Autos, gasolina, ruidos de motor, euforia, gritos, cerveza, sol abrasador, ruedas quemándose, instinto competitivo, salvajismo, y entre todo este ambiente, estoy yo. ¿Qué es esto? Mí día a día desde que tengo memoria. Desde luego es algo normal puesto que mi padre creció entre autos y carreras convirtiéndose ahora en el mejor corredor de rally.
— ¡Aquí vemos en la pantalla señoras y Señores! —Dicen los comentaristas —. ¡Edward Klein!
Todos gritan felices su nombre hasta que veo como el auto de la escudería Hill le pasa, dejándolo en segunda posición. Edward Klein, guapo hombre maduro de piel blanca, cabello negro y ojos oscuros pero cálidos, es mi padre, y de mis cuatro hermanos mayores. Pero también es el mejor corredor y me preocupa que haya sido movido de la posición que le pertenece por naturaleza. Camino hacia la tienda donde se encuentra el equipo necesario para que esta carrera se realice con la mayor seguridad posible. Todos se encuentran en un estado común de agitación, y con algo de dificultad, me acerco hacia Mark.
—Papá, ¿qué demonios ocurre? ¿Por qué te acaban de pasar? —Pregunta por el comunicador.
Él es mi segundo hermano mayor. Tiene el cabello castaño rojizo, piel bronceada tenuemente y profundos ojos oscuros, junto con un buen físico. Estudió programación automotriz cuando estuvo en la universidad y es uno de los mejores piratas electrónicos que conozco, aunque en realidad es el único que conozco. Tiene una novia pero nunca la ha traído a casa porque, según él, la puedo espantar con mi personalidad.
—Me distraje por un momento, solo no me di cuenta. —Dice Carl desde el otro lado del comunicador.
Carl es el mellizo de Mark y es el mayor de todos. Él siempre acompaña a papá en las carreras puesto que estudió mecánica automotriz y sabe qué hacer en cada caso. Su cabello es completamente castaño oscuro como el de papá y su mirada es dulce con sus ojos oscuros, al igual que Mark, tiene un buen físico que lo convirtió en el chico más deseado, hasta que se casó. Su esposa Luna es morena, de buen cuerpo y tiene una mirada afilada que podría usar para mandar a cualquiera al infierno, pero cuando se trata de mi hermano, ella pasa de ser una leona a una gatita.
—Carl, ¿no me digas que usaron contra ti la distracción “pechos”? —Digo a través del comunicador deteniendo toda la actividad del lugar.
—Tú lo has dicho Steve, tu hermano se distrajo viendo lo pechos equivocados y ahora está en problemas. —Bromea papá.
Escucho suspirar a Carl. Comenzaré a rezar para que Luna no lo mate. Mark suspira de forma pesada al tener que lidiar con la torpeza de nuestro hermano. Lo veo mover los dedos frenéticamente por sobre el teclado mientras no despega la vista de la pantalla, nunca he podido seguirle el ritmo, así que solo me aparto un poco de él mientras todos vuelven a su actividad.
— ¿Quién es Steve? —Escucho que susurra un chico.
Volteo al llamado de mi apodo y me tomo mi tiempo de disfrutar el físico del chico. Hombros anchos, brazos fuertes, pectorales prominentes y ni hablar de sus piernas. Tiene el cabello rubio oscuro, hermosos ojos negros azulados y piel tostada suavemente. El mundo me tienta trayendo a mí lo mejor.
—Soy yo. —Digo alto y claro para que me escuche ganando su mirada sorprendida.
—Pero eres una chica. —Comenta lo obvio.
Toco mi cuerpo de forma dramática ganando la risa de las personas que conocen por qué mi familia me dice “Steve”, pero el chico solo ve mis curvas mientras su cara se sonroja de una manera divertida.
—Gracias por recordármelo, lo había olvidado. —Digo sarcástica haciendo reír a todos.
—Steve, no seas cruel con el novato. —Dice Mark sonriéndole a la pantalla —. Nada más míralo, lo has sonrojado.
— ¿Cómo sabes que está sonrojado si estás viendo una pantalla led de diez pulgadas? —Pregunto.
—Son veinticinco pulgadas, y sé que la ropa que llevas llama la atención a querer comerte con la mirada. —Señala Mark sin apartar su mirada del monitor. —Libera la franelilla, no quiero que vean tu tatuaje.
Mi familia siempre ha tenido un ojo vigilante sobre mí y mi ropa. Soy una chica pelirroja, de blanca piel, finos labios y un cuerpo de infarto, y si agrego que porto un short de jeans corto a las caderas y franelilla negra atada a mi cintura para que se vea mi tatuaje de “BadGirl” que se encuentra en la espalda baja, se puede decir que me gano sus miradas reprobatorias.
—De acuerdo, aunque la verdad es que me hice este tatuaje para que lo vean. —Digo obedeciendo y Mark me ve por un segundo antes de volver al monitor —. A ver novato, te explico. —Vuelvo la mirada al chico y él aparta la suya todavía sonrojado —. Tranquilo que no muerdo. —Comento con una sonrisa y Mark carraspea pasándome la chaqueta del equipo —. Cuando mi mamá estaba embarazada de mí —me coloco la chaqueta —, se hizo su control prenatal con el mismo doctor de siempre, el cual les dijo que iba a ser un varón, estuvo muy seguro de eso durante los nueve meses de mi gestación, y durante ese tiempo, mi nombre era “Steve”. Para cuando nací y les di la sorpresa de que era niña me pusieron Stefany, pero hay costumbres que nunca mueren. —Me acerco a él —. Mi familia, y solo mi familia, puede decirme “Steve”, ¿entiendes ahora porque soy Steve?