La habitación se encontraba ligeramente iluminada por la luz de la luna, la ventana estaba semiabierta, algunos objetos reflejaban su sombra ayudados con la luz y en medio de la cama, las dos personas que se habían entregado a la pasión hace una hora, descansaban uno en el cuerpo del otro.
Clare apoyaba su cabeza en el hombro de su esposo; estaba arrodillada sobre los muslos extendidos de Damian, se abrazaba a su espalda y un poco adormilada intentaba mantener su mentón sobre el hombro de él; debido a su estatura el torso de Damian era mas ámplio y largo, sentía sus suaves besos.
Agotada por arquear tanto el cuello, puso su mejilla en el hombro de Damian.
Damian tenía las piernas extendidas, su pecho estaba pegado al de Clare, sus manos acariciaban su espalda, y su boca besaba la unión de su cuello y hombro, ambos estaban muy cansados, satisfechos y felices.
—Clare? —preguntó Damian con voz baja.
—Mmmm.?
—Cuánto tiempo crees que hemos estado así?
—No se —respondió Clare intentando dormir.
Damian sintió que su respiración comenzaba a ser suave, así que con mucha lentitud intentó empujarla para que apoyara su cuerpo sobre la cama, movió sus manos para alejarla pero Clare despertó.
—No, por favor, no te vayas.
—No me iré —y puso su mano detrás de su cabeza para mantenerla pegada a su hombro —No podemos dormir sentados, te acostaré.
—No, un momento más por favor, se siente tan cálido, tan ...... tan bien— y apretó sus manos para que no la soltara.
Decidió quedarse unos minutos más en la misma posición, intentó nuevamenente acostarla; y en esta ocasión
Clare no protestó, la empujó totalmente y la cubrió con las sábanas.
Se puso de pie; buscó con la mirada su ropa mientras pasaba una de sus manos por su cabello; no recordaba la última vez que paso tanto tiempo complaciendo a una mujer.
Era de noche pero no tenía idea de que hora sería, buscó su reloj, busco por aquí y por alla, lo encontró y se puso al lado de la ventana para ver la hora, 8:43 de la noche, no era tan tarde, recordaba que regresaron a las 2 de la tarde o algo parecido.
Miró por la ventana, podía ver al viento moviendo algunas ramas de árboles, tal vez un poco de aire fresco ayudará a despejar su mente.
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Al día siguiente, por la tarde se encontraban caminando por los jardines de la casa de campo; Damian no dejaba de hablar, su voz fuerte y estridente se escuchaba con mucho ánimo.
Clare estaba muy feliz, casi podía afirmar que este era Damian, le mostraba como era él en realidad, su alegría, una persona vivaz y con un muy buena actitud; la personalidad que mostraba ante las personas era el de alguien arrogante, de acuerdo a lo que la gente creía que era un miembro de la nobleza, en especial alguien como él, con el peso de su familia.
Le causaba mucha satisfacción ser lo suficientemente digna de conocer su verdadera persona, era su amiga, su esposa, que él le hablara así debía siginificar algo, verdad?
—Este era el jardín favorito de mi madre— decía.
Clare notaba con fascinación los movimientos de sus brazos.
—Ahora esta muy seco, pero en primavera es realmente un espectáculo de flores— continuó Damian.
Clare miraba su rostro, no podía dejar de mirarlo, era como un acto reflejo que no dejaba de hacer.
Damian hablaba y para ella era como si todo lo que dijera fuera importante, era importante, lo era para ella; Damian era una de las personas más impresionantes en su vida, todo lo que decía era verdad, debía serlo, este era Damian.
—Y por allá solía jugar con algunos niños, recuerdas que te dije que era muy bueno corriendo? —Clare asintió con la cabeza—Casi siempre ganaba, fui muy bueno en ello. Que me dices de ti? Jugabas con Anthony?
— A veces, Anthony prefería jugar con niños no con niñas, yo normalmente no participaba por que no corria demasiado rápido y al ser cinco años mayor, debía vigilarlo.
Damian miró un árbol lejano.
—Que te parece hacer una competencia?
—dijo de pronto.
—Una competencía? De que tipo? —preguntó con un poco de miedo.
—Ves ese árbol de alla? Marcaremos un punto de partida aquí, y el primero en llegar ganará.
Clare quería decir "no gracias"; era horrible con algo que requiera movimiento físico, se ponía muy nerviosa y eso desencadenaba en fracasar en lo que sea que intentará, nunca se lo había dicho a nadie, no sonaba bien, sonaba como una perdedora; pero al ver el rostro de Damian expectante de su respuesta, no pudo decirle que no, antes no le hubiera molestado quedar como una cobarde, pero no deseaba mostrarse débil o apática frente a él, le importaba su opinión.
—De acuerdo.
—Bien, esta sera la línea de partida— dijó tomando una rama que encontró y poniendola sobre el pasto.
—Si alguno de los dos gana podrá pedir al otro lo que quiera.
—Espera, pedir? tal vez..es demasiado para esta ocasión.
—Vamos! una pequeña competencia haría todo más divertido.
No había manera de que ella ganara.
"si Damian gana, que es lo peor que podría pedirte?" pensó. "debía tranquilzarse"
—Esta bien —aceptó tratando de que no él no se percatara de su miedo.
Damian se alejó unos pasos a la izquierda, se puso ligeramente en una posición que ella suponía era para correr.
—Cuando diga ahora!, empezaremos.
Asintió con la cabeza.
—Bien —Damian sonreía; miró hacia el frente y dijo con voz fuerte:
—Ahora!
Clare empezó a mover sus pies, la brisa soplaba su cara, corría lo más rápido que podía pero vió la espalda de Damian unos pasos más adelantados, intentó correr más rápido pero no lograba alcanzarlo, parecía imposible, y cuando se encontraba cerca del árbol, Damian ya había llegado.
—Gané —dijo Damian con respiración jadeante.
Aunque había perdido, tuvo que reconocer que fue emocionante, sentía la sangre correr, y su pecho subía y bajaba, casí podía sentirse un poco más joven.