Rompiendo barreras

Capítulo I

Veronika 

Me desperté gracias a los gritos de mi hermana que me esta levantando para que empecemos mi cambio de look, ya que ella opina que como voy a empezar una nueva vida, necesito un look que me favorezca y dejar de  vestirme como una persona de 60 años.

Cuando llegamos a Nueva York tuvimos suerte de haber podido comprar un departamento con el dinero que teníamos ahorrado, pero sabíamos que necesitábamos encontrar trabajo, mi hermana encontró trabajo de abogada en un buffet  ya que ella había estudiado derecho y yo encontré trabajo como secretaria de el sr. Smith.

Me levante y me di una ducha, ya lista me fui al comedor para desayunar ya que mi hermana lo había hecho cabe decir que es una gran cocinera.

Veronika: Buenos días.

Dominika: Buenos días, espero que tengas muchas energías porque será un día muy largo.

Veronika: no me asustes por favor. 

Ya terminado el desayuno fuimos al centro comercial, tuvimos que ir en taxi ya que todavía no tenemos un coche. En el centro comercial entramos primero en una tienda de ropa llamada forever 21, me probé todo tipo de ropa desde vestidos, pantalones cortos y largos, ropa formal, vestidos sexis y también muchos zapatos. Cuando dieron las dos de la tarde más o menos entramos en un restaurante que estaba cerca para comer.

Veronika: ¿Crees que en esta nueva vida nos va a ir bien?

Dominika: No solo lo creo estoy segura, ya veras que nos va ir muy bien.

Veronika: Ojala tengas razón.

Dominika: Venga dejemos de hablar de cosas tristes, hay que moverse que todavía nos falta la lencería sexi.

Veronika: (Toda sonrojada) no diga esas cosas que te pueden escuchar.

Dominika: Jajajajaja.

Pagamos la cuenta y nos fuimos a la tienda de lencería llamada La Petite Coquette 7.

Cuando llegamos a la casa mi hermana me ayudo a guardar todo en el closet y después hice la cena porque también se cocinar.

Después de haber terminado de cenar y lavar los platos cada una se fue a su recamara antes que nada escogí el atuendo que utilizaría mañana lunes en mi primer día de trabajo, después me fui al baño para lavarme los dientes y ponerme uno de los pijamas que habíamos comprado hoy para así caer en los brazos de Morfeo.
 




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