente se encargaría de que nadie le brinde un buen empleo, aunque siempre podía contar con sus amigos, seguro alguno de ellos podría darle una mano, pero entonces... la fortuna, el título, la herencia quedaría en manos de su primo.
No.
No había manera, él no dejaría que ese idiota se quedara con todo.

Debía  encontrar una buena manera de zafarse; su cabeza dolía, necesitaba dormir.
    
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Clare miró nuevamente su imagen en el espejo; intentaba decirse a sí misma que lucia bien.

Tomó una profunda respiración y se preparó para lo que debía hacer, un ligero golpe en la puerta sonó.

—Adelante— respondió.

Uno de los sirvientes ingreso y le dijo

—Lord Thompson la espera Miss Feartinthon.

—Gracias— dijo poniéndose de pie.

Alisó la falda de su vestido, bajó hacia la sala, y vió a Damian sentado, tenía la espalda apoyada en el espaldar.

Sacó de su bolsillo un pequeño reloj, eso le dió la impresión de que estaba muy aburrido.

—Buenas tardes Lord Thompson— se atrevió a decir, ingresando al salón

—Buenas tardes Lady Finterinthon— le respondió poniéndose de pie y haciendo la correspondiente reverencia, ella también la hizo

—Por favor tome asiento

—Debo decir —dijo Damian mirándola de abajo a arriba, buscando un calificativo amable.

—Luce encantadora

—Gracias — respondió tratando de no sonar insegura;  dudaba que sus palabras fueran ciertas

—Esto es para usted— le alcanzó un hermoso ramo de flores

—Son....son preciosas! Volveré en un instante— mientras buscaba un jarrón, Damian tuvo la tentación de mirar su reloj de nuevo.

Clare tenía las manos temblorosas cuando colocaba las flores en el jarrón, una de las sirvientas le preguntó si necesitaba algo.

—Si, lleva una charola con té al salón por favor.

Caminó con pasos lentos, buscó un jarrón, puso las flores y se dirigió al salón donde recibió la mirada de Damian, miro la pequeña mesa donde la charola con el té ya estaba servida.

Colocó muy cuidadosamente el jarrón, sobre la pequeña mesa; tomó asiento y levantó una de las tazas, dió un pequeño sorbo rogando mentalmente que el tiempo pasara rápidamente.

Que debería hacer?, debería hablar sobre el clima ? Sobre algún otro tema? Buscó mentalmente un tópico que pudiera ser del interés de Damian

—Le gusta el clima de estos días Mr. Thompson?— intentó, pero Damian parecía estar mirando algún cuadro en la pared que estaba detrás de ella.

—Perdón? —respondió.

Sintió deseos de mirar detrás de ella, no recordaba el cuadro, al parecer era más interesante que ella.

—Disfruta del clima lluvioso de estos días?

—Ehhjj....si... es fresco y agradable.

Fue una respuesta muy sencilla la cual vino acompañada de un sorbo de té.

Empezó a buscar algo; cualquier cosa, para alargar esta incómoda visita; no lo miró al rostro, se concentró en las galletas que no había probado

—Creo que debo retirarme—anunció poniéndose de pie

—Si por supuesto.

—La vere en otro momento— dijo saliendo.

Cuando no fue visible para ella, soltó el aire que estaba conteniendo.

Miró detrás de ella para saber que fue lo que lo distrajo de su corta conversación, descubrió un poco avergonzada que era un pared vacia.

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Damian sintió una extraña libertad al salir de la residencia de su prometida.

Vinieron a su mente recuerdos de su niñez, cuando corría desesperadamente hacia el jardín luego de una aburrida clase, buscó su reloj, esto le parecía tan poco común; en un día normal solía mirar su reloj unas tres o cuatro veces; pero hace unos momentos había mirado este objeto la misma cantidad de veces.

Debía ser una broma, solo habían pasado 17 minutos, a este paso su vida matrimonial seria un tedio interminable.

No fue a visitarla en los siguientes días, y prefería olvidar ese incómodo momento.

Estaba un poco aburrido revisando libros contables, cuando su abuelo ingreso por la puerta.

—Buenas tardes abuelo.

—Creo que es momento de empezar los preparativos para tu boda.

Cuando escuchó eso la pluma resbaló manchando su trabajo

—No es demasiado pronto? —Dijo, con el tono de voz tranquilo para que no notara lo mucho que lo molestaba ese tema.

—Crei que habias terminado tu cortejo— contestó

—Solo han pasado algunos días, me gustaría conocer un poco a....

—Calvin me dijo que solo fuiste a verla una vez, creí que era cortejo suficiente.

Debió haber predecido eso, su abuelo se encontraba bastante informado.