22 de Marzo.
Resulto ser que Roger había sido mi Salvador, al parecer conocía de computadoras y se ofreció a al menos recuperar todo el contenido del disco duro, al principio desconfíe porque dejarle mi computadora a un desconocido, por mas arruinada que estuviera, no parecía buena idea.
Al final accedí, recibiendo un posterior regaño de Paola, pero después resulto que el novio de Paola conocía a Roger, así que todo mundo se quedo tranquilo.
El día siguiente del dichoso accidente no supe nada de Roger, pero no me preocupe, no es como que su prioridad fuera a ser arreglar mi computadora o recuperar lo que quedaba de ella, además imagine que tenía otras cosas que hacer en su vida, no todas las vidas eran tan aburridas como la mía.
Ese día no hice absolutamente nada de provecho, fue un día feriado y no tenía mi computadora para hacer tarea, ni para escribir nada. Leí un poco, vi una serie de TV, "conviví" con familia.
Sobre mi familia no tengo mucho que decir, es lo mas normal que te encontraras, mis padres son como otros padres, mi hermano es como otro hermano, en fin, creo que prefiero omitir este tema por el momento, mas adelante tomaran relevancia.
A los dos días de haber conocido a Roger, realmente necesitaba mi computadora, pero no quería llamarlo -porque me dio su número-, solo me estaba haciendo un favor y no quería que pensara que le hablaba para otra cosa.
Por la tarde recibí un mensaje.
"Mi papá pudo salvar tu computadora, estaré en la cafetería en una hora, si gustas puedes pasar por ella."
¿Su papá? Pensaba que era él quien haría todo, pero igual me sentí increíblemente agradecido, y salí casi corriendo a la cafetería.
Cuando llegue estaba sentado en uno de los sillones, no he descrito cómo es, porque prefiero dejárselos a su imaginación, pero les puedo decir que era la segunda vez que lo veía y las dos veces habían sido prácticamente igual, sentía una tranquilidad y paz cuando lo veía.
-Hola Roger - le dije y sonreí.
-Bueno, al parecer hoy estas más tranquilo -me dijo y sonrío, tenia bonita sonrisa.
-Lo sé, y al parecer todo se lo debo a tu papa y a ti, por supuesto, muchas gracias -le dije.
-No hay de qué, tal vez te debe parecer raro que quisiera ayudarte de esa manera.
-Si, fue un poco raro, pero igualmente gracias -le dije.
-En realidad, ese día me encontraba con Eduardo, que es novio de tu amiga Paola, el me dijo que te conocía cuando sucedió el accidente, por eso me acerque, y mi papá es bueno con las computadoras, así que no fue nada.
así que fue por eso.
-¿Cuanto le debo a tu papá? -le pregunté.
-Oh no, no fue nada, de verdad...
-Esta bien, pero... ¿Te puedo invitar un café?
-Claro, muchas gracias.
Estuvimos platicando alrededor de dos horas, Roger en ese entonces tenía 17 años, un año mayor que yo, e igual estaba viendo Universidades, no teníamos mucho en común, solo un par de cosas, pero era bastante agradable hablar con él. Cuando conozco a alguien no suelo pensar si es gay o no, no soy muy bueno con eso, pero me daba la impresión que él si lo era, aunque no es como que estuviera ligando conmigo o nada así, era bastante amable.
Ya se estaba haciendo bastante tarde, cuando Roger anuncio que se tenía que ir, nos despedimos, y me agradeció por el café, cuando hice algo de lo que muchas veces me he preguntado si lo cambiaría o si dejaría que todo pasara de manera diferente.
-¿Puedo llamarte luego? - le pregunté.
-Claro amigo, cuando gustes.
¿Amigo? ¿Amigo?
Esta bien, amigo.