Romántico por Obligación

Capítulo 18

Los días continuaron pasando; Clare había empezado a usar otros peinados por el pedido de Damian, ahora su cabello que siempre le había parecido demasido opaco, estaba suelto.

Damian le había dicho que se rizaba en las puntas, sonrio al recordar aquello, simplemente no podía evitar pensar en él.

A veces tenía gestos tan lindos que la parte romántica que vivía en ella se ilusionaba e imaginaba cosas que difícilmente pasarían; debía vivir en la realidad.

Decidida a ocupar su mente, pensó en ordenar algunos de sus vestidos y en sus libros, los miró, estaban sobre su cómoda; uno de ellos lo había tomado del estudio de Damian;  trataba sobre algunas aventuras; lo tomó y creyó que era el momento perfecto para devolverlo.

Damian no se encontraba en casa.

Caminó hacía el estudio, abrió la puerta e ingresó muy cautelosamente.

Los libros estaban correctamente ordenados y trato de recordar de donde lo había sacado, le pareció que un lugar se encontraba vacio y lo puso.

Las cortinas estaban cerradas haciendo que la luz del sol tuviera un color crema sobre el escritorio de Damian, se aproximó mirando los papeles esparcidos sobre su mesa, en el lado derecho estaba la correspondencia, con mucha curiosidad levanto todos los sobres, y comenzó a revisar cada uno, todo parecía muy normal, hasta que en el remitente llamó su atención, decía Mr. Thompson

Mr. Thompson, Anthony, Anthony su hermano; muy emocionada intentó abrir la carta.

—Estaré en mi estudio Alfred!.

La voz de Damian hizo que pensara rápidamente donde esconder la carta de Anthony, la dobló y la guardo en la manga del brazo de su vestido; cuando dejaba las cartas en su lugar en la mesa, Damian abrió la puerta, encontrándola parada delante de su escritorio.

—Da-Damian —saludó nerviosamente.

—Clare, que haces aquí? —preguntó mientras se dirigía hacia uno de sus sillones y se quitaba el frac.

—Vine a buscar un poco de lectura, y me parecio que estaba un poco desordenado e intenté ........  y llegaste. Por cierto como te fue?

—Bien, lo normal— dijo sentandose en su sillón.

—Quieres un poco de té?

—Si, si es no mucho pedir.

—Por supuesto —Vió la oportunidad perfecta de salir.

Dejó la carta en una mesa, y fue rápidamente a buscar el té de Damian.

Ingresó al estudio sosteniendo la gran charola y poniendola sobre otra mesa, mientras servia una taza; Damian tenía la cabeza agachada mirando sus documentos.

Se acercó, quería poner la taza al lado de su tintero para que no manchara nada, pero Damian alzó la mano como si buscara sostener la taza sin mirarlo y esto hizo que todo el té se derramara sobre sus calzas y camisa.

—Lo siento! Lo siento!— dijo rápidamente.

Damian se levantó de su sillón, alzando los brazos mirando como el té mojaba su camisa, Clare fue rápidamente por la servilleta para intentar secar algo pero él ya se quitaba la camisa.

Regresó con la servilleta y la puso sin detenerse a pensar sobre su pecho, el cual estaba rojizo, miró el rostro de Damian.

Él correspondió la miraba.

Se observaron por unos segundos, entonces Damian puso su mano sobre la de ella, que aún sostenía la servilleta.

—Estoy bien.

—Si, lo siento mucho— se alejó—Traere otra camisa para que se cambie, lo siento mucho de nuevo.

Clare no lo vió, pero cuando abandonó la habitación, Damian soltó el aire que estaba conteniendo.

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Cuando se encontraba sola en su habitación, miró la carta de Anthony, estaba doblada por la mitad, rompió el sobre y se apresuró a leerla.

La razón por la que la escondió de Damian, era porque era la primera carta que recibia de Anthony desde que se fue, y temía derramar algunas lágrimas si la leía en frente de él y ella sabia que a los hombres les molestaba un poco una mujer que llora.

Y efectivamente derramó algunas lágrimas cuando terminó de leer.

Anthony decía que estaba bien, se diculpaba por no haber escrito antes, se había enterado de su matrimonio y le deseaba mucha felicidad, por último decia que regresaria muy pronto.  

Cómo se habría enterado de su boda?

Esa noche durmió un poco más tranquila sabiendo que Anthony estaba a salvo. 
      
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A Clare le gustaban mucho los libros románticos y le pareció que era un buen momento para ir a la libreria a adquirir uno.

Luego de comprar uno que tenía un nombre muy interesante, regresó a casa.

Tenía su libro muy bien resguardado en sus manos, mientras caminaba por las calles.

Daba pasos algo apresurados por que no deseaba que alguien la viera; todo lucía muy bien, llegaria a la siguiente calle y...... de pronto vió caminado por la otra esquina a Teresa, Mary y Daphne .

Las tres paseaban conversando; asustada ingresó a una tienda de sombreros, una mujer estuvo a punto de preguntarle que deseaba, puso su dedo sobre su boca para que no dijera nada, y se ubicó detrás de un probador.  

—Te mostrare este nuevo que me gusta mucho—dijo la voz de Daphne.

—Me parece que es un poco grande, se parece al que usaba Clare —esa era Teresa.

—No lo creo, Clare tiene un gusto terrible en cuanto a vestuario —esa era la voz de Mary.

—Si, el vestido que llevó a mi reunión era de un color demasiado opaco. —Teresa nuevamente.

—Siempre tuvo muy mal gusto.

—En serio?—preguntó Teresa.

—Si, es rara, en una ocasión hace varios años le dije que el color de su vestido era demasiado brillante, no me dijo nada en ese entonces, pero luego aparecio usando colores opacos, y no volvió a dirigirme la palabra.

—Suena muy inmaduro de su parte.

—Por eso no tiene ninguna amistad, no le gusta que alguien le diga algo que pueda mejorar su persona.

—Damian debe estar terriblemente aburrido a su lado.

—No lo creo, lo vieron hace algunos días en una taberna.




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