El viernes preparó galletas de chocolate; eran sus favoritas.
Aunque no era un ocasión realmente especial, deseaba presentarse con educación y con ánimo cálido, por esa razón llevaría estas galletas como muestra de que le importaba esta reunión.
No deseaba ir, si, era cierto para ella. Pero no podía actuar como si Teresa fuera una mala persona. Ella siempre tuvo un trato frío con su persona y era mejor que crueldad.
Cuando llegó, imaginó que en el salón de colores pasteles que ahora conocía, estarían algunas damas, amigas de Lady Bread.
No se equivocó
—Buenas Tardes— dijo levantando un poco el tono de voz, se produjo un momento de silencio.
Teresa se levantó
—Clare! que alegría que pudieras venir, sientate por aquí.
—Gracias.....
En el salón se encontraban Daphne y Carol.
—Les contaba que pronto llegarías, estaban dudosas respecto a ello.
—No puedes culparnos— se defendió Daphne.
—Lo cierto es que tu arrivo el día de ayer con Mr. Thompson fue una sorpresa—comentó Carol sin filtro.
—Ese comentario es un poco desacertado, pero nuestra curiosidad es mayor— todas callaron, esperaban algún tipo de explicación.
—Oh!— dijo Clare dándose cuenta —No es nada en realidad, el abuelo de Mr. Thompson es amigo de mi padre y él muy amablemente se ofrecio a hacerme compañia, es .es todo.
Todas las damas habían acercado sus rostros, esperando oir algo mas interesante, alguna lucía decepcionada.
—No conozco mucho a Mr. Thompson— expresó Daphne tomando un sorbo de té
—Pero no puedo imaginarlo como alguien amable.
—Bueno los rumores que lo rodean no ayudan mucho— manifestó Teresa.
Clare pudo notar resentimiento en su tono de voz.
—Se porto muy amable conmigo— eso no era mentira.
Luego le siguió una conversación sobre vestidos y peinados.
Una hora después todas se despidieron, Clare dudaba que volvieran a invitarla alguna vez.
No fue una buena idea, decidió mientras regresaba a casa; miró las galletas que dejó en el asiento del carruaje antes de ingresar al hogar de Teresa, parecia algo tonto pero la asustó los comentarios que recibiria si hubiera llevado las galletas. Para consolarse por su cobardía se dijo que esa fue la única buena decisión que había tomado hoy.
El carruaje se detenía, ya habían llegado? era muy pronto, un fuerte ruido hizo que se sostuviera del asiento.
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—Su rostro no es desconocido para mí.
—En serio? Dime donde la has visto, por que yo no la recuerdo.
Desde su posición; sentado sobre su sillón, con una pierna doblada sobre la otra y con una copa en la mano, se dispuso a responder.
—No tengo una mente privilegiada como tú, pero la he visto en algunos acontecimientos, claro que desconocía su nombre— se puso de pie —Es alguien bastante normal, como un florero o un mantel, notas que está ahí pero si desaparece no causaría un gran revuelo.
—Una descripción muy detallada— dijo mientras miraba los libros de la ámplia biblioteca —A menos que sean el florero o mantel de la reina.
—Si soy sincero, estaba un poco ocupado admirando la belleza de Miss Kent.
—Por supuesto, y por eso me dejaste a manos de Teresa.
—Oye! No era mi obligación detenerla o algo así.
—Tuve que inventar algo para escapar.
—Y dejar a tu prometida con tu ex prometida —expresó con sorna.
Damian solto una especie de queja.
—Ten la seguridad de que en estos momentos todos hablan sobre tu llegada con Miss Feartinthon.
—Disfrutas esto, verdad?
—Claro, pero si yo estuviera en tus zapatos harias lo mismo. Por cierto que habló Teresa con Clare?
—No lo se.
—No le preguntaste?
—A diferencia de tí, no quería lucir como un chismoso.
—Chismoso? Yo?— Marcus había elevado el tono de voz; como si lo hubieran ofendido, ambos rieron
—Se que no te agrada esta situación —continuó Marcus —Pero si quieres buscar alguna manera de escapar de esto debes hablar con ella.
—Nunca había sido obligado a tratar con alguien por tanto tiempo.
—Estoy de acuerdo, pero conoces la salida rápida.
Parecía no tener opción, iria al infierno si hacia eso? era muy probable, le importaba? mientras se debatia con la moralidad que creia que ya no estaba ahí, vió por la ventana del carruaje, un grupo numeroso de personas; al pasar por el costado derecho pudo ver que un carruaje había perdido una rueda, pudo dejar el asunto pasar por que no lo relacionaba, pero al lado del carruaje estaba Clare, con mirada desesperada, sin tener conocimiento de que hacer.
Cerró los ojos con resignación y pidió con golpecitos en el techo del carruaje que se detuviera.
Bajó y se acercó.
—Miss Feartinthon?— preguntó aunque sabía que era ella, quería empezar la conversación de alguna manera.
—Mr. Thompson......... yo......
—Se encuentra bien?
—Si, gracias, fue un suceso inesperado— su voz no revelaba emociones, pero sus manos nerviosas la delataban.
Caminó hacía el cochero que con ayuda de otras personas intentaba solucionar el problema; intercambió algunas palabras y le dijó que él llevaria a Miss Feartinthon.
—Venga por favor, la llevaré a su hogar, se dirigía ahí, verdad?
—Si, gracias.
Clare subió y Damian le dió nuevas instrucciones al cochero.