Romántico por Obligación

Capítulo 17

Después de las carcajadas; Clare pidió a Damian que esperara un momento. Al regresar tenía puesto un mandil.

Fue a la cocina para preparar todo lo necesario

—Mi lady necesita algo? —le preguntó la ama de llaves.

—Si, planeaba hacer algunas galletas y deseaba saber si usted tenía los ingredientes necesarios.

—Oh! Por supuesto mi lady, necesitará ayuda?

—No, gracias —y se dirigió hacía el comedor donde Damian aún estaba sentado.

—Puede venir, todo esta casi listo.

Damian se levantó y caminó detrás de ella.

—Me retiro mi lady, Lord Thompson —dijo la ama de llaves.

—Gracias —respondieron al unisono Clare y Damian.

—Por donde comenzaras? —preguntó Damian que miraba como Clare tomaba algunos huevos y comenzaba a partirlos.

—Separé las claras de las yemas en dos recipientes, luego comenzaré a batir las claras.

—No es mejor mezclar todo hasta que se — Damian buscó una palabra en su vocabulario —se integre?

—Tal vez, pero me gusta batir y creo que deja la galletas mas suaves.

Damian notó que tenía las mangas arremangadas, y Clare le dió una mirada extraña.

—Qué pasa?

—Su Frac podría mancharse, tal vez debería alejarse un poco o quitarselo.

Damian miró su oscuro Frac.

—De acuerdo —se lo quitó, quedando solo con el chaleco —No es la primera vez que hago esto por tí.

Clare miró a otro lado recordando el incidente de Mr. Bigotes.

—Luego agrego un poco de azúcar y manteca —Clare continuó moviendo lo que Damian podía definir como una gran cuchara —Y finalmente la harina, la leche y el chocolate.

Sus palabras describian algo que parecía muy sencillo, pero Damian estaba seguro que llevaba un tiempo haciendo esto; de lo contrario sus manos no se moverían con la agilidad que lo hacían.

Recordó algo que Clare le había dicho con anterioridad.

—Cuándo aprendió?

Clare respondió distraidamente.

—Siempre me interesó este tipo de cosas, desde que era muy joven.

Mintió, lo que le dijó antes fue una mentira; por que lo haría? Que raro..

—No era muy buena corriendo o jugando algo que requería actividad; aprendí a realizar algunos postres para ocupar un poco el tiempo que tenía libre.

Damian no dijo nada

—Y usted que hacía con su tiempo libre?—le preguntó ella.

—Vivía en el campo con mis padres, solía jugar con otros niños, era muy bueno corriendo.

—Y por que no le gustaban las galletas?

Ah! recordaba eso!

—No lo se.

Clare no lo miraba estaba amasando la masa y extendiendola sobre la mesa, eso lo relajó lo suficiente para hablar un poco más.

—Recuerdo que me gustaban antes, pero luego de que mis padres murieron sentí una profunda tristeza, nada parecía animarme, no sentía hambre o deseos de jugar, mi abuelo cansado de mi actitud me obligó a comer y un día... simplemente la tristeza desapareció.

Miraba la mesa donde Clare había formado un cuadrado con el cuchillo, pero ella miraba a Damian por sus palabras tristes.

—Puedo intentarlo?—preguntó como un niño.

—Claro.

Damian se disponía a intentarlo pero Clare le tomó las manos y remango las mangas de su camisa para que no se las manchara.

—Ah! Gracias.

Sonrió mientras hacía las figuras.

Clare se tomó un momento admirando a Damian, en su buen porte, en sus brazos fuertes que se movían sin tener la experiencia necesaria, y en su rostro que mostraba una alegría digna de alguien que descubría algo desconocido; sintió emoción en su pecho.

Cuando terminaron de hacer dichas figuras, Clare las metió en el horno.

—Ahora debemos esperar un poco.

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Las galletas tenían el sabor delicioso que Damian recordaba, levantó otra del pequeño recipiente que estaba en la mesa.

Clare también comía una galleta.

—Y que haras por la tarde?

—Oh! Yo ....—Clare titubeó un momento —Pensaba en traer algunas cosas que deje en casa de papá.

—Es una buena idea.

De esa manera pasaron algunos días.

Su reciente matrimonio no hizo un cambio radical en la personalidad de Clare o Damian.

Damian tenía nuevas responsabilidades de acuerdo al título que recibió y no pasaba mucho tiempo en casa, y cuando lo hacía, la convivencia con Clare era amena, no incómoda como al principio.

Una noche en especial Marcus lo invitó a jugar y un poco aburrido aceptó con la idea de distraerse un poco.

Sentado en una mesa con algunos caballeros en uno de los salones populares de apuestas; bebía una copa, mientras Andy empezaba a repartir las cartas.

—Vaya!!! A quien tenemos aquí! —Robert un apostador habitual lo saludo sentándose en una silla.

—Colton —Lo saludó.

—El matrimonio te tenía muy ocupado— dijo sirviendose una copa.

—Algo que no es completamente de tu incumbencia— le respondió.

—Puedo notar que el matrimonio no ha mejorado tu actitud.

Decidió no replicar.

—Siento que estoy de muy buena suerte —comentó Marcus mientras veía sus cartas.

—Debes estarlo —dijo Charles, otro jugador 
que se mantuvo en silencio hasta ahora 
—Eres el único en esta mesa que aún esta soltero.

Todos rieron.

—Y como va tu matrimonio?— Le preguntó Marcus, cuando se encontraban a solas.

—Bien —respondió Damian, sin darle demasiada importancia.

—Clare es demasiado indiferente contigo?

—No, por supuesto que no. Clare es muy comprensiva, de hecho no me molesta tenerla en mi casa.

—Y tu abuelo?

—Mmm....... regresó a Escocia, no le gusta mucho la vida en Londres.

—Luces un poco cansado.

—Si, creo que es momento de que me retire.

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La luz del sol era una  molestía para su rostro, giró su cuerpo para evitarlo.

Estaba cerca de caer nuevamente en el sueño cuando alguien tocó la puerta.

—Adelante —Dijo con desgana.

No vió quien ingresó, solo sintio el aroma de alguien y reconoció a Clare.




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