Thomas.
Mi luna regreso la bestia comenzó a perder poder sobre mi.
Estaba tan feliz por fin la tenía frente a mi sonriendo.
Me encantaba besarla y admirar su linda sonrisa.
Le prepare un delicioso platillo porque me di cuenta de que tenía hambre.
-¿Satisfecha?_digo.
-Claro que sí_dice.
Cómo quiero adelantar el tiempo para poder hacer que hable y escuchar su voz por primera vez.
Valerie me saca de mi nube, dando una suave caricia en mi mejilla.
Sonrío ampliamente y decido quedarnos en mi casa.
Después de todo esto lo mejor será mantenernos juntos así que le propuse una idea.
-¿Quieres vivir conmigo?, Tengo miedo de no estar contigo en momentos peligrosos_indico.
-No necesito que preguntes, me quedaría aquí aunque no quieras_dice sonriendo.
-Pero...
sabía que podría haber un pero.
-Dime.
-Sebastian.
Ante ese nombre me pongo algo tenso.
-¿Que pasa con el?.
-Podrian desquitarse con el, saben donde vivo.
-Sabe defenderse.
-Por favor.
-De acuerdo, pero me vas a deber un favor.
Me río y ella solo hace un lindo puchero.
-Sigueme.
Me dirijo al piso de arriba y tomo su mano para guiarla.
Llegó a mi habitación y quitó el armario dando paso a una puerta.
Valerie se sorprende y la hago entrar en ella.
Hay un hermoso comedor y una cocinita pequeña.
Después hay otra puerta hacia el lugar especial.
La cargo como un bebé y paso hacia el otro lado.
La bajo y nos sentamos en una banquita dando paso a un balcón con una vista hermosa, mi lugar favorito de la casa.
-La noche está tan linda como tú.
Valerie se sonroja ante mi comentario.
-Si estoy contigo todo es lindo...
Nos sonreímos y acercamos nuestros labios para depositar un cálido beso.
Nos pasamos al rededor de 1 hora viendo el hermoso panorama.
Valerie se quedó dormida en mi hombro.
La cargue para acostarla en la cama.
Me recosté aun lado de ella besando su mejilla.
-Descansa mi luna...
Valerie.
Al despertar note que Thomas no estaba.
Me levanté rápidamente y baje pensando que podría estar haciendo una de sus maravillas en la cocina.
Pero no...
Los nervios de nuevo me carcomian y sentí una presión en mi pecho.
Quería gritar su nombre pero no podía.
Hasta que alguien tocó mi hombro.
-Buen dia_susurra en mi oído.
Volteó y le regaló una tierna sonrisa.
-¿Dónde estabas?_pregunto.
-Estaba complaciendo uno de tus deseos_dice mirando a la sala.
Volteó mi mirada y veo a Sebastián con su taza de café.
-Buenos días dormilona_dice dando un sorbo.
Le agradezco a Thomas dándole un lindo beso.
Subo hacia el baño para darme una ducha y refrescarme.
Mientras las gotas resbalaban por mi cuerpo una sensación muy extraña lo recorre.
-Hola de nuevo_dice una voz.
Miro hacia todas las direcciones buscando de dónde proviene esa voz.
-¿Quien eres?_pienso.
-Liam.
Me sobresalto al escuchar respuesta.
-No te preocupes no estoy presente.
Estoy comunicándome telepáticamente.
-¿Telepáticamente?_pienso.
-Asi es, prácticamente eso nos une
-¿Que quieres?.
-Charlar contigo, hermana.
-¿Que? ¿Hermana?.
-Si soy tu hermano.
-Pero yo no tengo hermanos.
-Si tienes uno y soy yo pero nuestros padres te lo ocultaron.
-¿Porque harían éso?.
-Me creían defectuoso.
Aunque no lo conocía ese comentario causo que sintiera cierta tristeza.
-¿Porque?.
-Eso lo juzgaras por ti misma, cuando nos veamos.
-¿Cuando?.
-Muy pronto...
Después de esa palabra intenté hablar más pero ya no había respuesta.
Que extraño un chico que dice ser mi hermano y que puede comunicarse telepaticamente.
Bueno, no hay nada más extraño que los hombres lobo o una maldición ¿No?.
Pronto descubriré quien es Liam y espero que no traiga más preocupaciones...